jueves, 18 de marzo de 2010

“Hay que incentivar la conversación crítica”

Noé Jitrik habló con Diagonales antes de su presentación de esta tarde en La Plata

El destacado escritor Noé Jitrik estará esta tarde en La Plata: en el marco del ciclo Cuatro Ficciones, que organiza la editorial Mil botellas, brindará una charla "mano a mano" con el público. La cita es a las 19.30 en el Centro Cultural Islas Malvinas (19 y 51).

–El trabajo del escritor es en solitario. ¿Cómo le resultan este tipo de charlas?

–Muy agradables, es gratificante. Me tratan bien, la gente es muy simpática. Además, salgo de mi cuarto, veo caras distintas, veo gente nueva. Me gusta mucho y lo disfruto plenamente.

–¿Cuáles son los temas que primero suelen surgir?

–En general la gente pregunta sobre cuestiones de literatura. Borges aparece casi siempre. Y algunos sacan temas de actualidad, aparece la inclinación a lo político, a lo que pasa en el país. Eso es lo que la gente tiene en su cabeza y al encontrarse con un escritor es prácticamente una gentileza querer saber su opinión.

–¿Y cuál es su visión del actual momento del país?

–Mi capacidad no es tal como para poder resumirlo en esta entrevista, pero cualquiera se da cuenta que el momento es bastante complicado. Si uno lo analiza serenamente y sin prejuicios puede entenderlo pero eso no le quita complejidad. Los conflictos son entre una clase acumulativa y una que espera definición porque no cuenta con los recursos suficientes. Y el gobierno tiene que terciar. Cuando toma medidas distributivas se enojan unos y cuando da concesiones al sector acumulativo se enojan los otros. Es una situación inherente a un país con cada vez más problemas, con más historia.

Noé Jitrik es uno de los más reconocidos críticos literarios argentinos. Nació en 1928 en Rivera, provincia de Buenos Aires, y se recibió en 1953 de Profesor en Letras en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Comenzó a publicar en 1956 y en su prolífica carrera recorrió casi todo lo que la literatura abarca. Prolífico escritor, entre sus últimas obras se encuentran En el nombre de Noé, Libro perdido (una novela autobiográfica), Cálculo equivocado, Panorama histórico de la literatura argentina.

–Escribió ensayo, narrativa, poesía. ¿Dónde se siente más cómodo?

–Me siento cómodo cuando se me ocurre algo, y no siempre me sucede. Hay placer cuando se ocurre y sufrimiento cuando no me gratifica completamente lo que pensaba…

–¿Hubo veces en que abandonó una obra por no encontrar esa gratificación?

–Tal vez alguna vez, pero en general soy muy tenaz y termino lo que empiezo. No puedo dejar algo sin terminar, me paso lo mismo cuando cocino y en todos los aspectos de mi vida. Yo lo considero prácticamente un acto religioso. Me cuesta abandonar a las personas incluso, lo he hecho pero me cuesta, y cuando se muere un amigo siento que es una comunicación que se ha interrumpido, que no se va a restablecer nunca más, y eso me apena mucho.

Entre 1974 y 1987, el escritor estuvo exiliado en Europa y México. Enseñó en universidades de Francia, España, Puerto Rico, Venezuela, México, Colombia, Chile, Estados Unidos, entre otras. Fue Investigador Principal del Conicet (Argentina) y dirige el Instituto de Literatura Hispanoamericana de la UBA.

Nitrik dirige la Historia crítica de la literatura argentina 1999-2008, publicada por Editorial Sudamericana. Actualmente, está trabajando con su equipo en la elaboración del décimo tomo (son doce en total).

–Le resulta más apasionante o más abrumador su trabajo como director de la obra Historia Crítica de la Literatura Argentina?

–Por momentos abrumadora. Y apasionante porque alrededor veo gente joven que se apasiona por lo que se está haciendo, ya son más de 200 colaboraciones las que forman parte de esta obra. Eso me gratifica porque he sido profesor y el complejo del docente es que quede algo, y en mis colaboradores veo el fruto. Eso también es un acto religioso.

–¿Y cómo va avanzando esta obra?

–En agosto saldrá a la venta el noveno tomo y ya estamos trabajando en el décimo. Falta poco, estimamos que en tres años más se terminará.

–¿Cree que en las escuelas se deberían leer textos críticos, además de los literarios?

–Cuando yo empecé la secundaria había clases de lectura en vos alta. Eso creo que ya no se hace más, y también se han perdido varias incentivaciones a la literatura. Se necesita una preparación para leer crítica, a los chicos hay que incentivarlos primero con una conversación crítica: preguntarles si les gustó un texto y que la respuesta no quede en un "sí" o un "no", sino en indagar por qué sí o por qué no. Con un método tan senillo se pueden hacer muchas cosas.

–¿Usted considera que es necesario hablar de literatura o hay que hacer literatura. O, en todo caso, como se complementan ambas cosas?

–Se complementan bien si uno no tiene miedo. La gente lee y tiene miedo de hablar de lo que leyó, a lo sumo dice "me gustó" y le brillan los ojos o "no me gustó" mientras desvía la mirada. La literatura no es tema de conversación familiar, pero es un tema simbólico social como cualquier otro, aunque no es fácil. Pero en general, unos se inhiben y otros lo encuentran aburrido o pedante. El rock o el deporte son temas de los que se habla mucho, sobre todo en los blogs, pero tampoco es una conversación sino que son sólo afirmaciones que se hacen. Esas charlas, y también las de literatura, hay que convertirlas en un ida y vuelta.

Fuente: Diagonales

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