jueves, 1 de octubre de 2009

De profesión cineasta

La academia del séptimo arte

La carrera de Arte Audiovisual de la Universidad Nacional La Plata cuenta con 1.500 estudiantes, y un ingreso anual de 400 personas. Realización, Guión, Dirección de fotografía, Teoría y Crítica y profesorado son las orientaciones que ofrece.

Con festivales reconocidos, y otros con auspiciantes más austeros, el cine nacional y su camada de nuevos directores gozan de movimiento y buena salud. En los ‘60 una ola de creadores tomó la senda testimonial renovando el cine argentino: Leonardo Favio, Torre Nilsson, Fernando Ayala y Pino Solanas son algunos de los exponentes. El nuevo cine de Albertina Carri, Adrián Caetano, Pablo Trapero y Lucrecia Martel son la parte visible del estado que hoy presenta el séptimo arte.

En la actualidad, la Argentina tiene una mayor cantidad de escuelas y de alumnos de cine que toda Europa. Dependiente de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Cine (o mejor dicho Artes Audiovisuales) es una de las carreras más antiguas de América.

Fundada por Cándido Moeno Sanz en 1955, cuando creó un taller de Cinematografía en el marco de lo que entonces era la Escuela Superior de Bellas Artes, en 1956 ingresó la primera camada de alumnos a la licenciatura en Cinematografía.

La carrera hoy

Con una planta de 1.500 alumnos regulares y un plan de estudio casi de estreno, la carrera de Artes Audiovisuales promedia un ingreso anual de 400 personas. Tiene una duración de 5 años y dispone de 5 orientaciones (4 licenciaturas con orientación en Realización, Guión, Dirección de fotografía y Teoría y Crítica, y un profesorado) donde el promedio de materias es de 30, y en el caso de las licenciaturas se le debe sumar una tesis.

Los tres primeros años se componen de un ciclo común, en el que el alumno pasa por todas las áreas de lo audiovisual, y a partir del cuarto se elige la orientación.

Emplazada en diagonal 78 y 11 de nuestra ciudad, la carrera goza de un ingreso irrestricto con un curso de ingreso nivelatorio. Un egresado de la carrera está capacitado para desempeñarse en el campo audiovisual desde distintos niveles: la producción y realización de obras artísticas en medios cinematográficos o electrónicos, el desempeño en proyectos de creación, el diseño y gestión de políticas en instituciones, el desarrollo y evaluación de proyectos de investigación y el asesoramiento, gestión y evaluación de procesos de enseñanza.

“Extinción” y renacer

Esteban Ferrari, jefe del departamento de Artes Audiovisuales, en diálogo con Hoy, dijo que “en el anecdotario institucional todavía queda la disputa acerca de cuál fue la primera escuela audiovisual en la Argentina, la de Santa Fe -fundada por Fernando Birri- o la platense de Sanz. Para ese entonces, si bien la de Santa Fe se encontraba enmarcada en la Universidad del Litoral, la de la UNLP era la única que tenía una licenciatura”.

En el ‘76 la dictadura declaró a la carrera en “extinción” en un documento firmado por el interventor de la UNLP, Eduardo Saccone. En ese entonces no se tomaron más inscripciones y se les dio un plazo de dos años a los alumnos para completar las cursadas. Muchos graduados, docentes y alumnos de la carrera fueron perseguidos, exiliados y desaparecidos.

“El que más renombre tiene es Raimundo Gleiser, que fue alumno de acá. Así como desaparecieron personas y como secuestraron gente, la carrera desapareció literalmente, desaparecieron sus archivos, desapareció el material fílmico, desaparecieron sus equipos”, dijo Ferrari, y agregó que “en una actitud muy valiente algunos no docentes rescataron y escondieron material, fichas de alumnos; escondieron datos privados de gente para que no pudiera ser rastreada”.

Los represores argumentaban que la carrera no era relevante para la cultura nacional.
“Si bien algunos no se graduaron, por acá pasaron como docentes Martínez Suárez (uno de los grandes directores Argentinos, que ahora preside el Festival de Mar del Plata), Simón Feldman (que es uno de los máximos creadores del cine argentino), Roa Bastos (fue titular de una cátedra) y, como alumnos, Raimundo Gleiser y también Carlos Sorín y Marcelo Piñeyro. Así que el planteo que hizo la dictadura, de un espíritu bastante tendencioso, es bastante fácil de refutar”, afirma convencido Ferrari.

Después, a partir de la vuelta de la democracia, un grupo de ex alumnos y ex docentes de la carrera iniciaron una pelea larga y compleja por la reapertura. Hubo muchas disputas con respecto a qué facultad le correspondía el área, la Facultad de Periodismo quería abarcar con todo lo que tenía que ver con la comunicación, “pero la postura fue que la carrera de nacimiento fue de Bellas Artes y que el cine es un arte”.

A 17 años de su cierre, en un aletargado 1993, se logró abrir la carrera con el nombre de Comunicación Audiovisual, incorporando el video y la televisión como otras formas del lenguaje. “En 2007 se hace la reforma del plan de estudios para reacomodar los contenidos y ajustarlos a las necesidades de los cambios tecnológicos que hemos tenido”, dijo Ferrari, y concluyó: “La carrera pasó a llamarse Artes Audiovisuales, recuperando también la vinculación que tenemos con la facultad, bajo la afirmación de que es una carrera artística”.

Daniel Ayala

Víctimas de la dictadura

La carrera de Cine no fue la única que sufrió su cierre durante la última dictadura militar que padeció la Argentina. En Bellas Artes también fueron declaradas prescindibles Mosaico, Vitral, Muralismo y las carreras de música como Violín, Canto, Guitarra y Piano, bajo el justificativo de “sus altos costos, que no había graduados suficientes como para justificarlas, y que no tenían una relevancia en la cultura nacional”.

Fuente: Hoy

No hay comentarios: