viernes, 5 de marzo de 2010

Un Brecht en su propia tierra

Justificar a ambos ladosDESPLIEGUE EN LA OBRA HAY 30 MAQUINISTAS EN ESCENA, 8 MÚSICOS Y 40 ACTORES.

Alejandro Tantanián Presentó en Alemania, con gran éxito, "La ópera de los tres centavos".

Desde Alemania, el director Alejandro Tantanián dice que fue conciente del desafío la noche del estreno. El 27 de febrero, entonces, en el Nationaltheater Mannheim, tomó conciencia que era absolutamente un extranjero con la pieza más querida por el público alemán: La ópera de tres centavos de Bertolt Brecht y Kurt Weill. Fue en el Nationaltheater Mannheim, Alemania. La pieza tuvo el antecedente de la exitosa puesta Amerika de Franz Kafka, que Tantanián estrenó en Alemania en abril de 2009.

"El vínculo que el público alemán tiene con este clásico de Brecht es único: comprensible a los ojos de un extraño recién cuando el público entra a la sala. Y esto sucede el día del estreno: día en el que está todo dicho (o casi): demasiado tarde para lágrimas entonces", dice el director desde Alemania.

La puesta cuenta con un enorme poderío visual, 30 maquinistas sobre el escenario, 8 músicos y 40 actores, miembros del elenco estable del NT Mannheim y actores invitados. Durante el estreno, los aplausos finales duraron más de diez minutos y ya están totalmente agotadas las 650 localidades de la sala para las próximas 10 funciones programadas. " El público alemán siente frente a esta pieza una especie de devoción. Y el peligro, como en toda religión, es el fundamentalismo. Hay, claro, una manera de hacer la obra y contra ella libramos batalla Oria Puppo (escenografía y vestuario), Diego Velázquez (coreografía) y yo acompañados, vamos a ser justos, por varios nativos que apoyaban nuestra manera desenfadada de mirar el material", dice Tantanián.

Se han publicado ya cuatro crítica muy buenas sobre la puesta. "En la obra están presentes todos los tópicos del teatro musical (ópera, melodrama, cabaret, music hall) y ese motor, el de la música, hizo famosa la pieza. La extraordinaria unión de aquellas letras (de una virulencia inusitada para 1928) con las melodías arrojó a territorio de sombras los conflictos morales y de clase que la pieza presenta. La crítica al capitalismo que Brecht propone, incluso aquella que con cierto cinismo se ejerce sobre los géneros de diversión que la propia burguesía consume y de los cuales sabe valerse de manera única obra son devorados por la omnívora presencia musical. El desafío fue encontrar un equilibrio entre esas dos fuerzas. Y la manera en que el relato pueda empatarse con la música es traerlo decididamente a nuestros días". Todo salió como lo pensaba y Tantanián ya tiene proyectos, en el mismo teatro, para el año 2011/2012.

Fuente: Clarín

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