Se trata del que está ubicado en el Rectorado de la UNLP. Un relojero platense le volvió a dar cuerda
Corría 1895 y La Plata tenía 13 jóvenes años. Julio Argentino Roca era el presidente del país y Dardo Rocha gobernaba la ciudad. Por las calles iluminadas a lámparas con querosene circulaban los tranvías a caballo y los 6.846 habitantes asistían al nacimiento de una ciudad imponente.
Hacía pocos años que se habían inaugurado el edificio municipal y la Casa de Gobierno, la incipiente Universidad albergaba a sus primeros estudiantes (ver aparte) y varios edificios mostraban sus flamantes relojes monumentales, símbolo de la época, en su mayoría traídos de Europa.
Desde 1884 que funcionaba el de la iglesia San Ponciano; y en 1895 comenzó a marcar la hora el emblemático reloj del Banco Hipotecario Nacional.
Cabe recordar que por esos años el Banco Hipotecario funcionaba en el edificio donde en la actualidad se ubica el Rectorado de la Universidad Nacional de La Plata.
Mucho más acá en el tiempo, un desperfecto técnico hizo que sus engranajes dejaran de marcar el tiempo durante veinte años. Javier Ahumada, uno de los pocos relojeros monumentales que existen en el país, hizo que las agujas volvieran a marcar el ritmo de vida platense.
“Cuando estuve ante la máquina quedé sorprendido de ver reliquia semejante con tanta historia sobre sus engranajes. Muchas manos han pasado y dejaron buenos y malos tratos”, cuenta a Hoy.
Agrega que la campana del reloj “aún conserva la leyenda Banco Hipotecario 1895”.
El reloj se encuentra en un altillo construido en madera de pinotea y, según el relojero, posee “una arquitectura increíble”. Traído de Alemania en los primeros años fundacionales, la fabulosa máquina tiene engranajes de bronce y acero, una marcha impulsada por dos contrapesos de 40 kilos cada uno y posee una sonería de acción cada media hora. Durante 15 días, Ahumada trabajó para que toda esa maquinaria vuelva a funcionar como hace 115 años atrás.
“Recuperé su máquina, sonería, agujas y números. Iluminé su esfera y puse en condiciones la sala de máquinas”, detalla. Si bien todavía hace falta un par de ajustes para lograr una sincronización perfecta, “el que esté funcionando es un gran orgullo para toda la ciudad”.
La vida en la incipiente ciudad
Por aquellos años, en los suburbios de la ciudad era bastante común la realización de carreras cuadreras (carreras de caballo), el juego de la taba (un hueso arrojado al aire donde se gana según de qué lado caiga) y el de las bochas. También podían verse riñas de gallos.
En un primer momento la población de La Plata estuvo constituida por operarios de las comisiones demarcadoras y obreros de la construcción, algunos comerciantes y su personal.
Tiempo después se les sumaron los trabajadores de los hornos de ladrillo-cal y se hizo necesario construir hoteles y restaurantes para albergar a funcionarios, viajantes de comercio, periodistas, turistas, curiosos y otros pasajeros ocasionales.
En cuanto a los servicios, el 24 de agosto de 1887 los platenses tuvieron teléfono.
Las oficinas se encontraban ubicadas en la calle 47 entre 8 y 9 y las líneas habilitadas permitían comunicaciones con Buenos Aires, Tolosa y Ensenada.
El telégrafo se anticipó en cuatro días: se inauguró el 20 de agosto del mismo año, en la esquina de 7 y 49. Para alumbrar la ciudad se utilizaban más de 400 faroles a querosene.
Joyas vueltas a sincronizar
Varios relojes monumentales fueron recuperados por Ahumada, que además se encarga de su mantenimiento
Muchos de los relojes monumentales nacieron durante los primeros años de La Plata, y por eso se los considera históricos. Algunos son réplicas de famosas piezas de relojería, como es el caso del reloj del Palacio Municipal. Fue reciclado en 2004 y constituye una de las pocas copias fieles del Big Ben de Londres que existen en el mundo (ver aparte).
