viernes, 19 de marzo de 2010

El fuego entre nosotros

Nompalidece se presentará este sábado 20 a las 19 en el estadio Atenas (calle 13 entre 58 y 59).

La banda de reggae presentará en La Plata El fuego entre nosotros, su último álbum de estudio grabado bajo estrictos cánones analógicos junto a Kenyatta Hill, líder de la banda jamaiquina Culture.

A finales del año pasado Nonpalidece finalmente lanzó El fuego entre nosotros, su quinto y esperado disco. Grabado de forma independiente, el álbum supo agregar a su tradicional apuesta reggae una gran variedad de matices sonoros. Con producción y mezcla realizada con la colaboración de Kenyatta Hill (cantante del mítico grupo jamaiquino Culture), este nuevo trabajo ya fue editado en varios países de Centroamérica. Sobre la peculiar grabación de la placa, hablamos con su cantante y líder, Nestor Ramljak, que además nos explicó la importancia de trascender las fronteras escénicas con un mensaje constructivo y de esperanza.

-¿Qué podés contarnos sobre la grabación de su último cd?

-Fue un gran proceso de aprendizaje. Tanto por estar frente a nuevas formas de ejecución, como de grabación. Trabajar junto a Kenyatta hizo que el disco tuviera un sonido más saturado, más analógico, de válvula. El flasheó con nuestro sonidista, que es quien nos opera desde hace 7 años. Le mostró algunos trucos que incorporábamos para que las cosas suenen de tal o cual manera, y se emocionó. Y eso también fue emocionante para nosotros. Fue un aprendizaje mutuo. Nos hizo grabar de una manera muy diferente a la que esperábamos, para nada convencional u ordenada. Primero grabó las bases, en vivo. Después se interesó en una guitarra y la grabó, y después se pasó a algún otro instrumento y a las voces. Y se paso a otras guitarras. No grabamos respetando etapas. Esto generó un clima muy espontáneo, que acentúo la buena convivencia que tenemos en estudio. Al grabar analógicamente todo se hizo más rápido.

-¿Cómo se hace para profesar un género como el reggae sin transformarse en un militante cerrado?

-No hay que componer para el género, sino pensando en lo que uno quiere transmitir. Ya hace catorce años que tocamos. Al principio no queríamos que entre ningún sonido externo al estilo que profesábamos. Nosotros tomamos el reggae más ortodoxo, que es la plataforma que nos gustaba, para transmitir lo que queríamos. Creo que después de tanto tiempo de escuchar y hacer música decodificamos el estilo. En ese sentido, creo que estamos más relajados en cuanto a rendirle cuentas al máximo pontífice del reggae.

-¿Cómo ves al reggae argentino de los últimos años?

-Creo que pasaron varias cosas fuertes con el reggae: una fue que realmente trascendió en la escena argentina, y ganó seguidores, representando una “nueva ciudad” dentro del mapa musical nacional, que es de tradición rockera por excelencia. Otra fue que la gente quería escuchar cosas nuevas… y ahí creo que estamos nosotros. Algunos se acercan por el tipo de energía que se genera en los conciertos. Por lo que se genera entre el público. Por lo que pasa entre ellos. Y por lo que se genera con el contacto con la banda. Vienen muchos chicos, incluso niños, padres con hijos. Pienso que debe haber una fuerte identificación con algunos de nuestros mensajes, como el de conciencia hacia la naturaleza, el de honestidad, o el de respetarnos unos a otros para generar un cambio. Es importante ver con quién contás. La gente se relaciona honestamente. Se dice que los iluminados iluminan a los que tienen a su alrededor. En los recitales de reggae pasa mucho. Se traspasa la idea de asistir a un simple concierto, y el recital se convierte en un ámbito de sanación, de comunión. A veces me encuentro con gente que me dice que la banda le cambio su visión del mundo, el rumbo de su vida. Así de fuerte. Lo que pasa es que se generan chispazos, y es uno que arranca a solucionar sus propios mambos. No es la banda, sos vos el que querés cambiar, y esto por ahí te hizo pensar.

-Hablamos de ponerse las pilas, cuando al reggae siempre se lo relaciona con el “cuelgue”…

-Está relacionado con el cuelgue porque está relacionado con la marihuana, que te deja en un estado de introspección que para algunos puede resultar un cuelgue y para mí puede derivar hacia un estado muy reflexivo. Pero yo creo que el movimiento creció mucho por la energía generada y comunión de los conciertos.

-¿Cuándo caíste en cuenta hasta dónde te había llevado la música?

-Creo que fue después de la edición de nuestro primer disco, de gira por Costa Rica. Viajamos durante 3 meses junto a Resistencia Suburbana, era la primera vez que salíamos del país. La gente cantaba nuestros temas, y se nos cayó la mandíbula, como en los dibujitos. En el Salvador tocamos casi para mil personas, todos cantaban. Ahí vos decís “¿qué onda? Loco, acá hay una buena”. Por eso a veces hablo un poco de responsabilidad, hay una llegada importante a mucha gente.

Jamaica está dentro tuyo

Kenyatta Hill integra el grupo de reggae jamaiquino Culture. Tras la muerte de su padre, Joseph Hill, que fuera el cantante original de la banda, ocupó su puesto y continuó con la tradición rastafari que comulgó desde niño. En 2009 grabó junto a Nonpalidece en los estudios capitalinos El Pie.

“Mientras grabábamos Kenyatta se fue de gira y le dijimos que se llevara algunos temas para mezclar en el exterior. Siempre pensamos que sería bueno grabar en Jamaica. El nos dijo “Jamaica está acá, eso es un mito”. Descreyó de la mística de la isla que venden. “No es necesario ir para allá, hay muchos intereses económicos girando alrededor de las bandas que quieren cumplir sueño de grabar allá”.

Fuente: Hoy

No hay comentarios: