El compositor llega este viernes al Coliseo Podestá
José Larralde no es muy amigo de las entrevistas, tampoco lo es del circuito comercial masivo de música, que desde los medios aparece señalado como el único válido o el único. Él, que nació el 22 de octubre de 1937 en Huanguelén (provincia de Buenos Aires), prefiere que hablen sus canciones o hacerlo desde el escenario. Por eso todos aquellos que deseen escucharlo tendrán una oportunidad inmejorable este viernes, a las 21.30, cuando actúe en el Teatro Municipal Coliseo Podestá (10 entre 46 y 47).
"Yo canto sobre las cosas que viví", suele ser la breve explicación que ensaya ante su apego a la temática campestre y a y a la milonga del sur, una especie arcaica de crónica gaucha.
En una reportaje que brindó hace algunos años comentó que su primer trabajo "fue a los seis" años y consistió en "ir a buscar el caballo de reparto del almacenero de la esquina de mi casa". Ducho a la hora de construir historias agregó: "El caballo se me mataba de risa, me hacía espinar bien, hasta que le tiraba la soguita por el cogote y ahí me pegaba la estancada: me dejaba parado con la soguita en la mano y se corría para atrás. Se me reía el matungo, parecía Mister Ed. Cuando se aburría de que yo me mojara entre los cardos, recién ahí venía. Yo hacía cinco cuadras con el caballo así (no podía subir porque era muy chiquito) y me daban veinte guitas. Con veinte guitas de níquel en aquel tiempo te comprabas medio kilo de fideos y una pata entera de caracú. Eso comían los pobres antes. Ahora anda a comprarte una".
Su compromiso con el arte y el público queda en evidencia cuando explica: "Yo soy el Estado, a un gobierno nosotros lo ponemos para que nos administre, ni pa que nos robe ni pa que nos tenga cagando. Entonces uno tiene todo el derecho de opinar. Sobre todo cuando a uno lo ampara la verdad, la verdad de muchos, no la de uno solo. ‘La única verdad es la realidad’, dijeron los muchachos peronistas que dijo Perón... aunque había un viejo que se llamaba Aristóteles que ya lo había dicho unos cuantos días antes”.
Fuente: Diagonales
José Larralde no es muy amigo de las entrevistas, tampoco lo es del circuito comercial masivo de música, que desde los medios aparece señalado como el único válido o el único. Él, que nació el 22 de octubre de 1937 en Huanguelén (provincia de Buenos Aires), prefiere que hablen sus canciones o hacerlo desde el escenario. Por eso todos aquellos que deseen escucharlo tendrán una oportunidad inmejorable este viernes, a las 21.30, cuando actúe en el Teatro Municipal Coliseo Podestá (10 entre 46 y 47).
"Yo canto sobre las cosas que viví", suele ser la breve explicación que ensaya ante su apego a la temática campestre y a y a la milonga del sur, una especie arcaica de crónica gaucha.
En una reportaje que brindó hace algunos años comentó que su primer trabajo "fue a los seis" años y consistió en "ir a buscar el caballo de reparto del almacenero de la esquina de mi casa". Ducho a la hora de construir historias agregó: "El caballo se me mataba de risa, me hacía espinar bien, hasta que le tiraba la soguita por el cogote y ahí me pegaba la estancada: me dejaba parado con la soguita en la mano y se corría para atrás. Se me reía el matungo, parecía Mister Ed. Cuando se aburría de que yo me mojara entre los cardos, recién ahí venía. Yo hacía cinco cuadras con el caballo así (no podía subir porque era muy chiquito) y me daban veinte guitas. Con veinte guitas de níquel en aquel tiempo te comprabas medio kilo de fideos y una pata entera de caracú. Eso comían los pobres antes. Ahora anda a comprarte una".
Su compromiso con el arte y el público queda en evidencia cuando explica: "Yo soy el Estado, a un gobierno nosotros lo ponemos para que nos administre, ni pa que nos robe ni pa que nos tenga cagando. Entonces uno tiene todo el derecho de opinar. Sobre todo cuando a uno lo ampara la verdad, la verdad de muchos, no la de uno solo. ‘La única verdad es la realidad’, dijeron los muchachos peronistas que dijo Perón... aunque había un viejo que se llamaba Aristóteles que ya lo había dicho unos cuantos días antes”.
Fuente: Diagonales
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