domingo, 21 de marzo de 2010

Denuncian que hay más de 320 personas perdidas en Argentina

Un sistema de busqueda que no funciona

Son datos de Red Solidaria, pero no existe un registro oficial unificado en el país. En la morgue judicial ingresan entre 250 y 300 NN por año.

Por Brenda Focas

El caso de Lucas Rebolini, el hijo de los actores Antonio Grimau y Leonor Manso, que estuvo un mes en la morgue como un NN, destapó una problemática oculta. Según Red Solidaria, hay en la actualidad más de 320 personas perdidas, la mayoría, gente sin ningún tipo de enfermedad, que salió de su casa un día cualquiera, y nunca más regresó. ¿Dónde están?... la pregunta queda flotando en el aire. La búsqueda silenciosa de los familiares continúa día a día. Un dato confuso, un rumor, alguna foto que alguien cree reconocer, un posible rastro... Encontrar a una persona perdida en la Argentina depende de una cadena exitosa de casualidades.

“En la morgue se hace una ficha donde queda una constancia sobre las causas del deceso, pero los médicos forenses no hacen ningún trámite por lograr la identificación de los cadáveres NN”, precisó un vocero de la Corte Suprema de Justicia. En la morgue judicial porteña admiten que llegan en el año entre 250 y 300 NN, de los cuales sólo la mitad logra ser identificado, “el resto permanece ahí si existen requerimientos especiales de algún fiscal, luego un juez ordena su entierro, pasado un tiempo prudencial”. En Mendoza, trascendió que un NN lleva cuatrocientos cincuenta y cinco días corridos sin ser reclamado por parientes ni amigos.

“Ante la perdida de una persona, la familia nos llama para orientarlos telefónicamente. Lo que recomendamos es que hagan la denuncia, pero además, que vayan personalmente con la foto a los hospitales a preguntar cuantos NN hay, y meterse en las guardias, es un derecho”, aconseja María del Carmen Iglesias, de Red Solidaria.

“Para la familia es un proceso muy angustiante, muchas de las búsquedas son históricas. Lo cierto es que aquella persona que “desapareció” puede estar en un nosocomio, en un lugar alejado y hasta en la morgue”, agrega Iglesias.

La labor de la Policía, fiscales, y jueces pasa por una tarea burocrática basada en un frágil sistema de búsqueda de paradero: no existe un registro único digitalizado de personas perdidas y encontradas ni tampoco un organismo que centralice la información de las morgues.

Mora Arqueta, directora del Registro Nacional de Personas (Renaper), reconoce que es imposible saber la identidad de una persona, con tan sólo un par de huellas digitales. “Se necesita algún dato más como el apellido, o el número de documento. Si no, es imposible contrastar una muestra contra 50 millones, que es el número de dactilares que alberga el registro”, explica.

La tecnología AFIS, ( automatic fingerprint identification system) que permite un sistema automatizado de identificación de huellas dactilares, sólo funciona para personas con antecedentes delictivos. Según el Renaper, se está formando un banco general de todos los ciudadanos con los nuevos DNI digitales, pero para que funcione deberán pasar muchos años.

Las fuentes policiales consultadas también se desentienden del problema. Si bien existen varias dependencias encargadas de la tarea, como el Centro orientación de personas (COP) o la División búsqueda de personas, lo cierto es que todo depende de órdenes judiciales que van y vienen hasta perderse en el tiempo. “Se trabaja con las solicitudes de búsquedas de paraderos que se reciben de las comisarías, más todos los requerimientos de juzgados del país, estamos sobrepasados”, reconocen en la oficina destinada a tal fin.

Así, las historias se repiten y el sistema endeble despierta los peores miedos.

La pregunta sigue flotando en el aire: ¿dónde están las más de 300 personas perdidas?

Buscan a 289 menores

La gran cantidad de chicos perdidos es otra gran incógnita: según las estadísticas de la ONG Missing Children hay 289 menores de edad lejos de su casa. El caso de Sofía Herrera, desparecida hace más de un año de un camping en Tierra del Fuego, es uno más en un fichero interminable con más dudas que certezas. “La realidad es que no existe una investigación exhaustiva, salvo que sean causas penales. Uno se pregunta qué pasa con esos chicos que hace tanto tiempo que están perdidos y no se hace nada. También están los casos de sustracción de menores, la violencia infantil y los abusos”, advierte Lidia Grichener, directora de la ONG que toma denuncias y asesora en la búsqueda de niños, desde hace más de diez años.

Grichener critica con dureza la ausencia de un registro nacional que concentre la información de todos los chicos perdidos, así como los que fueron internados en hospitales como NN, para cotejarlos con las familias que están desesperadamente buscando al menor.

“Cuando desaparece un niño es imposible chequear en todos los lugares del país. Lo importante es tomar conciencia como sociedad y colaborar cuando se encuentra un chico deambulando. Lamentablemente, no se hace un trabajo serio, dependemos de que alguien reconozca una foto o que el caso cobre notoriedad mediática. Lograr que un chico vuelva con su familia depende de una serie de casualidades y buena predisposición."

http://www.personasperdidas.org.ar/

http://www.missingchildren.org.ar/

Fuente: Perfil

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