martes, 16 de marzo de 2010

El arte callejero, con nuevo domicilio

ARTE LOWBROW: O "surrealismo pop" y "pluralismo pop", según los especialistas.

La galería de Jonatahn Levine en Nueva York celebra su quinto aniversario con lo mejor del "Pluralismo Pop" de las calles de la ciudad.

Por: Por John Strausbaugh para The New York Times y Clarín.

Para celebrar el quinto aniversario de su galería de Nueva York, Jonathan Levine montó una muestra con trabajos de 35 artistas, en su mayoría representados por él.

El espacio se encuentra en la zona de Chelsea en Manhattan, pero no hay a la vista ni conceptualismo cerebral, fría abstracción ni gestualidad pictórica.

La obra designada según los casos como Arte Lowbrow, Surrealismo Pop y quizá de manera más apropiada Pluralismo Pop es, por el contrario, como el hermano menor rebelde ­de tablas de skate, graffiti y a veces bravuconadas­ del arte que se muestra en la mayoría de los otros sitios del barrio. Sin embargo, las obras de la Galería Jonathan Levine parecen sentirse cómodas en Chelsea, algo que no hubiera ocurrido hace cinco años. Tras varios años en los márgenes del mundo del arte, "llegamos a un punto de inflexión", dijo Levine recientemente.

"La corriente dominante empezó a aceptar este tipo de obra." Muchos artistas de la muestra, casi todos entre los 30 y los 40 y pico, estudiaron arte. Pero sus corazones y mentes pertenecen al rock punk y al hip-hop, a "La guerra de las galaxias" y a "Viaje a las Estrellas", a los dibujos animados y a los tatuajes. La obra que hacen es típicamente figurativa y a menudo narrativa, en una vena populista y accesible.

Robots gigantescos atraviesan los paisajes pintados con spray de Jeff Soto. Una estatua de bronce de 1.80 metro de Scott Musgrove representa a una criatura caricaturesca imaginaria. Las pinturas de Kathy Staico Schorr hacen encallar a brujas de Halloween, payasos y a Popeye en ambientes surrealistas amenazadores. Los mosaicos de Invader, que tomó su nombre del juego Space Invaders de Atari, recrean el arte de sus tapas de álbum favoritas con plaquetas de Cubos de Rubik desarmados.

En la última década, el género fue ganando gradualmente mayor aceptación en el mundo del arte. Marchands influyentes como Jeffrey Deitch, Tony Shafrazi y Earl McGrath representan actualmente a algunos de los artistas, e instituciones como el Museo de Arte Moderno (MoMA), el Whitney y la Fundación Cartier de París exhiben sus obras.

De todos modos y a pesar de estos éxitos, los artistas todavía tienden a hablar sobre su trabajo en términos anti-elitistas. "Más allá de cómo se lo llame, éste es un movimiento muy obrero en cierto sentido", dijo Soto, de 35 años, que se crió en Orange County de California, se graduó en ilustración en la facultad de Diseño de Pasadena y complementa sus ingresos ilustrando tapas de revistas, afiches de rock y anuncios publicitarios.

Los artistas que primero lo inspiraron "diseñaban las tablas de skate que yo veía entre mediados y fines de los '80, dijo, tipos que trabajaban para estudios tratando de crear imágenes piolas". En su opinión, el atractivo de su obra y de otros trabajos representados en la muestra de Levine radica en lo fácil que resulta captarla: "Los que son amantes del arte pueden meterse, pero también los que no saben nada de arte, porque hay una historia y es interesante de mirar".

Las raíces del género se remontan a la Costa Oeste en la década de 1960, donde Robert Williams, que es ahora un artista veterano de 67 años, creaba ilustraciones de coches trucados, afiches de rock psicodélicos e historietas underground. Esa historia de imágenes contraculturales continúa siendo evidente en sus pinturas alucinantes de autos trucados chocando y chicas con minifalda en paisajes psicodélicos, que comenzó a describir como Lowbrow Art a fines de la década de 1970. El término celebraba lo que él denomina "vulgaridad temeraria" y su contraste con la "cosa esnob, indistinta, fofa" de mucho arte con mayúscula del momento. Después se aplicó a artistas e ilustradores con una estética similar, como por ejemplo Robert Crumb, Gary Panter, Ron English y Josh Agle (que firma su trabajo como Shag).

Pero a medida que el género fue pasando a una generación que dibujaba desde un espectro más amplio de la iconografía popular, el rótulo de Lowbrow cayó considerablemente en desuso. "Es muy limitante", dijo Levine. "Hoy la obra es demasiado diversa". Varios de los expositores de su muestra empezaron como diseñadores. Shepard Fairey, por ejemplo, combinó su formación en la Escuela de Diseño de Rhode Island con sus experiencias en las culturas de tabla de skate y de graffiti para crear una serie muy vista de adhesivos y afiches a comienzos de la década de 1990. Uno de los más ubicuos es el que representaba al luchador Andre el Gigante sobre la leyenda "Obey" ­una referencia a la película de ciencia ficción "¡Están Vivos!". Durante la campaña presidencial de 2008 este diseño se transformó en la famosa imagen que hizo Fairey de Barack Obama sobre la palabra "Hope" (esperanza), que actualmente forma parte de la colección permanente de la Galería Nacional del Retrato. (El afiche de Obama también es objeto de un juicio entablado contra Fairey por Associated Press, porque, según la denuncia, tomó como base una fotografía de A.P. sin la correspondiente autorización).

Fairey, de 40 años, presenta en este momento una exposición en el Centro para las Artes Contemporáneas de Cincinnatti, y el año pasado hizo una en el Instituto de Arte Contemporáneo de Boston.

Deitch, su propietario, que está por trasladarse a Los Ángeles para ser director del Museo de Arte Contemporáneo, también representa a los artistas callejeros Barry McGee y Swoon (que ya está en la colección permanente del MoMA).

Eddy Desplanques, que se hace llamar WK y firma su obra con una huella digital, empezó como artista callejero en Francia; es uno de los tres artistas franceses en la muestra de Levine, junto con Invader y Blek le Rat. Se mudó a Nueva York a comienzos de los '90 y al poco tiempo, trabajando de noche muy tarde, estaba pintando figuras portentosas en blanco y negro sobre las paredes de todo el bajo Manhattan.

"Era totalmente ilegal, muy inapropiado", recordó Desplanques. Pero también le valió una notoriedad instantánea, y a los pocos años, según contó, "distintas marcas empezaron a ponerse en contacto conmigo y otros artistas callejeros porque éramos tendencia, y querían ser parte de lo que estaba pasando". Él ha creado murales, decoraciones de vidrieras y otros trabajos públicos para Nike, Adidas, Comme des Garçons y otros clientes. "Al principio, algunos otros artistas me criticaron diciendo que yo vendía todo", dijo. "Después lo hicieron todos".

Desplanques, de 41 años, dijo que empezó a exponer en galerías hace alrededor de una década, "pero el arte para mí estaba en la calle". En este momento, además de la galería de Levine, expone en galerías de Londres y París y dijo que sus obras valen entre US$ 10.000 y US$ 50.000.

Todavía sigue haciendo trabajos en las calles de la ciudad y contó que hace poco lo pescó la policía pegando afiches en una pared en Chinatown a las 3 de la mañana. "Tuve suerte. Los policías conocían mi trabajo". De todos modos le confiscaron los afiches, agregó.

Fuente: Revista Ñ

No hay comentarios: