Cosecharon numerosos galardones y acaban de regresar de presentar su pieza teatral en Asia. La compañía teatral platense Vuelve en Julio cuenta la increíble experiencia reciente y repasa sus logros.Evocando el estilo exento de palabras de Charles Chaplin pero recreando las aventuras de Barbazul, en las tierras de Dardo Rocha la búsqueda de un grupo de teatreros logró su mejor objetivo: encontrarse con el preciado tesoro de crear obras y poder llevar su arte de viaje hasta recónditos lugares del planeta.
Código Pirata es el último emprendimiento teatral de la compañía conformada por los platenses Carlos Ayala, René MAtiñan, Iván Haider, Natalia Maldini, Casper Uncal, Naike Gomez, Mauro Menegat, Celina Cascella, Estaban Gomez. En un lugar imaginado, tres piratas se sumergen hacia una aventura única, buscando un cambio repentino para sus vidas. Tormentas, naufragios y diversas peleas son algunas de las hazañas que enfrentarán en el peligroso camino hacia el tesoro. Narran una historia de piratas que luchan por encontrar la libertad enfrentándose con ellos mismos.
Todo, lo dicen de una forma novedosa y excitante: es que quizás su mayor logro sea que en los 45 minutos de duración de la obra los espectadores se ven sumergidos en un mundo de aventuras de piratas sin texto alguno que los intérpretes pronuncien. Estando en escena, sin decir una palabra y sólo recurriendo a la música, el lenguaje corporal y los sonidos que ellos mismos producen, se lucen creando con su cuerpo todo ese universo. Magia, acción y diversión llegan a los espectadores por decantación. Además de realizar funciones en Misiones y hasta en Paraguay, esta obra, estrenada en 2008 y dirigida por René Mantiñán, obtuvo al instante numerosos reconocimientos, entre ellos el galardón de la Comedia Municipal 2008, dos premios ATINA por interpretación masculina y femenina, y la participación en Aha! Theatre Festival 2009, nada menos que en India.
¿Cómo llegó esa particular posibilidad? Los protagonistas relataron a Hoy.
-El festival convocaba obra en inglés o sin idioma y nuestra obra es reconocida por la ausencia de la palabra, lo que la convierte en Universal. Si bien las instituciones no nos apoyaron para adquirir los pasajes, con el esfuerzo de nuestras familias y algunas actividades a beneficio del viaje, logramos juntar la plata para nuestros pasajes. La experiencia fue increíble.
-¿Cómo fue la experiencia?
-Partimos el 26 de agosto. En los festivales hicimos funciones para cientos de niños indios, los cuales se portaban maravillosamente bien. Allí, tienen la costumbre de introducir el espectáculo con una reseña sobre la obra y sobre el país originario de los actores. Por lo tanto, era muy emocionante escuchar a los cientos de niños decir “hola” antes de la función como así se lo enseñaban sus maestros. Luego de la misma se realizaba una conferencia donde los actores exponíamos y respondíamos preguntas sobre la obra. Los chicos hacían preguntas muy bien formuladas y de alta profundidad. ¡Fue una experiencia conmovedora! Compartimos nuestros días con actores de Grecia, Rusia, Alemania, Nepal, México e Irán.
-¿Cuáles son sus planes de ahora en adelante?
-Durante el mes de noviembre vamos a participar con Código Pirata en el 7º Encuentro Teatro del Borde en Las Flores (prov. de Bs. As.). Por lo pronto, estamos ensayando y trabajando en nuevas producciones teatrales.
El proceso creativo
Según relataron sus integrantes, Vuelve en Julio se caracteriza por realizar un arduo proceso de investigación con cada obra. Cada una tiene su propia identidad y fueron concebidas de formas muy distintas. A la hora de crear, el grupo le da muchísima importancia a la forma en que será contado el contenido de la misma. Se dedican muchas horas a la investigación a través de la improvisación. Por lo general, no se plantea de antemano qué se va a contar sino que se busca una manera original de decir algo. El contenido nace prácticamente solo: de la experiencia en la exploración, de la mirada del espectador.
No se busca un único camino de interpretación de la obra.
Lo mismo sucede con los “infantiles”, que son concebidos como obras para todo público y, por una necesidad de categorizar a los espectáculos se los incluye en ese género.
Vuelve en Julio se caracteriza por darle siempre un toque de originalidad a la forma: desde Hércules, donde los dioses del Olimpo bailan con el Puma Rodríguez en una fiesta dionisíaca, pasando por el Universo Post Apocalíptico de Trika Fopte, donde los hombres necesitan globos para respirar y pareciera haber un idioma universal más allá del que conocemos. O descubriendo a los piratas que sin decir una sola palabra nos envuelven en este mundo de aventuras, sumergiéndonos en una pantalla casi cinematográfica, creando así Código Pirata.
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