domingo, 14 de marzo de 2010

Canciones que los hombres deberían escuchar

Gabo Ferro: A horas de presentarse en La Plata, el artista desdobla exitosamente sus dos pasiones: la música y la historia

A finales de la década del ‘90, Gabo Ferro comenzó a hacerse conocido en la escena del under porteño liderando la banda de hardcore Porco. Después de grabar dos discos con el proyecto, en 1997 abandonó la banda (¡en pleno recital!) para dedicarse a estudiar Historia. En 2005 reapareció en el mundo de la música con un álbum llamado Canciones que un hombre no debería cantar, grabado en un día y compuesto en quince. Debido a la repercusión de este disco, un año después editó Todo lo sólido se desvanece en el aire, su segundo álbum solista. Tras ganar el premio Clarín como Revelación Rock, en 2007 editó su tercera producción discográfica, Mañana no debe seguir siendo esto. En 2008 editó su cuarto álbum, Amar temer partir, un DVD de presentaciones en vivo y su primer y elogiado libro Barbarie y civilización: sangre, monstruos y vampiros durante el segundo gobierno de Rosas (1835-1852), su tesis de maestría en Investigación Histórica con la que ganó una mención honorífica del Fondo Nacional de las Artes. A finales de 2009 editó su quinto álbum, Boca arriba, y participó de Four Walls, la niña del enfermero, una destacada y premiada obra de Carlos Trunsky producida nada menos que por el Teatro Colón. Intelectual y artísticamente inquieto, Ferro visitará nuestra ciudad para presentar su última placa, sin dejar afuera otras canciones que bienlograron su carrera.

-¿Seguís con la presentación de tu último disco, Boca arriba?

-En noviembre del año pasado presenté este disco en Buenos Aires, ahora estamos tratando de llevarlo a las ciudades que no visitamos desde entonces. Creo que será una buena oportunidad para tocar estos temas, junto con otros que creo que todos tenemos ganas de escuchar, y yo de cantar.

-¿Ya estás trabajando en un nuevo material discográfico?

-Ahora mismo estoy en plena grabación de un nuevo disco, junto al escritor Pablo Ramos (autor de títulos como El origen de la tristeza y La ley de la ferocidad). Actualmente él está en Berlín. Si es que giro por Europa en mayo-junio, cerraré todo y al volver lo editaremos y presentaremos, para agosto, calculo. Es la primera vez que me siento tan a gusto cantando lo que escribe otro, dado que eso siempre me costó mucho. Sobre todo teniendo en cuenta la importancia que pretendo darle a las letras. Grabarlo me está resultando una tarea muy dichosa. Me molestaba un poco cantar temas de otros. Participé de los discos que hizo Melopea (el sello de Litto Nebbia) con temas de Los Gatos y Almendra, y me di cuenta que soy muy difícil para eso. Mi manera de interpretar necesita que me meta dentro de los temas...

-Entonces volverás al viejo continente... ¿Hay fechas?

-Sí. Es la tercera vez que viajaré a Europa. Además, se va a editar el nuevo disco allá. ¿Cómo no voy a ir si hay gente que me quiere escuchar?

Gabo se presentará hoy domingo 14 de marzo, a las 20 (puntual), en el centro cultural Favero, calle 117 esq. 40, La Plata.

Un hombre con historia

Gabo no detiene sus labores de historiador. Tras su premiado libro que analiza la simbología de la sangre en tiempos de Juan Manuel de Rosas, para mediados de 2010 prepara la presentación de una nueva obra.

“Lo publicado fue realmente bien recibido. Ahora saldrá uno nuevo y lo presentaré en la Feria del Libro. Sigue en la misma línea de historia de la cultura y las ideas, sólo que ahora me vine más acá en el tiempo. Se llama Degenerados, anormales y delincuentes, y revisa un poco lo que fue el concepto de la “degeneración” en los siglos pasados. Se analiza cómo llegó a nuestra región en el XIX, y cómo sirvió para la discriminación y estigmatización del “degenerado”, o sea, todo aquel que no perteneciera al modelo de construcción de ciudadano blanco, liberal, católico, burgués o heterosexual; el paso de un término científico muy prestigioso al del rango del insulto, que ya de científico no tiene nada. Lo que muestra es todo este derrotero desde que llega y es utilizado por la academia hasta su bajada al uso popular cotidiano.”

Fuente: Hoy

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