jueves, 18 de marzo de 2010

Lidia Borda canta al otro Homero Manzi

Sueño cumplido. Borda imaginó este disco en 2007, en el centenario de Manzi. El repertorio surgió de un libro que le dio el hijo, Acho.

Desde hoy presenta su extraordinario disco con versiones de su obra folklórica

Apoyada por su hermano Luis, uno de los más grandes músicos argentinos, la cantante volvió a ponerle voz al autor de “Sur”, en un disco donde suena desde un charango a una guitarra eléctrica. Esta noche, en el Tasso, comienza a mostrarlo en vivo.

Marcelo Pavazza

Lidia Borda y Homero Manzi vuelven a cruzar caminos. Pero si ya el hecho de mencionar ambos nombres juntos supone una buena noticia –aunque quien conoce la obra de la cantante sabe que el gran poeta del tango es una presencia constante en todos sus discos–, que el autor de “Sur” llegue en toda su dimensión de letrista al magnífico canto de Borda, en un álbum sólo dedicado a él, es motivo doble de regocijo.

El flamante Manzi, caminos de barro y pampa es el disco que da cuenta de semejante encuentro. Aquí aparecen el Manzi conocido aunque poco transitado (“Gota de lluvia”, “De barro”), el clásico (“Milonga triste”, “Romance de barrio”) y uno a descubrir, campero y sentido, que cruza pueblo y ciudad magistralmente (“Ay de mí”, “Pampa luna”, “Pluma de nido”). Todos en un trabajo que es pleno goce, ya que a poeta y cantora les salió al paso Luis Borda, hermano de Lidia, y uno de los músicos argentinos más importantes del último cuarto de siglo, autor de los arreglos y pilar fundamental para que el disco sea una joya donde suenan tanto un charango como una guitarra eléctrica.

El encuentro con Lidia para hablar del álbum y los conciertos que lo darán a conocer –comienzan esta misma noche en el Tasso y continuarán mañana y pasado, para retornar los próximos jueves 25, viernes 26 y sábado 27, siempre a las 22– es en su casa, en Parque Patricios. Como si todo –incluso la charla– formara parte del homenaje a ese bardo barrial y melancólico nacido en Añatuya.

–¿Cómo nació el proyecto?

–En 2007, año del centenario del nacimiento de Manzi. Allí surgió una propuesta de la Secretaría de Cultura de la Nación que ofrecía la posibilidad de hacer dos discos. Yo presenté un proyecto, que es este álbum. El Manzi clásico ya está versionado, y muy bien. Así que se me ocurrió, después de volver a revisar su obra, asomarme a sus canciones folklóricas, que son verdaderas joyas. Me pareció que él también había hecho un tránsito entre el campo y la ciudad, y que su mirada poética está cargadísima de elementos camperos. Esa cosa del tipo del interior que sigue con una idiosincrasia pueblerina aún estando aquí; un contraste que me parece hermoso. Aparte, como verás, yo vivo en un barrio que también me inspiró.

–¿Y cómo surgió la selección del repertorio?

–De un libro que me pasó Acho, el hijo de Homero, que cuando escuchó el disco se emocionó mucho. Saqué todo de ahí. Pero, en realidad, yo en todos mis discos tengo temas de Manzi. Lo que pasa es que los temas de él que me gustan ya los grabé. Además, el hecho de que el disco lo haya arreglado Luis es una satisfacción grande.

–Él vive en Alemania, ¿cómo fue la colaboración?

–Yo lo dejé trabajar como él quisiera. Luis tiene una mirada sobre la música que pocos arregladores tienen: muy moderna, abierta y creativa. A él siempre se le ocurren cosas diferentes. Otra cosa que tuvimos a favor es que de muchos temas no hay versiones anteriores. Y en el arreglo que propone el músico radica gran parte de lo que después uno hace como intérprete. Tuve devolución con Luis, aunque en general iba aceptando todo lo que me mandaba de Alemania porque me encantaba.

Pero Lidia sentía que la cosa estaba tan avanzada, que había tanto de Luis en el proyecto que lo mejor sería que él estuviese presente en el disco, que su pulso marcara el compás del trabajo. “En principio no iba a participar de la grabación, pero cuando le propuse que se viniera le encantó”, se ríe la orgullosa hermana, “porque ama venir a Buenos Aires. Así que grabamos en dos etapas: una en la que entró casi todo, que se hizo el año pasado, y una última que encaramos cuando vino por segunda vez, el último febrero. Y como sigue acá, por suerte va a participar de los conciertos”.

–¿Fue un desafío muy grande enfrentarte con un repertorio folklórico?

–Yo tengo una formación de tango y folklore por igual. Pero una cosa es escuchar un género y otra sumergirse en él para interpretarlo. Todo tiene un porqué, cada cosa, cada decisión estética. Son cosas que no son azarosas. Yo siento que el folklore también es mi música, y que me siento con derecho a cantarla.

Fuente: Crítica

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