El espectáculo se verá hoy a las 21, en El Altillo del Sur Casa Teatro de La Plata
El actor español Miguel Fo llegó a la Argentina en octubre de 2009, después de tomar clases de improvisación en su país con Osqui Guzmán, a quien le pidió "continuar aprendiendo". Armó sus valijas, salió por primera vez de su Vilches natal y hoy llega a La Plata para participar del fin de semana dedicado a la mujer que organizó el Altillo del Sur Casa Teatro (1 Nº 1693 y 67).
Cuentos de mujeres es el título del espectáculo que Miguel Fo estrenará esta noche a las 21 y él mismo explica de qué se trata: "son todos cuentos propios, César Palumbo me comentó que querían realizar la semana de la mujer y yo seleccioné mis trabajos con respeto a ese tema".
El primero de los textos se llama Preciosa y delicado y según el autor e intérprete habla "sobre la condena de la mujer a presentar una imagen perfecta, cosa que al hombre le sucede, pero a la mujer mucho más. La historia es de una niña pequeña que crece con un espejo que representa los ojos suyos hacia los demás y el de los demás hacia su propia imagen".
La zamarra es un cuento popular de Andalucía que Miguel Fo tomó para relatar la historia "de una mujer joven que se enamora de un hombre mayor y cuando pasa el tiempo, él comienza a verla como una zamarra, cuando en realidad nada ha cambiado en ella. Sucede lo que dicen muchos: que el amor es como el agua, si no se mueve se estropea". El español explicó que la zamarra es un insulto: "quiere decir desprolija, sucia, una mujer que no se ocupa ni de su casa ni de ella misma" y que lo interesante es que un hombre "jamás" llama así a una mujer, en cambio es común escuchar el término entre las mujeres.
La tercera pieza de este espectáculo es Con alas de mujer: "Trata sobre un pueblo de cazadores donde a la mujer no le permiten comer carne de ave. Hasta que un día, un cazador caza un ave y como en su casa no hay otra cosa para comer, su mujer prueba y ahí se desencadena todo", dijo Fo, que también adelantó que para el final realizará "un cuento improvisado que construiremos entre todos los presentes".
–¿Le resulta difícil escribir sobre la mujer?
–No, para nada. Yo pienso que este mundo cambiará el día que las mujeres lleguen al poder, porque ellas tienen la capacidad de crear, de traer la vida. Yo escribo de experiencias propias, de cosas que observo de los más pequeños, que ya llevan un camino aprendido y a mi me ha ayudado mucho mi María José, mi hermana pequeña.
Miguel Fo se define como actor, improvisador y cuenta cuentos porque "es un triángulo: yo me considero actor porque a través de un texto puedo crear imágenes. En cambio el improvisador no se ata a un texto, deja que las cosas ocurran y quiere volar, no toca nunca la tierra. Y el cuenta cuentos es un explorador de la palabra que nunca deja de viajar".
–¿Por qué las mujeres tienen que ir a ver este espectáculo?
–No sólo son cuentos para las mujeres, son cuentos para todos. Y yo quiero que gracias a días como estos todos nos demos cuenta que la mujer es el súper héroe que nos queda. Y además quiero que vengan porque se van a divertir.
Fuente: Diagonales
El actor español Miguel Fo llegó a la Argentina en octubre de 2009, después de tomar clases de improvisación en su país con Osqui Guzmán, a quien le pidió "continuar aprendiendo". Armó sus valijas, salió por primera vez de su Vilches natal y hoy llega a La Plata para participar del fin de semana dedicado a la mujer que organizó el Altillo del Sur Casa Teatro (1 Nº 1693 y 67).
Cuentos de mujeres es el título del espectáculo que Miguel Fo estrenará esta noche a las 21 y él mismo explica de qué se trata: "son todos cuentos propios, César Palumbo me comentó que querían realizar la semana de la mujer y yo seleccioné mis trabajos con respeto a ese tema".
El primero de los textos se llama Preciosa y delicado y según el autor e intérprete habla "sobre la condena de la mujer a presentar una imagen perfecta, cosa que al hombre le sucede, pero a la mujer mucho más. La historia es de una niña pequeña que crece con un espejo que representa los ojos suyos hacia los demás y el de los demás hacia su propia imagen".
La zamarra es un cuento popular de Andalucía que Miguel Fo tomó para relatar la historia "de una mujer joven que se enamora de un hombre mayor y cuando pasa el tiempo, él comienza a verla como una zamarra, cuando en realidad nada ha cambiado en ella. Sucede lo que dicen muchos: que el amor es como el agua, si no se mueve se estropea". El español explicó que la zamarra es un insulto: "quiere decir desprolija, sucia, una mujer que no se ocupa ni de su casa ni de ella misma" y que lo interesante es que un hombre "jamás" llama así a una mujer, en cambio es común escuchar el término entre las mujeres.
La tercera pieza de este espectáculo es Con alas de mujer: "Trata sobre un pueblo de cazadores donde a la mujer no le permiten comer carne de ave. Hasta que un día, un cazador caza un ave y como en su casa no hay otra cosa para comer, su mujer prueba y ahí se desencadena todo", dijo Fo, que también adelantó que para el final realizará "un cuento improvisado que construiremos entre todos los presentes".
–¿Le resulta difícil escribir sobre la mujer?
–No, para nada. Yo pienso que este mundo cambiará el día que las mujeres lleguen al poder, porque ellas tienen la capacidad de crear, de traer la vida. Yo escribo de experiencias propias, de cosas que observo de los más pequeños, que ya llevan un camino aprendido y a mi me ha ayudado mucho mi María José, mi hermana pequeña.
Miguel Fo se define como actor, improvisador y cuenta cuentos porque "es un triángulo: yo me considero actor porque a través de un texto puedo crear imágenes. En cambio el improvisador no se ata a un texto, deja que las cosas ocurran y quiere volar, no toca nunca la tierra. Y el cuenta cuentos es un explorador de la palabra que nunca deja de viajar".
–¿Por qué las mujeres tienen que ir a ver este espectáculo?
–No sólo son cuentos para las mujeres, son cuentos para todos. Y yo quiero que gracias a días como estos todos nos demos cuenta que la mujer es el súper héroe que nos queda. Y además quiero que vengan porque se van a divertir.
Fuente: Diagonales
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