Yusa.- El domingo a las 20 en el Centro Cultural Islas Malvinas, 19 y 51, la artista cubana llega a La Plata para presentar su tercer disco solista, "Haiku". Con Facundo Guevara y Mariel Barreña y como invitados, Martín Acosta y Jeanine Martin. Gratis.
La música de Haiku, el tercer disco de Yusa, no es sino un intento por corporizar la sencillez central que inspirara a los antiguos poetas japoneses. Sus diez canciones, por supuesto, no son haikus. Resulta casi imposible llevar a la música el rigor y la disciplina de condensar un poema en tres versos y diecisiete sílabas. Sin embargo, sus canciones sí transpiran como crisantemos esa atmósfera de nitidez y perfección que embarga a todo el arte oriental.
El álbum abre con Haiku de paz, un canto a Obatalá, la deidad afrocubana de la pureza y los sueños, el escultor por excelencia de todo lo humano. Allí Yusa se hace acompañar del grupo Síntesis, una institución en Cuba del rock y la música afrocubana. La canción es fugaz (apenas dos minutos esplendentes), pero nos deja ver en palabras precisas la suerte de su invocación: “Quiero que a mi libertad no haya una razón que la distraiga” De ahí Haiku se desliza a un pequeño talismán llamado Walking Heads, tema con el que Yusa nos introduce ya a cuerpo completo en la luminosa intimidad que sumerge todo su disco.
Como en sus canciones anteriores Tomando el centro o Noticia, reflexiona sobre la realidad circundante y rescata lo mejor de nuestras rutinas. Su lirismo entonces es justificado, porque parte de una lectura profunda del día a día, de la vida común de la gente en todos sus matices. Justo aclarar que Walkings…, por demás un excelente arreglo para guitarra y teclados, pudiera figurar en cualquier catálogo de la mejor música alternativa que se graba en la actualidad. Pudiera ser una canción firmada por Neil Young o Pj Harvey. Pero no.
Fuente: yusamyspace
La música de Haiku, el tercer disco de Yusa, no es sino un intento por corporizar la sencillez central que inspirara a los antiguos poetas japoneses. Sus diez canciones, por supuesto, no son haikus. Resulta casi imposible llevar a la música el rigor y la disciplina de condensar un poema en tres versos y diecisiete sílabas. Sin embargo, sus canciones sí transpiran como crisantemos esa atmósfera de nitidez y perfección que embarga a todo el arte oriental.
El álbum abre con Haiku de paz, un canto a Obatalá, la deidad afrocubana de la pureza y los sueños, el escultor por excelencia de todo lo humano. Allí Yusa se hace acompañar del grupo Síntesis, una institución en Cuba del rock y la música afrocubana. La canción es fugaz (apenas dos minutos esplendentes), pero nos deja ver en palabras precisas la suerte de su invocación: “Quiero que a mi libertad no haya una razón que la distraiga” De ahí Haiku se desliza a un pequeño talismán llamado Walking Heads, tema con el que Yusa nos introduce ya a cuerpo completo en la luminosa intimidad que sumerge todo su disco.
Como en sus canciones anteriores Tomando el centro o Noticia, reflexiona sobre la realidad circundante y rescata lo mejor de nuestras rutinas. Su lirismo entonces es justificado, porque parte de una lectura profunda del día a día, de la vida común de la gente en todos sus matices. Justo aclarar que Walkings…, por demás un excelente arreglo para guitarra y teclados, pudiera figurar en cualquier catálogo de la mejor música alternativa que se graba en la actualidad. Pudiera ser una canción firmada por Neil Young o Pj Harvey. Pero no.
Fuente: yusamyspace
No hay comentarios:
Publicar un comentario