Graduados de Bellas Artes
Los estudiantes que se reciben de la carrera de Plástica son convocados para trabajar en diversos sectores que están lejos de las tradicionales galerías a las que se suele asociar a los artistas
La exclusividad de las distinguidas y selectas galerías de arte aparece como el único destino posible para los egresados de la carrera de Plástica de la Facultad de Bellas Artes. Si así fuera, serían muchos los que quedarían relegados.
Afortunadamente, esa realidad sólo existe en el imaginario social de quienes están poco o nada vinculados con el mundo de las disciplinas artísticas derivadas de la plástica.
A decir verdad, el universo que le abre sus puertas a estos especialistas es bastante más amplio aunque, claro está, de ninguna manera eso significa que atravesar la entrada sea fácil.
Ante la consulta de Hoy, la decana de la Facultad de Bellas Artes de la UNLP, María Elena Larregle, contó que la licenciatura o el profesorado en Artes Plásticas comprende siete orientaciones: Pintura, Escultura, Cerámica, Grabado y Arte Impreso, Dibujo, Escenografía y Muralismo, y Arte Público Monumental.
De ellas, la primera es la que, en general, todos los años cuenta con más cantidad de alumnos desde el ingreso.
Con respecto a la salida laboral de cada una, Larregle comentó: “Recién desde hace poco se está empezando a estudiar qué hacen los estudiantes una vez que egresan”.
En principio, según explicó, la ocupación más frecuente a la que se vuelcan los profesionales es la docencia, tanto sea en escuelas como en talleres particulares.
Fuera del circuito tradicional de las exposiciones en las que, dicho sea de paso, no es fácil hacerse un lugar, aparecen otros campos como la ilustración para libros, la animación o la gráfica no convencional.
En el caso particular de los escenógrafos, Larregle señaló que son convocados para montajes de espectáculos, mientras que los egresados de Cerámica suelen insertarse en los circuitos de producción de objetos, y los grabadores se dedican a la impresión serigráfica de imágenes.
“Las industrias multimedial y audiovisual también necesitan del trabajo de los artistas plásticos en sus producciones integrales”, señaló la decana.
Y bien, ¿qué lugar ocupan en este escenario laboral las exposiciones en galerías y salones? Según Larregle, “si bien todos llevan su CV o un book mostrando su trabajo, es difícil entrar en ese circuito”.
En este sentido, explicó que “son muy pocos los que llegan a vivir exclusivamente de hacer muestras”, y enfatizó el hecho de que “está todo muy restringido a Capital Federal” ya que “incluso en La Plata hay muy pocos lugares”.
Con respecto a la escultura, la profesional la definió como “un área muy acotada”, y explicó que, en general, el acceso a oportunidades como hacer monumentos u obras de gran tamaño para ubicar en una plaza, por ejemplo, llegan a través de concursos, cuando no se convoca directamente a un escultor reconocido.
Queda claro que, aun con todas las dificultades que los egresados de Bellas Artes tienen a la hora de conseguir trabajo para poder vivir de su profesión, el mercado es bastante más amplio de lo que el común de la gente puede suponer.
Más oportunidades para que no terminen dedicándose a lo que estudiaron sólo “por amor al arte”.
Fuente: Hoy
Los estudiantes que se reciben de la carrera de Plástica son convocados para trabajar en diversos sectores que están lejos de las tradicionales galerías a las que se suele asociar a los artistas
La exclusividad de las distinguidas y selectas galerías de arte aparece como el único destino posible para los egresados de la carrera de Plástica de la Facultad de Bellas Artes. Si así fuera, serían muchos los que quedarían relegados.
Afortunadamente, esa realidad sólo existe en el imaginario social de quienes están poco o nada vinculados con el mundo de las disciplinas artísticas derivadas de la plástica.
A decir verdad, el universo que le abre sus puertas a estos especialistas es bastante más amplio aunque, claro está, de ninguna manera eso significa que atravesar la entrada sea fácil.
Ante la consulta de Hoy, la decana de la Facultad de Bellas Artes de la UNLP, María Elena Larregle, contó que la licenciatura o el profesorado en Artes Plásticas comprende siete orientaciones: Pintura, Escultura, Cerámica, Grabado y Arte Impreso, Dibujo, Escenografía y Muralismo, y Arte Público Monumental.
De ellas, la primera es la que, en general, todos los años cuenta con más cantidad de alumnos desde el ingreso.
Con respecto a la salida laboral de cada una, Larregle comentó: “Recién desde hace poco se está empezando a estudiar qué hacen los estudiantes una vez que egresan”.
En principio, según explicó, la ocupación más frecuente a la que se vuelcan los profesionales es la docencia, tanto sea en escuelas como en talleres particulares.
Fuera del circuito tradicional de las exposiciones en las que, dicho sea de paso, no es fácil hacerse un lugar, aparecen otros campos como la ilustración para libros, la animación o la gráfica no convencional.
En el caso particular de los escenógrafos, Larregle señaló que son convocados para montajes de espectáculos, mientras que los egresados de Cerámica suelen insertarse en los circuitos de producción de objetos, y los grabadores se dedican a la impresión serigráfica de imágenes.
“Las industrias multimedial y audiovisual también necesitan del trabajo de los artistas plásticos en sus producciones integrales”, señaló la decana.
Y bien, ¿qué lugar ocupan en este escenario laboral las exposiciones en galerías y salones? Según Larregle, “si bien todos llevan su CV o un book mostrando su trabajo, es difícil entrar en ese circuito”.
En este sentido, explicó que “son muy pocos los que llegan a vivir exclusivamente de hacer muestras”, y enfatizó el hecho de que “está todo muy restringido a Capital Federal” ya que “incluso en La Plata hay muy pocos lugares”.
Con respecto a la escultura, la profesional la definió como “un área muy acotada”, y explicó que, en general, el acceso a oportunidades como hacer monumentos u obras de gran tamaño para ubicar en una plaza, por ejemplo, llegan a través de concursos, cuando no se convoca directamente a un escultor reconocido.
Queda claro que, aun con todas las dificultades que los egresados de Bellas Artes tienen a la hora de conseguir trabajo para poder vivir de su profesión, el mercado es bastante más amplio de lo que el común de la gente puede suponer.
Más oportunidades para que no terminen dedicándose a lo que estudiaron sólo “por amor al arte”.
Fuente: Hoy
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