sábado, 20 de marzo de 2010

La actriz que siempre se está revelando

La menor de tres hermanas. La mayor es agente de prensa, la del medio es psiquiatra y actriz, y Julieta acumula elogios en cine, teatro y televisión.

Ganó tres premios Clarín Revelación: por la película La niña santa de Lucrecia Martel, por la tira del año pasado de El Trece Enséñame a vivir, y por Agosto, condado de Osage, la obra a la que acaba de volver tras dejarla para filmar una película.

Leni González

A los 27 años, Julieta Zylberberg dice que el éxito es poder elegir. Y en ese aspecto, no hay dudas de que su carrera es exitosa porque desde los doce, cuando empezó con Magazine for fai, ha sabido entrar y salir con libertad de distintos proyectos de televisión, teatro y cine manteniendo el aura de joven-actriz-prestigiosa-en-ascenso.

“Siempre me estoy revelando”, dice sonriendo la ganadora de tres premios Clarín Revelación: por la película La niña santa, de Lucrecia Martel; por Enséñame a vivir, la tira del año pasado de El Trece; y por Agosto, condado de Osage, la obra de Tracy Letts y dirección de Claudio Tolcachir que se presenta desde 2009 en el Lola Membrives y que a fines de noviembre abandonó por otra propuesta.

“¡Espectacular!”, dice sobre Ciencias morales, el film de Diego Lerman (Tan de repente y Mientras tanto) basado en la novela de Martín Kohan ganadora del premio Herralde 2007. Durante el verano, Zylberberg se bajó del escenario donde componía a la adolescente Jimena –la hija del personaje de Mercedes Morán– para convertirse en María Teresa, una preceptora del Colegio Nacional de Buenos Aires en 1982, la protagonista de la película junto a Osmar Núñez (el jefe de preceptores), Gaby Ferrero (la mamá) y Marta Lubos (la abuela).

“Fue una experiencia única, muy intensa, de dos meses y todos los dias. Me permitió correrme de las chicas que venía haciendo, con este personaje muy interesante, una mujer súper rígida, antipática para los alumnos, loca por el deber y el cumplir con su jefe pero, a la vez, muy confundida e introvertida, obsesionada por un alumno al que espía en el baño”, cuenta la actriz que pasó la secundaria en el Carlos Pellegrini.

Después del rodaje y sin vacaciones, volvió al elenco de Agosto, una aclimatación que duró apenas una función. Su ausencia fue cubierta por Vanesa González, otra joven actriz en ascenso pero identificada fuertemente con la tevé y los productos Pol-ka, si bien protagonizó la obra El diario de Anna Frank y ensaya ahora Todos eran mis hijos, de Arthur Miller, con producción y dirección de la misma dupla de Agosto, es decir, Daniel Grinbank y Tolcachir. “A Vanesa la vi apenas corté yo; fue realmente bueno verla desde afuera y me gustó mucho. Hacía una cosa muy distinta pero somos muy distintas nosotras y eso fue mejor para las dos”, reconoce.

–Si bien hiciste tiras en tevé, la gente te asocia al teatro y al cine .

–Es cierto. Pero fueron cosas chicas. Recién en Enséñame a vivir, con el personaje de Clodine Fernández Salguero, estoy tanto en la tele. Me la pasé bien ahí, estaba en mi salsa, nos dejaron hacer lo que queríamos.

La menor de tres hermanas, todas vinculadas al teatro (Luciana es agente de prensa y Valeria es psiquiatra y actriz), la carrera de Julieta está muy relacionada con los Urtizberea, padre e hija, desde Magazine for fai y Mañana vemos, conducidos por Mex, hasta Lucro cesante, en teatro, y Enséñame a vivir, con Violeta.

“Pero hacer cine es súper relajado”, dice Julieta, espectadora feliz de Excursiones (Ezequiel Acuña), Historias extraordinarias (Mariano Llinás), Los paranoicos (Gabriel Medina) y todo lo que haga Ana Katz. “Y la verdad –remata– de Campanella, me gustó más El hijo de la novia que El secreto de sus ojos”.

Fuente:Crítica

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