Desde hace algunos años, las ferias artesanales resurgieron como una interesante opción a la hora de realizar las compras, y al mismo tiempo garantizaron una fuente de ingresos a quienes con sus manos labran los productos para la venta.
Este es el caso de dos de las ferias más convocantes de La Plata: una se encuentra en el parque Saavedra y la otra en plaza Italia, donde centenares de personas se acercan los fines de semana.
Parque Saavedra es uno de los grandes pulmones del casco urbano local. El verde de los árboles contrasta con la polvareda que se levanta mientras un grupo de chicos corre tras una pelota. Sábado soleado, la gente aprovecha a tomar mate en el pasto.
Desde el mediodía, el parque se va poblando y, de fondo, diversos ritmos musicales se mezclan. La cumbia que sale de algún auto, el folclore que escuchan algunos feriantes, y un grupo de música indígena que toca “a la gorra” amenizan el momento.
Antes, la feria recorría la calle 64, de 12 a 14, pero desde hace casi cuatro años, para evitar la contaminación visual y cuidar los espacios verdes, se trasladó a las calles 12, de 66 a 68, y 68, de 12 a 14.
Los feriantes están agrupados en una ONG. “En este momento son 130 los puestos ocupados, pero suponemos que en estos meses, donde comienza la temporada buena, serán 200”, dice Juan Carlos Vivanco, el presidente de la entidad. Se basan en un reglamento interno y otro municipal. Una de las normas establece que antes de las 13.30 deben estar los puestos ya armados.
Durante los fines de semana, cientos de personas recorren cada uno de los puestos entre los que se pueden encontrar artesanías de las más diversas (mates, cuchillos, adornos), antigüedades, y comidas y bebidas caseras.
“Hace cinco años que estoy en esta feria, retomo una tradición familiar que viene de mi abuela”, dice Alfredo, que tiene su puesto de antigüedades, La Alcuza. Ahí se pueden encontrar botellas, radios y ceniceros, entre una gran variedad de cosas. “Igualmente, a la feria no traigo los objetos de más valor, esos los vendo por internet, porque mucha gente que pasa por acá no los sabe valorar y piensa que uno le está robando”, explica.
La mayoría de los puesteros dice que esto es un ingreso extra, que con lo que sacan los fines de semana no les alcanza para vivir, pero ayuda y mantiene vivas las ganas de seguir haciendo cosas.
La pionera
Plaza Italia es la feria más antigua de la ciudad. Es un espacio intercultural, donde se mezclan artesanías, teatro, música y danza. Cada sector está destinado a un ámbito: desde las acrobacias circenses y malabares de un grupo de jóvenes hasta un conjunto folclórico que hace bailar a la gente.
Comenzando la primavera, los fines de semana propician las actividades al aire libre. La multitud parece brotar por todos lados. Los más chicos aprovechan para pedir garrapiñadas y copos de azúcar que ofrecen los vendedores ambulantes, mientras los grandes recorren los puestos.
Zambha se autodenomina como un “cristiano esotérico”. Un hippie. Desde su barba blanca brotan palabras que definen el mundo, su propio mundo. Todos en la plaza parecen quererlo y respetarlo. Desde hace 20 años y en ese mismo lugar, lleva a cabo un proceso que él mismo entiende como revolucionario, que sólo existe desde el imaginario, la “Hippie Card”. La confianza en el otro es lo que la rige. Uno puede llevarse un libro de su propia librería ambulante y pagarlo cuando quiera, como quiera, cuando sea y como sea.
"A mí no me preocupan los que se llevan libros y no traen nada a cambio, los que importan son los que vuelven, los que me dan la alegría de compartir”, dice Zambha con franca satisfacción. “Se ruega tocar”, reza un cartel en su puesto, y agrega: “Yo, modestamente, vivo gracias a esto”. Y, la verdad, se lo ve contento.
Desde ropa hasta perros
A la par de ambas ferias -la de plaza Italia y la del parque Saavedra- existen otros vendedores que aprovechan los movimientos de gente para ofrecer sus productos. Es así que un sinfín de puestos ofrecen ropa usada, juguetes de plástico, accesorios para celular y películas, mientras que otros venden animales.
“Es una competencia un poco desleal, porque nosotros fuimos quienes iniciamos la feria, estamos cumpliendo normas municipales y no es justo que otra gente se instale acá sin regulación y le saque el pan a nuestra gente”, dice el presidente de la ONG del parque Saavedra, Juan Carlos ´
Vivanco
En plaza Italia la vedette son las mascotas. Desde organizaciones que intentan colocarlos en adopción hasta aquellos que quieren hacer su negocio, se agrupan en uno de los costados de la plaza. Hay para todos los gustos y de todas las razas y tamaños.
Las ferias son una opción para todos aquellos que quieran disfrutar de un fin de semana, propiciando el crecimiento de los artesanos locales.
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