domingo, 4 de octubre de 2009

Los músicos quieren su ley

MUSICA › COMIENZA UNA SERIE DE RECITALES PARA APOYAR EL AMPARO A LA ACTIVIDAD

Susana Rinaldi, Leopoldo Federico, Liliana Herrero, Shaila, Federico Meyer y Sancamaleón son algunos de los artistas que tocarán cada sábado para pedir la sanción de la ley de Música, que se presentará a mediados de mes en el Senado.

Por Cristian Vitale

“Soy Luis Alberto Spinetta y quiero que sepan que apoyo incondicionalmente la ley de la Música.” La larga sucesión de spots que los Músicos Convocados han subido a su web tienen más o menos la misma duración, las mismas palabras (“obviamente”, “fervientemente”, “totalmente”, “de corazón”) y el mismo unívoco sentido: la sanción definitiva de una ley que ampare, regule y le ponga normas claras a la actividad musical en la Argentina. Al Flaco, el primero en aparecer, le suceden, en cara y voz, León Gieco, Teresa Parodi, Atilio Stampone, Leopoldo Federico, Gustavo Cerati, Liliana Herrero, Miguel Cantilo, Litto Nebbia, Rodolfo Mederos, Cristian Aldana, Susana Rinaldi, Víctor Heredia, Lito Vitale, Willy Quiroga, y hasta la Mona Jiménez, desde Córdoba. La aspiración, prácticamente sin detractores, está merodeando el plano de la realidad, porque el proyecto, elaborado por una serie de expertos en el área, se presentará a mediados de octubre directamente en el Senado. “Dado el carácter federal de la ley, consideramos que es la vía más apropiada. Estamos esperando que termine el proceso de la ley de Medios”, explica uno de los principales fogoneros del asunto, el músico Diego Boris.

Con la idea de apuntalar la gesta, un conglomerado de colectivos directa o indirectamente ligados al espíritu de la ley (ECuNHI + FIMA + UMIred + Músicos Convocados) aunaron fuerzas para organizar un ciclo de recitales, que comenzará hoy a las 17 en el ECuNHI (Avenida del Libertador 8465) y se extenderá todos los sábados del mes, menos el 24. “Estoy muy parada en esta vereda y, con toda la locura de los últimos tiempos, no hice más que sentir más fuerte mi necesidad de participar de alguna manera”, dice Laura Ros, una de las artistas que formarán parte de la fecha inaugural. Los otros confirmados serán el tucumano Lucho Hoyos, Liliana Herrero, Peteco Carabajal, Federico Meyer, Juan Rizomante, más un par de invitados “de cartel” anunciados como sorpresas. Sigue Ros: “Lo que están generando los Músicos Convocados es muy importante. Primero y principal, por el proyecto de ley en sí, pero también por cómo nos están dando el ejemplo de que no hay que sentarse a lamentar la falta de trabajo. Si esto sigue su curso, puede representar un cambio muy significativo para la situación de la música en la Argentina. La música es el ala olvidada de la cultura y voy a hacer todo lo que se pueda para incentivar el cambio”.

Para el próximo sábado 10 están anunciadas tres bandas de rock independientes (Shaila, Lash Out y Brancaleone); el 17, el péndulo se correrá más hacia el tango, con las actuaciones de Susana Rinaldi, Leopoldo Federico, Matías Foretier, La Hilacha y Rodolfo Velásquez; y para la fecha del cierre subirán al escenario del Espacio Cultural Nuestros Hijos bandas como Reversión, Cindi, Bajo Cuerda y Años Luz, además de una sorpresa que llegará desde Temperley. “Vamos a grabar un DVD con todos los recitales y no descontamos que, en cada fecha, vengan muchos de los músicos que apoyan la ley a tocarse un par de temitas con la guitarra”, se entusiasma Boris. El trazo grueso del proyecto, que comenzó a germinar durante las calurosas jornadas de abril de 2006 en el Bauen, cuando casi mil músicos se reunieron para rechazar el Decreto 520/05 –que reglamentaba la controvertida ley del Ejecutante Musical–, ancla en la necesidad de mejorar las condiciones en las que se desarrolla la actividad. Para ello se pide la creación de un Instituto Nacional de la Música que cuente con una sede general y al menos una sede en cada región cultural del país.

Entre las funciones previstas para el Instituto están las de generar herramientas para la producción, distribución y difusión de la música grabada mediante el otorgamiento de vales; la de coordinar circuitos estables de música en vivo; la de formar músicos, mediante cursos, seminarios y talleres; y la de otorgar créditos para la producción musical. La ansiada concreción del Instituto engancha directamente con el pequeño triunfo que los Músicos Convocados lograron durante el debate en Diputados por la nueva ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, el 17 de septiembre pasado. Más allá del sustancial artículo 65 sobre contenidos de programación, que obliga a los medios a emitir un mínimo de 30 por ciento de música nacional (y la mitad de ese porcentaje de música producida en forma independiente), en el 97 aparece un fondo de fomento del 2 por ciento de lo recaudado (en concepto de tributo a los medios) destinado a la creación del Instituto. “Sabemos que es un fondo insuficiente, pero sienta un precedente muy importante para la futura ley. Este reconocimiento legislativo de que la música también es un arte y, por lo tanto, necesita ser fomentada por el Estado, le da carácter histórico al logro. Ambos hechos constituyen una prueba clara (aunque todavía falta la aprobación del Senado) de que la realidad no es inmodificable”, señalan, en bloque, los Músicos Convocados.

Otra de las características que las organizaciones piden para el Instituto es que sea autónomo y que su conducción esté a cargo de representantes de la música. “Lo queremos autárquico, que sea parte de una política cultural de Estado y no de un determinado gobierno”, exhortan. De ser aprobada la ley, circula fuerte un objetivo de segunda instancia que persigue la creación de un Estatuto del Músico, cuyo fin sería el de regular la actividad laboral de los trabajadores del área, principalmente en lo que hace a las condiciones de trabajo y a sus derechos previsionales.

Imagen: Daniel Dabove
Fuente: Página 12

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