En noviembre último, Javier Ahumada recuperó el reloj del Banco Nación, ubicado en la esquina de 7 y 48.
En ocasiones, uno de los motivos por los que muchos relojes permanecen detenidos en el tiempo es el alto costo que implica repararlos.
Algunos repuestos son difíciles y costosos de conseguir. “Soy tornero y muchos repuestos los fabrico yo mismo”, explica. Ahumada ya reparó los relojes de la basílica del Sagrado Corazón de La Plata y es el encargado de mantener los relojes del Arzobispado platense. También hizo que volvieran a funcionar los relojes ubicados en la basílica de Venado Tuerto, el edificio municipal de esa ciudad, la iglesia de Magdalena y la de General Villegas.
Los magníficos y emblemáticos Rolex
La mundialmente conocida compañía Rolex fue fundada en 1905 por Hans Wildorf y su cuñado, Alfred Davis. Wilsdorf no era suizo y tampoco relojero.
Wilsdorf & Davis fue el nombre original de lo que después se convirtió en la Rolex Watch Company.
Los primeros relojes de Wilsdorf y Davis eran generalmente marcados como W&D en el interior de la tapa.
Según la creencia popular, Wilsdorf dijo que deseaba que el nombre de su marca debería ser fácil de pronunciar para cualquier habitante del mundo.
En tanto, otros creen que el nombre da la marca deriva de horlogerie exquise; y hay algunos que aseguran que Rolex fue el sonido que oyó Hans al herirse y oír el tictac de su reloj.
En 1912, la Wilsdorf & Davis se trasladó del Reino Unido a Suiza. Las razones: el elevado costo de las exportaciones de oro, plata y otros metales preciosos.
Desde entonces, la sede de Rolex permaneció en Ginebra, Suiza.
En la actualidad, Rolex es propiedad de la fundación Rolex, por lo que la mayoría de sus ganancias están destinadas a promover un cambio positivo para el hombre y el medio ambiente.
Las genialidades del mundo
El mundo tiene grandes relojes que en muchos casos son representativos de las ciudades. El Big Ben en Londres, la Torre de los Ingleses en Buenos Aires, el reloj de Pachuca en México.
La inauguración de la Torre de los Ingleses se llevó adelante el 24 de mayo de 1916 en Buenos Aires. En la ceremonia estuvieron presentes el entonces presidente argentino Victorino de la Plaza y el ministro plenipotenciario inglés Reginal Tower. La construcción estuvo a cargo de la empresa Hopkins y Gardom. Casi todo el material para la edificación fue traído desde Inglaterra. Lo mismo ocurrió con el personal técnico encargado de la construcción.
El reloj monumental de Pachuca es una torre de reloj de 40 metros de alto, construida en 1904 en la plaza Independencia de la ciudad de Pachuca, Hidalgo, México; para conmemorar el centenario de la independencia de México.
El famoso Big Ben es el nombre con que se conoce a la gran campana que forma parte del reloj del Palacio de Westminster, ubicado en Londres, Inglaterra. Se cree que recibe su nombre en honor al primer encargado de la construcción, Benjamin Hall, o quizás para homenajear al boxeador Ben Caunt, popular en 1858, año en el que la campana fue fundida.
Relojeros ricos y famosos
Antoni Patek comenzó haciendo relojes de bolsillo en 1839 en Ginebra, junto con su colega polaco Franciszek Czapek. Se separaron en 1844, y en 1845 Patek se unió con el relojero francés Adrien Philippe, inventor del mecanismo de disolución sin llave. En 1851 se fundó la Patek Philippe & Co.
Hoy es una empresa que realiza relojes de lujo. Su presidente es el multimillonario Henri Stern. Las magníficas máquinas son usadas por miembros de la realeza, estrellas de cine y magnates.
Fuente: Hoy
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