REDES ESPAÑOLAS UNO DE LOS NÚMEROS DE MAYOR COORDINACIÓN DEL SHOW QUE PRESENTAN EN BRASILPor tercera vez llega la compañía canadiense "Quidam", su nuevo espectáculo, estará aquí en mayo. En San Pablo vimos el show que traen a Buenos Aires. Y contamos cómo se sostiene esta gran maquinaria.
Por: San Pablo, Brasil
Fuente: Enviada especial
El Cirque du Soleil es una gran familia de artistas de circo o sólo un cierto número de elencos autónomos que apenas comparten un mismo nombre? ¿Es un producto de origen canadiense o una mega empresa carente de nacionalidad? Posiblemente un poco de todo esto y algo más, no fácil de desentrañar: aquello que llevó a un grupo de artistas callejeros francocanadienses desde la actividad escasamente lucrativa de lanzallamas y zancudos a un emporio de alcance planetario, con casi veinte espectáculos de circo montados simultáneamente en diferentes lugares del mundo, miles de empleados, miles de artistas y millones de espectadores que los siguen. Todo esto en apenas veinticinco años.
El Cirque du Soleil, o mejor dicho uno de sus elencos, está en estos días en la vertiginosa ciudad de San Pablo haciendo el mismo espectáculo, Quidam, que llevarán a Buenos Aires en mayo próximo. Alrededor del parque donde el circo ha plantado sus carpas la ciudad ruge. Adentro del cálido espacio donde los artistas comen antes de la función, el mundo exterior parece no llegar: hay conversaciones serenas, el chef francés controla las fuentes, cada quien elige la comida más adecuada a la tarea que lo espera. Para un extraño, siempre hay algo intimidante en un individuo extravagantemente maquillado aunque se encuentre tranquilamente aplicado a su plato de spaguettis. Para el variado conjunto humano que allí se encuentra, casi todos en parecidas condiciones, es parte de la realidad cotidiana, ya sea en San Pablo, Helsinki o Tokio.
Entre los muchos y atractivos números que conforman Quidam, el público aplaude con particular calor "Estatuas", ejecutado por una pareja de acróbatas muy especiales: él es húngaro, Richard Jescmen; ella, una silenciosa ucraniana, Yana Semilet; entre ambos desarrollan con extrema lentitud un juego fabuloso de soportes mutuos.
¿Qué creen que el público admira en su número, con su progreso tan lento y sin momentos espectaculares?
Creo que en primer lugar ve a dos dos compañeros en una comunicación muy sensible, que se equilibran el uno al otro como debería ocurrir en la vida. En el circo lo usual es entretener al espectador, pero a partir de nuestra propia experiencia pudimos desarrollar esta expresión más espiritual y no sólo acrobática.
¿Constituyen un matrimonio?
No. Este es un trabajo duro y hay que hacerlo íntimamente muchas horas al día. ¡Imagínese si fuéramos un matrimonio! No habría respiro.
¿Es un tipo de número tradicional?
Sí. Conocí artistas que han hecho estas "acrobacias en cámara lenta", o "números de estatuas" desde los años 30. Nuestro número es una coreografía propia y nueva para Sudamérica; pero es la forma nueva de una vieja tradición.
Sean McKeown es director artístico de Quidam. Nació en Melbourne, Australia, e hizo muchas cosas no relacionadas con el circo antes de llegar aquí
¿Cuál es exactamente su tarea?
Cuidar la integridad artística del show. Es un equipo de sesenta y cinco artistas además de los jefes de escena, fisioterapeutas, gente a cargo del guardarropas, los que se encargan de programar los ensayos.Todo lo que ocurre en el escenario, visualmente hablando, es de mi competencia. Que el vestuario esté en buenas condiciones, que los números estén en buena forma. Hay quienes se enferman, se accidentan con la bicicleta mientras van por la calle o tienen algún percance; mi trabajo consiste también en cubrir las faltas posibles y asegurar que el show que se presentará cada noche en el más alto nivel de calidad.
¿Cuáles son los accidentes que pueden ocurrir con más frecuencia?
La gravedad es la gravedad, como usted sabe: muchas veces gana. Otra responsabilidad mía importante es vigilar la seguridad en las distintas destrezas que se hacen.
No utilizan redes.
No. En los números aéreos hay cuerdas de seguridad o suficientes puntos de contacto como para que, si pierden alguno de estos puntos, no haya peligro.
¿En las audiciones buscan algo específico o eligen números ya armados y los incluyen en los shows?
Una combinación de ambos. Los shows precisan ser refrescados con frecuencia y también hay que reemplazar gente. Por otra parte, buscamos permanentemente nuevas ideas. Algunas veces, puede pasar, el Cirque du Soleil toma un número completo y lo integra. Buscamos gente con talento, habilidad, disciplina y buena actitud. Pero no hay aquí estrellas; o mejor dicho, todos son estrellas.
¿Cuándo se estrenó este show?
En 1996, pero como todo, fue cambiando a lo largo del tiempo.
Imagino que viaja permanentemente. ¿Tiene algún domicilio fijo?
