jueves, 1 de octubre de 2009

Antígona, una mujer con certezas

Tragedia griega

En el Centro Cultural Viejo Almacén El Obrero se presentó Antígone, basada en la tragedia de Sófocles. Con versión y dirección de Claudio Cogo, esta obra cuenta con premios en el Festival Regional de Teatro 2004 y 2005 y Comedia Municipal de Teatro 2007

La convicción es la idea que fuertemente está arraigada en nuestra forma de vivir, de sentir y de razonar. A partir de su fundamentación el camino hacia la muerte tendrá su razón de ser. En otra época, bastante lindante con la actualidad, las convicciones formaban parte de la razón de ser del hombre. En la mitología griega, Antígona se revela contra su destino y, convencida de que debe dar entierro digno a su hermano Polinices, se enfrenta con el poder de los hombres hasta rebelarse contra Creonte, su tío y suegro.

El personaje de Antígona representa hoy la certidumbre, la seguridad, la certeza de las creencias, sean éticas, políticas o religiosas. Ella como mujer u hombre de esta época podría luchar y anteponerse al destino de ser apartada de la sociedad por no tener qué comer. Quizá lucharía hasta el cansancio o hasta encontrarse cuestionada por sus pares. No teme al poder divino o terrenal, está convencida de su ideología, tanto que está en juego su muerte.

La obra es imponente, sólida desde la convicción de los personajes, están bien fundamentados, y cada uno mantiene su razón de ser desde el lugar en el que le toca estar; con sus palabras y su proceder justifican su rol en la tragedia. Creonte se enfrentará a la rebeldía de Antígona hasta persuadirla de que cambie en su postura. Antígona se mantendrá firme en su objetivo y, pese a tener otras opciones, es inmutable en su pensar.

El texto es complejo para la interpretación, sin embargo la dinámica de la obra hace que el tiempo de duración sea el justo. Los movimientos de los personajes acompañan el relato y la intensidad de la historia.

Antígone es una invitación a revisar las convicciones de cada época en la sociedad. Es esa búsqueda de aferrarse a algo espiritual, político u ético y defenderlo hasta las últimas consecuencias.

El mito

En la mitología griega, Antígona es hija de Edipo y Yocasta y es hermana de Ismene, Etéocles y Polinices. Acompañó a su padre Edipo (rey de Tebas) al exilio y, a su muerte, regresó a la ciudad.

En el mito, los dos hermanos varones de Antígona se encuentran constantemente luchando por el trono de Tebas, debido a una maldición que su padre había lanzado contra ellos. Se suponía que Etéocles y Polinices se iban a turnar en el trono periódicamente, pero, en algún momento, Etéocles decide quedarse en el poder después de cumplido su período, con lo que se desencadena una guerra, ya que Polinices busca ayuda en una ciudad vecina, arma un ejército y regresa para reclamar lo que es suyo.

La guerra concluye con la muerte de los dos hermanos en batalla, cada uno a manos del otro, como decía la profecía. Creonte, entonces, se convierte en rey de Tebas y dictamina que, por haber traicionado a su patria, Polinices no será enterrado dignamente y se dejará a las afueras de la ciudad al arbitrio de los cuervos y los perros. Los honores fúnebres eran muy importantes para los griegos, pues el alma de un cuerpo que no era enterrado estaba condenada a vagar por la tierra eternamente. Por tal razón, Antígona decide enterrar a su hermano y realizar sobre su cuerpo los correspondientes ritos, rebelándose así contra Creonte, su tío y suegro. La desobediencia acarrea para Antígona su propia muerte: condenada a ser enterrada viva, evita el suplicio ahorcándose.

Ficha técnica

Elenco: Laura Palmieri,
Griselda Garbarini y
Diego de Miguel.

Vestuario:
Julieta Sargentoni.

Escenografía:
Paco Suárez.

Versión y dirección general:
Claudio Cogo.

Fuente: Hoy

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