lunes, 26 de octubre de 2009

La música que los grandes sellos no oían

Creó su discográfica en 2001, con la idea de convocar a músicos jóvenes.

ROSARIO. A punto de cumplir ocho años, el sello BlueArt se afianza como una apuesta independiente, con músicos locales e internacionales, al riesgo artístico dentro del jazz argentino.

Por: Germán Andrés

Cuando a fines de 2001 se palpitaba lo que luego se transformó en una debacle política y social fuerte para los argentinos, en la ciudad santafesina de Rosario veía la luz el primer título editado por el sello BlueArt. El cd Contrastes, del dúo rosarino Olivera & Lúquez, inauguraba un nuevo emprendimiento musical, que hoy ya está posicionado con cierta aura de distinción, por la exquisita conformación de su catálogo.

Ideado por el periodista y fanático de la buena música Horacio Vargas, quien actualmente sigue al frente del proyecto como director artístico, empezó como una pasión personal y desde el interés por apoyar firmemente la producción de nuevos artistas. Vargas resume hoy: "Surgió como un sello discográfico independiente que diera cuenta de la revitalización del jazz argentino y de sus jóvenes y talentosos músicos, así como de la música contemporánea. Y ya tenemos un catálogo que este año llegará a los 50 títulos." Entre los 47 discos ya editados aparecen nombres tales como el del pianista Horacio Larumbe o Paula Shocron. Y también incluye músicos que no son rosarinos, como son los casos de Gerardo Gandini, Ernesto Jodos y los internacionales Jerry González (USA) y el suizo Marc Perrenoud, entre muchos otros.

Si bien puede decirse que BlueArt es un sello dedicado al jazz, la puerta está abierta a propuestas diversas, como la música contemporánea y otros expresiones que van de la mano con la calidad musical. Propuestas que a su vez alcanzan merecidos reconocimientos y cuyos logros ya son destacables: un premio Grammy Latino en 2004 por mejor álbum de tangos (Postangos en Vivo en Rosario de Gerardo Gandini), reiteradas nominaciones a los Premio Gardel y el posicionamiento de su catálogo en Chile y Uruguay.

Vargas, sin embargo, no se aparta con su proyecto de la tradición musical propia de Rosario. "Sin dudas, tiene una fuerte identidad musical desde la irrupción de la trova rosarina, con Baglietto, Fito Páez, Abonizio, Fandermole, como mascarones de proa de una movida que explotó en los ochenta. Grandes canciones, letras renovadoras, fusión de estilos musicales (tango, rock, folklore) fueron los componentes de esa tradición local, que retomó el camino desandado en los setenta por la canción popular. Con el tiempo, sigue habiendo aquí jóvenes intérpretes que sorprenden por su creatividad".

Para muchos emprendedores, tener un sello discográfico en el presente puede significar un mal negocio, pero así como sucede en el caso de BlueArt, existen otros tantos que sostienen su misión de descubrir talentos, rescatar nombres, apostar a lo local, editar obras significativas y correr riesgos: todo lo que los grandes sellos no hacen. Así generan una sinergia en las capas subterráneas o emergentes de la cultura y son actores valiosos en la construcción de una alternativa. "La producción musical independiente sin dudas que está viva hoy en la Argentina –asegura Vargas–. En el jazz, que es lo que más conozco, sobresalen nuevos músicos de enorme talento, con formación académica rigurosa, pero que están a la búsqueda de un lenguaje musical único, que les permita superar las etapas de crecimiento. Construir una identidad en el contexto del llamado 'jazz argentino' es el camino más difícil, pero también el más estimulante para el músico. Nosotros, desde BlueArt, acompañamos esa búsqueda musical".

Para fin de año el sello alcanzaría las cincuenta ediciones, con trabajos que demuestran una vez más lo distinguido y variopinto de su oferta. La cualidad significativa en la construcción de un catálogo tan rico como éste se basa en la curaduría y en no evaluar las publicaciones por sus resultados mediáticos o económicos, sino por su carácter artístico, sin exigir el rápido y fácil retorno de las ganancias de un disco. Así que lo que prometen tiene como siempre ese valor extra.

"Nuestro plan de edición de acá a fin de año incluye dos discos de músicos de jazz surgidos en Rosario que luego han tenido una destacada carrera en Estados Unidos: el saxofonista Alejandro Chiabrando y el pianista Leo Genovese, actual músico de Esperanza Spalding. También saldrá el nuevo disco de El Umbral, así como los de Adrián Abonizio y el pianista cubano Luis Lugo. Y estamos muy felices de que la gran pianista de música clásica, Haydeé Schvartz, nos haya elegido para editar sus próximas obras", dice Horacio Vargas.

Oídos exigentes, y curiosos, pueden encontrar más en www.blueart.com.ar

Fuente: Revista Ñ

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