domingo, 21 de marzo de 2010

La censura y la persecución recorren la web española

PROTESTAS POR LA APROBACIÓN DE UNA LEY QUE PRETENDE PONERLES FIN A LAS DESCARGAS ILEGALES

Desde el viernes, la web española está de luto: tras la aprobación en el Consejo de Ministros en Sevilla de la Ley de Economía Sostenible, más conocida como “ley Sinde”, que pretende finalizar con las descargas de material con derechos de autor sin autorización, varios sitios de internet tiñeron de negro, en forma de protesta, sus portales y escribieron con letra blanca el lema: “Por la libertad en la red. No al cierre de webs”.

Entre las páginas que se sumaron a la protesta estuvieron entre otras Películas Yonkis y Cinetube, dos sitios web que ofrecen descargar y mirar películas y series.

La ley Sinde habilita que en España se puedan cerrar webs sin requerir de una intervención judicial. El anteproyecto de ley prevé un sistema mixto para decidir sobre el cierre de webs en el que intervendrán una comisión de propiedad intelectual y la Audiencia Nacional, y podrán efectuar dicho cierre en un plazo de cuatro días.

Según se estableció el viernes en Sevilla, la misión de la comisión de propiedad intelectual consistirá en la mediación, el arbitraje y la salvaguarda de los derechos de propiedad intelectual.

Las páginas que protestan por la nueva ley incluyeron en sus sitios un link a http://www.noalcierredewebs.com/, donde se detalla todo el asunto y se acusa al gobierno español de restringir la libertad.

También muchos blogs se unieron al reclamo y volvieron a publicar el manifiesto en defensa de los derechos fundamentales en internet que ya había poblado la blogosfera hispana durante enero, a través del cual periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de internet exigieron, entre otras cosas, tres puntos: que los derechos de autor no se sitúen por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos; que la suspensión de derechos fundamentales sea competencia exclusiva del Poder Judicial y que internet funcione de forma libre y sin interferencias políticas.

Fuente: Crítica

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