Mi dirección de correo es la casa de mi madre en un pequeño pueblo de Australia, pero tengo una casa en Melbourne y un departamento de Buenos Aires, en (pronuncia con dificultad) Sarmiento y Paraná.
Fuente: Enviada especial
El Cirque du Soleil es una gran familia de artistas de circo o sólo un cierto número de elencos autónomos que apenas comparten un mismo nombre? ¿Es un producto de origen canadiense o una mega empresa carente de nacionalidad? Posiblemente un poco de todo esto y algo más, no fácil de desentrañar: aquello que llevó a un grupo de artistas callejeros francocanadienses desde la actividad escasamente lucrativa de lanzallamas y zancudos a un emporio de alcance planetario, con casi veinte espectáculos de circo montados simultáneamente en diferentes lugares del mundo, miles de empleados, miles de artistas y millones de espectadores que los siguen. Todo esto en apenas veinticinco años.
El Cirque du Soleil, o mejor dicho uno de sus elencos, está en estos días en la vertiginosa ciudad de San Pablo haciendo el mismo espectáculo, Quidam, que llevarán a Buenos Aires en mayo próximo. Alrededor del parque donde el circo ha plantado sus carpas la ciudad ruge. Adentro del cálido espacio donde los artistas comen antes de la función, el mundo exterior parece no llegar: hay conversaciones serenas, el chef francés controla las fuentes, cada quien elige la comida más adecuada a la tarea que lo espera. Para un extraño, siempre hay algo intimidante en un individuo extravagantemente maquillado aunque se encuentre tranquilamente aplicado a su plato de spaguettis. Para el variado conjunto humano que allí se encuentra, casi todos en parecidas condiciones, es parte de la realidad cotidiana, ya sea en San Pablo, Helsinki o Tokio.
Entre los muchos y atractivos números que conforman Quidam, el público aplaude con particular calor "Estatuas", ejecutado por una pareja de acróbatas muy especiales: él es húngaro, Richard Jescmen; ella, una silenciosa ucraniana, Yana Semilet; entre ambos desarrollan con extrema lentitud un juego fabuloso de soportes mutuos.
¿Qué creen que el público admira en su número, con su progreso tan lento y sin momentos espectaculares?
Creo que en primer lugar ve a dos dos compañeros en una comunicación muy sensible, que se equilibran el uno al otro como debería ocurrir en la vida. En el circo lo usual es entretener al espectador, pero a partir de nuestra propia experiencia pudimos desarrollar esta expresión más espiritual y no sólo acrobática.
¿Constituyen un matrimonio?
No. Este es un trabajo duro y hay que hacerlo íntimamente muchas horas al día. ¡Imagínese si fuéramos un matrimonio! No habría respiro.
¿Es un tipo de número tradicional?
Sí. Conocí artistas que han hecho estas "acrobacias en cámara lenta", o "números de estatuas" desde los años 30. Nuestro número es una coreografía propia y nueva para Sudamérica; pero es la forma nueva de una vieja tradición.
Sean McKeown es director artístico de Quidam. Nació en Melbourne, Australia, e hizo muchas cosas no relacionadas con el circo antes de llegar aquí
¿Cuál es exactamente su tarea?
Cuidar la integridad artística del show. Es un equipo de sesenta y cinco artistas además de los jefes de escena, fisioterapeutas, gente a cargo del guardarropas, los que se encargan de programar los ensayos.Todo lo que ocurre en el escenario, visualmente hablando, es de mi competencia. Que el vestuario esté en buenas condiciones, que los números estén en buena forma. Hay quienes se enferman, se accidentan con la bicicleta mientras van por la calle o tienen algún percance; mi trabajo consiste también en cubrir las faltas posibles y asegurar que el show que se presentará cada noche en el más alto nivel de calidad.
¿Cuáles son los accidentes que pueden ocurrir con más frecuencia?
La gravedad es la gravedad, como usted sabe: muchas veces gana. Otra responsabilidad mía importante es vigilar la seguridad en las distintas destrezas que se hacen.
No utilizan redes.
No. En los números aéreos hay cuerdas de seguridad o suficientes puntos de contacto como para que, si pierden alguno de estos puntos, no haya peligro.
¿En las audiciones buscan algo específico o eligen números ya armados y los incluyen en los shows?
Una combinación de ambos. Los shows precisan ser refrescados con frecuencia y también hay que reemplazar gente. Por otra parte, buscamos permanentemente nuevas ideas. Algunas veces, puede pasar, el Cirque du Soleil toma un número completo y lo integra. Buscamos gente con talento, habilidad, disciplina y buena actitud. Pero no hay aquí estrellas; o mejor dicho, todos son estrellas.
¿Cuándo se estrenó este show?
En 1996, pero como todo, fue cambiando a lo largo del tiempo.
Imagino que viaja permanentemente. ¿Tiene algún domicilio fijo?
Mi dirección de correo es la casa de mi madre en un pequeño pueblo de Australia, pero tengo una casa en Melbourne y un departamento de Buenos Aires, en (pronuncia con dificultad) Sarmiento y Paraná.
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