Libros al alcance de la mano / Una carrera en la que todos ganan
La Maratón Nacional de Lectura convocó a unos 3 millones de alumnos en escuelas, clubes y bibliotecas
Alejandra Rey
LA NACION
Ojazos negros, una sonrisa fácil y con pocitos en los cachetes tiene Michael, a quien todos le dicen "Maicol"; Anthony, en cambio, se pone muy serio y comenta "A mí me gusta mucho leer", lo que no parece muy cierto, al ver las muecas de Brisa, que lo mira incrédula, se ríe y muestra unos dientes parejísimos, los pómulos altos, una leve tonada provinciana y una mirada bondadosa.
Tienen entre 8 y 9 años; viven en Retiro ("en la villa 31", se anima a decir "Maicol") y ayer participaron con su escuela, la N° 1, Juan José Castelli, de Recoleta, de la 7a. Maratón Nacional de Lectura, organizada por la Fundación Leer.
Fue en el Zoológico de Buenos Aires, ayer, desde las 9 de la mañana, frente a la jaula de los elefantes, de los leones y de los osos. Fue bajo un espléndido sol, y fue maravilloso. Porque más de 750 chicos de escuelas primarias públicas, junto a los docentes y organizadores, se dieron cita en la maratón y disfrutaron de los libros, los dibujos "a pedido" a Pablo Bernasconi y Nik, de las narraciones de escritores, como Ana María Shua y Canela, de Fernando Bravo como maestro de ceremonias, y de Alberto Sileoni, ministro de Educación.
En el país, según los organizadores, unos 3 millones de chicos participaron en distintas actividades, que incluyeron narraciones, títeres, encuentros con autores y lecturas por parte de abuelos y padres.
En el Zoo porteño, los chicos estaban ansiosos: ansiosos porque el ministro terminara sus palabras, por todo lo formal del acto; ellos querían ir rápidamente a alguna de las 21 postas para agarrar los libros y leerlos, para dibujar con fibras, para descubrir títulos nunca vistos, para compartir un universo que habitualmente los esquiva.
Los dragones fueron las vedettes , pues desplazaron a los dinosaurios, que parecen estar out del mundo infantil. Bien lo sabe Bernasconi, que dibujó un personaje sobre la base de los pedidos de los chicos: una mezcla de bicho lanzafuego, ciempiés medio rengo, un solo ojo y cilindro por cuerpo.
"Ponele zapatos de fuego", disparó una nena de la Escuela N° 10, Julio Argentino Roca, de Martínez, en la posta 3.
En la 5, los nenes de la Escuela N° 27 de Boulogne, se desparramaron en las carpetas celestes puestas por la Fundación Leer a modo de alfombra, en el piso de cemento, y comenzaron a pasarse títulos: Esas no son mis patas , de Carla Baredes e Ileana Lotersztain; La historia del pirata Barbanegra , de Alberto Moreno; Cenicienta no escarmienta , de Guillermo Saavedra, y Un monstruo en el armario , de Carmen Vázquez-Vigo, entre otros.
"Me gustan los de miedo -avisa Yamila, de Retiro [eufemismo por villa 31]. ¡Bah! Prefiero los de terror, los de zombis." Los demás cuentan que Yamila va a recuperación (pues está cerca de repetir 3° grado) y, para probarlo, le dicen que lea. Lo hace muy lentamente, pero pone un empeño y una ternura arrolladores.
Roberto tiene en sus manos un libro sobre el sistema solar, y dice: "Anotame a mí también para tu diario, seño..."
El maestro Luis Pérez acaba de dejar atrás las postas 13, 14 y 15, donde estuvo con sus alumnos de la Escuela N° 36, de General Pacheco. Los nenes ya tienen en sus manos una chocolatada y turrones y, no lo saben aún, pero se llevarán una colación para tomar y comer durante la vuelta a su casa, todo regalo de los organizadores. Y llevan, también, las cartulinas que ellos mismos han pintado con fibras, crayones y lapiceras.
Es imposible para el maestro contener a los chicos que, extasiados, se quedan mirando a una titiritera acá, o a la narradora más allá, que pregunta: "¿Oyen ruidos raros de noche?". El sí es larguísimo porque, se sabe, el misterio siempre tiene público.
"Estamos muy contentos -dice a LA NACION la directora ejecutiva de la Fundación Leer, Patricia Mejalelaty- porque a los más de 700 chicos acá hay que sumarles casi 3 millones en todo el país. Nos interesa mucho que los libros lleguen a todos."
La maratón convocó a 2.928.310 de niños y 192.609 adultos en 10.585 instituciones de todo el país y se desarrolló bajo el lema "Mi familia, mi mundo. Historias para descubrir, rescatar, leer y compartir".
Para formar lectores
En todo el país
Cuentos y títeres en la plaza
En la localidad de General Galarza, los chicos participaron de lecturas de cuentos tradicionales y fábulas, además de representaciones de títeres en la plaza principal.
Cultura y familia
En la localidad de Comandante Luis Piedrabuena, se leyeron cuentos y leyendas de la cultura tehuelche, a cargo de abuelos y bisabuelos de la localidad. También se compartió la lectura de antiguas cartas familiares.
Aulas temáticas
Un la ciudad de Ushuaia, el colegio Ernesto Sabato organizó aulas temáticas: de cuentos de terror, misterio, poesía, aventuras, refranes y cuentos cortos, en las que docentes y alumnos leyeron solos y en grupo.
Fuente: La Nación
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