miércoles, 24 de marzo de 2010

El film argentino La mosca en la ceniza llega a la cartelera de cine

Dirigido por Gabriela David se estrena el jueves en las salas porteñas pero todavía no en La Plata

Este jueves se estrena en las salas de cine porteñas –todavía no tiene fecha asignada en la cartelera platense– La mosca en la ceniza, película dirigida por Gabriela David. Con el eje puesto en la trata de personas, cuenta la historia de dos jóvenes que viajan engañadas a Buenos Aires, donde son recluidas en un prostíbulo de Barrio Norte. Está protagonizada por Luis Machín y Luciano Cáceres, con la participación especial de Cecilia Rossetto.

"No es una película de denuncia, no realicé una investigación sobre la trata de personas para presentar todas las aristas del tema sino que, fundamentalmente, la película indaga las zonas oscuras de la condición humana", contó David. "Es un viaje muy doloroso a ciertos terribles vericuetos de la condición humana pero sin caer en golpes bajos, buscando que el dolor físico, la opresión y la represión que sufren las pibas se perciban a través de los climas, de los sentidos, de los sonidos. De algún modo tenía límites precisos porque era muy fácil desbarrancarse y preferí contar la historia ponderando cierto cuidado en relación con el público, sin agredirlo con escenas obvias", dijo la realizadora sobre el modo como fue concebida la película.

La mosca en la ceniza es el segundo largometraje de Gabriela David, cuya ópera prima fue Taxi un encuentro (ganadora de 11 premios internacionales en el año 2002). Esta realizadora aregentina posee una sólida formación técnica y gran capacidad en la creación de climas, que logra apoyándose en guiones muy trabajados, lo que se refleja tanto en sus dos filmes como en el multipremiado cortometraje Tren gaucho.

La mosca en la ceniza es ganadora del premio Carabela de Plata a la Mejor ópera prima en el 35° Festival de Cine Iberoamericano de Huelva (en noviembre de 2009) y del premio al Mejor film, otorgado por la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica, en el 14° Festival Internacional de Cine de Kerala, India (en diciembre de 2009).

El libro cinematográfico pertenece a la misma directora y fue seleccionado en 2007 para participar en el laboratorio de la Fundación Toscano/Sundance Institute, que se realizó en febrero del mismo año en la ciudad mexicana de Morelia.

El título del film refiere a un truco popular de campo que una de las protagonistas intenta llevar a cabo insistentemente y que consiste en que una mosca ahogada en el agua puede resucitar si se la deposita en las cenizas. Del mismo modo, ella y su amiga, provenientes de un pueblo rural de provincia, que permanecen cautivas y obligadas a prostituirse en la Capital al haber sido engañadas por una red de trata de personas, parecieran también resurgir de las cenizas en su hazaña de conseguir hacer visible lo invisible: un prostíbulo clandestino en plena ciudad como tantos otros, que existen porque siempre hay alguien que paga y alguien que gana, y donde los vecinos parecen no querer ver ni oír nada.

Rodada en exteriores e interiores tanto de la Ciudad como de la Provincia de Buenos Aires, la producción de la película es de Gabriela David, con Pablo Bossi y Juan Pablo Buscarini como productores asociados con Pampa Films.

La trama. La mosca en la ceniza es la historia de dos jóvenes, obligadas a prostituirse en la Argentina de hoy. Las actrices Paloma Contreras y María Laura Cáccamo encarnan a las jóvenes protagonistas, acompañadas por Ailín Salas, Dalma Maradona y Vera Carnevale.

Desde su pueblo natal, en una zona del noroeste argentino, vienen a Buenos Aires Nancy (Cáccamo) y Pato (Contreras), dos amigas, casi hermanas. La mayor, Nancy, sigue a la menor, Pato.

La mayor es medio tonta y analfabeta. La menor cree que es posible una vida mejor en la ciudad, sueña que podrá trabajar como empleada doméstica y estudiar de noche. En su pueblo la miseria no les da ninguna oportunidad. En Buenos Aires tal vez puedan logran una vida mejor.

Sin embargo, sus esperanzas se desvanecen rápidamente, son víctimas de un engaño y obligadas a trabajar en un prostíbulo. Cautivas y sin identidad, permanecen esclavizadas junto a otras chicas aún más jóvenes que ellas. En el exterior, que ellas ven por las ventanas, en plena ciudad, nadie parece escuchar ni ver lo que allí adentro sucede.

La que es medio tonta se adaptará mejor y, por primera vez en mucho tiempo, será quien cuente con más recursos para cuidar a la otra. Pero sólo juntas podrán encontrar la liberación. Pato sin Nancy, moriría. Nancy, por sí misma, nunca tomaría la decisión de intentar la fuga.

Fuente: Diagonales

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