TEATRO EL PICCOLINO Fitz Roy 2056 Palermo - Entrada: $ 35,00 - Sábado 21 hs
Todo hecho en casa
Entrevista a Oscar Ferrigno y Valeria Lorca. Son pareja. Ella escribió y dirige una obra en la que él ha regresado a su trabajo como actor.
María Ana Rago
Diario Clarín
En el propio escenario de El Piccolino, los anfitriones improvisaron un living, para que allí sucediera la entrevista. Frente a las 80 butacas vacías, porque son las cuatro de la tarde y no es hora de función. En esta sala que en julio próximo cumplirá 5 años de vida, los dueños del lugar, el matrimonio Oscar Ferrigno-Valeria Lorca, se dispone a conversar amablemente con Clarín.
En la parte de adelante, el teatro; en el fondo, la casa en la que viven los Ferrigno (con el pequeño Lucio, de 5 años). Por eso los límites se corren con facilidad y naturalmente convierten un escenario en una sala de estar. Allí cuentan de qué se trata Maktub (estaba escrito), la obra con la que Valeria debuta en la dramaturgia y la dirección (además de asumir la coreografía), y con la que Oscar vuelve a actuar después de cuatro años.
"Nos gusta que tanto los espectadores como los actores se sientan cómodos", dice Oscar. Ellos mismos atienden el teatro, un espacio al que, se ve, cuidan con mucho celo, ya que brilla como si se hubiera inaugurado ayer. Y aunque todavía no cumplió un lustro de vida, ya tiene una historia. "En poco tiempo, El Piccolino (Fitz Roy 2056) se colocó en un lugar muy interesante, a la par de teatros emblemáticos del circuito independiente", señala Ferrigno, hijo de Norma Aleandro, pero con trayectoria propia en el medio teatral. "Es una locura tener un teatro y pretender no recibir subsidios. Pero es nuestra elección. Queremos ser de cabo a rabo un teatro independiente y no depender de subsidios del Estado. Claro que el riesgo es mayor", explica Oscar.
El personaje central de Maktub (sábados a las 21) es un hombre occidental que se encuentra encerrado en su sueño, en el que se le presentan tres mujeres (a las que intepretan las bailarinas Andrea Marchioni, Guadalupe Place y Paula Fernández Mansilla), con características orientales. "Es un espectáculo diferente. Mezcla el teatro y la danza, el protagonismo de la música es muy importante y lo visual es realmente atractivo", describe Ferrigno . "La escenografía la hizo mi mamá, que es egresada de Bellas Artes. Y el vestuario pertenece a Natalia Oreiro, mi mejor amiga", dice Valeria.
¿Cómo se generó "Matkub"?
Valeria: Todo empezó porque acá, en El Piccolino, se dictaba un curso de danzas árabes que yo empecé a tomar y me empecé a fascinar con esa cultura, con ese mundo. Matkub quiere decir "estaba escrito" y tiene que ver con el destino. Esa palabra me sugirió el tema del azar, las premoniciones, los sueños. El espectáculo terminó siendo una fusión de teatro y danza, pero las bailarinas actúan y Oscar baila y canta en árabe.
¿Podés describir a tu personaje?
Oscar: Es un occidental amante del mundo oriental. Se queda dormido y las bailarinas, en su sueño, son sus amores.
Fuente: celcit
Todo hecho en casa
Entrevista a Oscar Ferrigno y Valeria Lorca. Son pareja. Ella escribió y dirige una obra en la que él ha regresado a su trabajo como actor.
María Ana Rago
Diario Clarín
En el propio escenario de El Piccolino, los anfitriones improvisaron un living, para que allí sucediera la entrevista. Frente a las 80 butacas vacías, porque son las cuatro de la tarde y no es hora de función. En esta sala que en julio próximo cumplirá 5 años de vida, los dueños del lugar, el matrimonio Oscar Ferrigno-Valeria Lorca, se dispone a conversar amablemente con Clarín.
En la parte de adelante, el teatro; en el fondo, la casa en la que viven los Ferrigno (con el pequeño Lucio, de 5 años). Por eso los límites se corren con facilidad y naturalmente convierten un escenario en una sala de estar. Allí cuentan de qué se trata Maktub (estaba escrito), la obra con la que Valeria debuta en la dramaturgia y la dirección (además de asumir la coreografía), y con la que Oscar vuelve a actuar después de cuatro años.
"Nos gusta que tanto los espectadores como los actores se sientan cómodos", dice Oscar. Ellos mismos atienden el teatro, un espacio al que, se ve, cuidan con mucho celo, ya que brilla como si se hubiera inaugurado ayer. Y aunque todavía no cumplió un lustro de vida, ya tiene una historia. "En poco tiempo, El Piccolino (Fitz Roy 2056) se colocó en un lugar muy interesante, a la par de teatros emblemáticos del circuito independiente", señala Ferrigno, hijo de Norma Aleandro, pero con trayectoria propia en el medio teatral. "Es una locura tener un teatro y pretender no recibir subsidios. Pero es nuestra elección. Queremos ser de cabo a rabo un teatro independiente y no depender de subsidios del Estado. Claro que el riesgo es mayor", explica Oscar.
El personaje central de Maktub (sábados a las 21) es un hombre occidental que se encuentra encerrado en su sueño, en el que se le presentan tres mujeres (a las que intepretan las bailarinas Andrea Marchioni, Guadalupe Place y Paula Fernández Mansilla), con características orientales. "Es un espectáculo diferente. Mezcla el teatro y la danza, el protagonismo de la música es muy importante y lo visual es realmente atractivo", describe Ferrigno . "La escenografía la hizo mi mamá, que es egresada de Bellas Artes. Y el vestuario pertenece a Natalia Oreiro, mi mejor amiga", dice Valeria.
¿Cómo se generó "Matkub"?
Valeria: Todo empezó porque acá, en El Piccolino, se dictaba un curso de danzas árabes que yo empecé a tomar y me empecé a fascinar con esa cultura, con ese mundo. Matkub quiere decir "estaba escrito" y tiene que ver con el destino. Esa palabra me sugirió el tema del azar, las premoniciones, los sueños. El espectáculo terminó siendo una fusión de teatro y danza, pero las bailarinas actúan y Oscar baila y canta en árabe.
¿Podés describir a tu personaje?
Oscar: Es un occidental amante del mundo oriental. Se queda dormido y las bailarinas, en su sueño, son sus amores.
Fuente: celcit
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