La pregunta que nadie puede dejar de hacerse mientras disfruta del díptico es ¿por qué eligió Rodríguez a un actor para interpretar a una mucama? Es un signo llamativo y arbitrario, pero que se acepta con la misma naturalidad.
Un 7 para Díptico. Escrita y dirigida por Lisandro Rodríguez en presenta una audaz obra que cuenta una parte de la vida con la mirada puesta en los ojos de dos mucamas. Por Natalia Laube
Dos mujeres tienen un encuentro por accidente en la plaza de un barrio residencial. Los roles que se establecen son claros: por un lado, la que cada noche ocupaba ese banco para escaparse de un trabajo rutinario y por otro la que eligió descansar ahí por primera vez. Está claro quién manda. Las mujeres entablan un diálogo en ese rato de descanso, y con el correr de los días, se inicia una relación. Quien las vea charlar entenderá que ni el banco que ocupan ni ese barrio les pertenece del todo. Las dos trabajan y visten como mucamas, un empleo que ha dado miles de personajes secundarios a la ficción.
Pero acá es distinto. En este Díptico, por fin, las mucamas son el centro de un universo hecho con mucha tela para cortar. Primero en Sencilla, obra inaugural del dueto, escrita en conjunto por Lisandro Rodríguez y Santiago Loza (director cinematográfico y dramaturgo en alza, autor entre otros textos de Nada del amor me produce envidia y realizador de Extraño, La invención de la carne, Ártico y el documental sobre Perlongher Rosa Patria) y luego en Ella merece lo mejor, de autoría y dirección de Rodríguez, ellas tienen la palabra.
Como en una pequeña saga, Prieto, la mucama que en el transcurso de Sencilla se adueñaba de un nuevo rincón de su plaza de descanso, aparece después del intervalo en la residencia de los patrones, gente rica y triste porque no puede tener hijos y la mascota se les acaba de morir. Prieto pasa a jugar un rol importante en esa estructura familiar: la pareja que la emplea fantasea con adoptarla. En esta segunda pieza, el panorama se oscurece y gana en interés y justifica el recurso del 2x1. Y si en la primera pieza Prieto sacaba a relucir sus posibilidades y sus imposibilidades en la esfera pública, a partir de la Ella merece lo mejor se expone lo más angustiante de su universo privado, que se ancla en lo anterior y en lo que sigue.
La pregunta que nadie puede dejar de hacerse mientras disfruta del díptico es ¿por qué eligió Rodríguez a un actor para interpretar a una mucama? Es un signo llamativo y arbitrario, pero que se acepta con la misma naturalidad con la que José Escobar juega a ser Prieto en la escena.
Díptico
Autor y dirección: Lisandro Rodríguez.
Elenco: Mariano Villamarín, José Escobar, Andrea Strenitz, Raúl Paniagua.
Teatro: Club de Teatro, Soler 3964.
Fuente: Crítica
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