Vidé/La cinta fija. Autor: Vicente Muleiro. Intérpretes: Marcelo D´Andrea, Marcelo Mazzarello. Vestuario. María Claudia Curetti. Coreografía: Silvina Laguna. Diseño sonoro: Martín Pavlovsky. Diseño de luces y dirección: Norman Briski. En el Centro Cultural Caras y Caretas (Venezuela 330). Funciones: jueves, a las 20. Duración: 60 minutos.
Nuestra opinión: muy buena
El amplio espacio del Centro Caras y Caretas está revalorizado a pleno. Los espectadores, sentados contra la pared, se muestran expectantes frente a un diseño escenográfico en el que dominan los símbolos. Los objetos son pocos, pero cada uno está trabajado con fuerza. Entre ellos dos personajes, el general Vidé y su bufón, Biondi. Ambos no construirán una historia lineal. Dejarán ver retazos de un mundo personal, el de ese militar que va mostrando cómo se ha formado, bajo qué principios y cómo llega luego a detentar un poder que lo acerca a la muerte, con la que, extrañamente, no logrará hacer acuerdos. Cuando él mismo se prepara para partir, la muerte lo despide una y otra vez de su territorio, como si en verdad lo castigara por ser él quien violó un mundo que no le pertenecía: el de ella.
El encuentro entre el dramaturgo Vicente Muleiro y el director Norman Briski expone muy buenos resultados. Mientras la pieza de Muleiro se impone con textos breves, elocuentes, a veces de una fugacidad que es capaz de dejar marcas en el cuerpo y el pensamiento de quien escucha, la teatralidad que consigue Briski es avasallante. Ni por un momento los intérpretes transitan la escena con excusas vanas. Por el contrario, cada paso, cada acto, cada diálogo está diseñado o armado con suma precisión, promoviendo una tensión que irá creciendo hasta mostrar al dictador de una manera severamente patética.
El militar que construye Marcelo D´Andrea es sumamente intenso. El actor le va aportando a su personaje pequeños detalles en cada escena que lo van fortaleciendo, mientras su imagen resulta, progresivamente, más agresiva para el espectador. Marcelo Mazzarello tiene la difícil tarea de ponerse en la piel de varias criaturas. Sus participaciones, aunque breves, poseen la fuerza suficiente como para definir momentos de un claro dramatismo. Es el acompañante perfecto y quien mejor ayuda a exponer la imagen de su amo.
Vidé/La cinta fija resulta un experiencia muy atractiva por sus búsquedas espaciales y actorales.
Carlos Pacheco
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