La elección fue hecha por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Federación Internacional de Organizaciones de Donantes de Sangre (FIODS), la Sociedad Internacional de Transfusión Sanguínea (SITS) y la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja.
Ante este panorama, la pregunta que surge es ¿cuál es la tendencia de la donación de sangre en el país?
Según el Plan Nacional de Sangre, dependeniente del ministerio de Salud de la Nación, en Argentina, el modelo de donación de sangre es predominantemente familiar y por reposición, y “sólo el 10% corresponde a la modalidad deseada”. Un porcentaje bajo para la importancia que reviste donar sangre.
Por esa razón, para el Plan Nacional de Sangre, el donante de sangre voluntario y habitual es considerado una pieza clave. “La idea es transformar el modelo actual de donación de sangre basado en la reposición por un modelo superador basado en la donación voluntaria y habitual”, aseguran.
Décadas atrás, la donación de sangre voluntaria era algo más arraigado en la sociedad, pero esa costumbre se fue perdiendo por ciertos temores que se relacionan con el miedo a contraer enfermedades como el HIV. En ese sentido, desde la Fundación Favaloro desmitifican esa creencia popular y aseguran que el donante no puede contagiarse HIV y ninguna otra enfermedad debido a que todo el material que se utiliza en las donaciones es estéril y descartable; y por lo tanto incapaz de trasmitir alguna enfermedad.
Por otro lado, desde el ministerio explican que hay ciertos períodos en que cuesta alcanzar la autosuficiencia. La Organización Panamericana de la Salud recomienda, para que el sistema esté en equilibrio, que el 3,5% de la población done sangre. “En nuestro país estamos lejos de esa meta cuantitativa”, admiten.
Agregan que, además de la necesidad de contar con más componentes sanguíneos, se busca “la seguridad transfusional y ésta sólo se refuerza con donantes voluntarios y habituales”.
“Donar sangre es imprescindible, debido a que no existe ningún producto capaz de sustituir completamente a la sangre humana”, señalan. Además, la donación permite salvar entre tres y cuatro vidas.
Cabe destacar que de un donante se extraen glóbulos rojos, que se utilizan cuando las personas pierden sangre o tienen anemias o disminución de glóbulos rojos. También se separan las plaquetas, que sirven para evitar sangrados o hemorragias; y se obtiene el plasma, vital para que la industria produzca medicamentos.
Un método rápido, fácil y seguro
En el caso de hallar alguna anormalidad, se le notifica el hallazgo al donante, y se lo cita para asesorarlo sobre los pasos que deben seguirse.
Todos los datos personales se mantienen en absoluta reserva, así como los resultados obtenidos; y sólo podrán ser informados al interesado en forma confidencial.
Puede ser donante toda persona entre 18 y 65 años, que pese más de 50 kilos y que no padezca enfermedades que sean transmitidas por sangre.
Otro requisito es no haber tenido relaciones sexuales con parejas ocasionales, no haber consumido drogas endovenosas y no haberse tatuado o hecho perforaciones o escarificaciones cutáneas en el último año.
Las donaciones pueden ser repetidas a los 60 días, si el examen clínico muestra la aptitud para poder hacerlo. Y se puede donar hasta en cuatro oportunidades en el año.
Fuente: Hoy
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