lunes, 5 de abril de 2010

De actores a realizadores: tres nuevas experiencias en el Bafici

12º Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente

Alternan su trabajo entre estar delante o detrás de las cámaras

Ignacio Rogers, Belén Blanco y Mónica Lairana participarán con sus más recientes filmes, como tantos otros realizadores, en distintas secciones del 12º Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici), que empieza este miércoles. Lo que ellos tienen en común es que son tres jóvenes y talentosos actores que decidieron ponerse detrás de cámara para convertirse en cineastas.

Rogers, además de concursar con su film Sábado uno en la Competencia Oficial de Cortometrajes, también es uno de los protagonistas del largo El pasante, ópera prima de Clara Picasso, que participa de la Competencia Oficial Argentina. Belén Blanco –quien ya dirigió los cortos Nadie, Germen e Imagen– presentará en la Muestra de Cortos Argentinos su último trabajo, Esa soy yo, que protagoniza junto a Norma Pons. Y Mónica Lairana –quien había ya estado en la Competencia Internacional del Bafici como actriz con El desierto negro, de Gaspar Scheuer– presentará el corto Rosa, su debut como guionista y directora, que forma parte de Historias Breves VI, producción del Incaa.

"Mi escuela en el cine fue ser espectador con la conciencia de querer hacer cine algún día. Tratar de afilar la mirada y pensar cómo se hizo eso que estoy viendo, encontrar algún mecanismo para después poder reproducirlo, modificarlo o descartarlo", explicó Rogers, protagonista de Como un avión estrellado, de Ezequiel Acuña.

Lairana afirmó que aprendió de "cada uno de los directores con los que tuve el placer de trabajar y también de mirar películas, porque mirar cine es la mejor escuela para cualquiera que quiera filmar".
Mientras que Blanco dijo que su aprendizaje como directora depende además "de la simple observación del trabajo de los compañeros. Cuando me iba a rodar siempre llegaba mucho antes y me iba mucho después. Quería ver, saber, aprender. Preguntaba mucho".

Rogers –que estudió en el Centro de Investigación Cinematográfica (CIC)–, reveló: "nunca pude aprender ninguna cosa técnica durante un rodaje, pero aprendí mucho sobre la situación de trabajo. El estar presente enseña mucho sobre la dinámica de trabajo y eso me sirvió para mis trabajos currículares como para el corto que dirigí".

–¿Cómo pasaron de la actuación a la dirección?

Rogers: –No me interesaba demasiado estudiar actuación como carrera, prefería seguir aprendiendo trabajando o yendo a clases de una manera más informal. El cine me gustaba desde hacía tiempo y siempre había tenido curiosidad por la dirección así que busqué escuela de cine y empecé.
Blanco: –No sé muy bien, en el medio estuvo escribir... y después fue un poco por necesidad, no sé bien de qué...
Lairana: –En mi caso se dio de manera natural. Al principio yo estaba fascinada con actuar en cine. Incluso me involucré con la investigación del trabajo del actor en cine; con el tiempo, la curiosidad y el conocimiento que fui adquiriendo me empecé a fascinar también con la hechura, el detrás de escena.

–¿Cuáles fueron sus primeros acercamientos al cine?

Lairana: –Primero nació el deseo profundo de hacer cine como actriz y ser parte de ese universo que me maravillaba. Eso me impulsó a buscar y hasta intentar armar mis propios proyectos, desde el desconocimiento absoluto en aquel momento pero con una enorme voluntad de aprenderlo todo.
Blanco: –En mi caso, fue cuando actué en mi primera película... y creo que cuando descubrí a Ingmar Bergman.
Rogers: –Mi primer acercamiento al cine fue como actor. Yo estaba actuando en El Adolescente, de Federico León, y Ezequiel Acuña la vio y me llamó para hacer Como un avión estrellado.

–¿Se sienten más cómodos delante o detrás de la cámara?

Rogers: –La verdad es que me siento más cómodo adelante. La actuación es algo que empezó mucho antes y eso me da más recursos para sentirme cómodo. Pero cuando dirigí, al momento de rodar me sentí cómodo. Igual, no tengo la suficiente experiencia dirigiendo como para saber cuál es el lugar en el que puedo sentirme mejor.
Lairana: –Yo no lo sé. A lo mejor cuando tenga más realizaciones propias pueda sacar esa conclusión.
Blanco: –Para mí es muy diferente, tanto en comodidades e incomodidades.

–¿Qué desafíos y placeres les ofrece la dirección?

Blanco: –Creo que aún no me llegó el momento de reflexionar acerca de eso.
Lairana: –Soy una actriz que se entrega a las decisiones del director, lo que aporto es siempre consensuado, porque defiendo la idea de que es "su obra". Dirigir me dio el desafío y el placer de tomar cada una de las decisiones y la posibilidad de contar una historia desde mi mirada.
Rogers: –Al actuar uno se concentra en una parte de la obra y al dirigir uno tiene que concentrarse en la obra completa, pero el objetivo es el mismo: llegar a una creación buena y honesta. Es extraño, pero creo que dirigir puede ofrecer los mismos desafíos y placeres que actuar pero por el camino contrario.

Fuente: Diagonales

No hay comentarios: