sábado, 20 de marzo de 2010

Conocimiento carnal

QUE LA INOCENCIA LES VALGA SALLES, DENTE Y OTERO, EL TRÍO PROTAGÓNICO EN LA ESCENA FINAL DEL MUSICAL QUE ANOCHE SE ESTRENÓ EN EL ASTRAL. ALLÍ, Y EN 'JODIDO ESTÁS', LA OBRA COBRA INTENSIDAD, EN UN SEGUNDO ACTO EN EL QUE EL DRAMA ESTALLA SIN MIRAMIENTOS.

Crítica "Despertar de primavera" Ganador del Tony en Broadway 2007, trata la incomunicación entre jóvenes y adultos, en un pueblito alemán por 1891. E incluye temas como el suicidio y el aborto.

Por: Pablo O. Scholz

Obra de impulsos turbulentos, que explora las vivencias de adolescentes que se rebelan a una sociedad obediente en la que "el débil debe ser destruido", Despertar de primavera fue premiada con el Tony 2007 luego de saltar desde el off. Todo en un drama musical de consecuencias trágicas.

Es que aquí hay de todo: despertar sexual, alguna masturbación, acoso y maltrato de padres a hijos y profesores a alumnos, y suicidio, homosexalidad y aborto de adolescentes. La protagonista tiene 14 años. Por los temas que aborda, sumados a cierto masoquismo, la obra fue censurada y tardó quince años en ser representada... por 1891, el año en el que Frank Wedekind la escribió.

Devenida en musical, tal vez el único parangón -por elenco generacional, por cierta transgresión y la música rock, nada habitual en Broadway- sea Rent (1996). Pero Jonathan Larson adaptó La Bohème a los tiempos del sida, y aquí Steven Sater y Duncan Sheik mantienen la época (pueblito rural alemán, fines del siglo XIX) y le ponen rock. Rock alternativo, mejor.

Los deseos reprimidos de Wendla (Florenica Otero), Moritz (Federico Salles) y el libreprensante Melchior (Fernando Dente) estallan de maneras diversas en el aula de un colegio con bloques de paredes altas y blancas -que remedan a The Wall- entre las que se abre un árbol de ramas secas y con la orquesta integrándose a la escena. Moritz, el más acomplejado, cuando canta se desgrana y exagera. Wendla es la más pura inocencia, y Moritz, el que cuestiona el orden establecido. Son la síntesis acabada del espíritu de cualquier adolescente, sea hoy en Buenos Aires o en la Europa de dos siglos atrás.

Pero son contados los momentos en la puesta local en los que la intensidad cobra cuerpo (Jodido estás), con mínimas coreografías. Tanta angustia contenida debe tener una vía de escape. Lastimar, herir son los verbos que más se repiten en las letras, y ese continuo salto entre el momento histórico en que transcurre y el presente, ese anacronismo no siempre cierra en la mente del espectador.

Cuando los actores cantan, no lo hacen como diálogo sino explayando sus dudas y pensamientos internos, mientras en escena los adultos (Tony Lestingui y una Irene Almus componen los roles de todos los mayores) quedan impávidos. Al trío protagónico se suma Mariana Jaccazio (Ilse) como figura a seguir.

Sin efectos en escena que distraigan la atención, la apuesta de Cris Morena tiene a priori su público entre los adolescentes -mantener alejados a los niños-; difícil imaginar adultos, espectadores específicos del musical en nuestro país, bramando mientras estos alemanes se retuercen en el piso, de tanta represión. Los excesos de hormonas explotan la confusión de los jóvenes a los que no se les escucha. Y a veces, sólo a veces, hace falta gritar.SRit«

Despertar de primavera

drama musical libro y letras Steven Sater Musica Duncan Sheik direccion general Ariel Del Mastro escenografia Jorge Ferrari sonido Gastón Briski interpretes Fernando Dente, Florencia Otero, Federico Salles y elenco sala Astral duracion 125', más intervalo

Buena
Fuente: Clarín

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