viernes, 15 de mayo de 2009

Pan de cada día: fluÍdo cruce de lenguajes

Estrenada en 2008 en el Teatro de las Nobles Bestias de Temperley, se esgrime como una de las mejores obras de la historia del teatro del Conurbano Sur, por lo que representó, este año, a la provincia de Buenos Aires en la Fiesta Nacional del Teatro.

Pan de cada día es una obra sin texto, que apela a múltiples lenguajes para llevarla adelante: el cine mudo, la escultura en escena, la manipulación de objetos, el cuerpo como pantalla, la gestualidad al máximo, las máscaras, entre otros. Es justamente esa diversidad y ese cruce de lenguajes que fluyen y transitan naturalmente a lo largo de la puesta, lo que la convierte en una pieza completa y armoniosa.

Surge de unas pequeñas escenas, trabajadas por los actores -Gabriela Pagés y Mario Marino- a partir de conceptos que dieron nacimiento a una serie de imágenes con personajes, que de entrada se revelaron mudos, según nos aclararan los protagonistas respecto del proceso de creación. Partieron de la palabra encuentro e inmediatamente surge la harina –ella- y el agua –él-, elementos que tenían a mano. Una metáfora de lo que le sucede a dos personas que se unen y dejan de ser lo que son, para ser un otro nuevo. Cuando ocurre el encuentro y la unión, se produce una transformación: esa masa, que a la vez tomará múltiples significados durante la puesta. Es que Pan… es la historia de una pareja que va desde la conquista, el hijo, la convivencia hasta el envejecer juntos.

Y, es mucho más que eso, son los desencuentros, el lugar de los deseos propios frente a los deseos en común y los sueños postergados, tratados con un profundo vuelo poético.
Esta dramaturgia construida desde la escena por los actores, es una dramaturgia coreográfica, que se revela como una partitura con una precisión y con un tiempo, palpables no sólo por el ritmo de la pieza, sino por el ritmo que puede leerse en el cuerpo de los actores. Da cuenta, sin duda, de la mano inocultable de un director como Alfredo Badalamenti, que lejos de teorizar y pensar en una estética a priori, dejó que ésta emergiese por sí sola, a partir del bagaje de saberes y potencialidades que portan los actores; bagaje que se permeabiliza en la plástica, la manipulación de objetos, la comicidad, la pantomima, entre otros.

Con una impronta expresionista, presenta un realismo desfigurado en el tramo onírico de la obra, aunque es atravesado por el surrealismo en las imágenes proyectadas en el cuerpo de la actriz para expresar sus emociones más profundas. Aquél se hace presente además en las elipsis del relato que se inscriben en el gesto de los actores o en la construcción de un espacio escénico en el que se subrayan los elementos simbólicos.
Pan de cada día propone múltiples lecturas, otorgándole al teatro un trazo de intenso lirismo.

Por Patricia Devesa

Pan de cada día
Autoría: Mario Marino, Gabriela Pages
Actúan: Mario Marino, Gabriela Pages
Dirección: Alfredo Badalamenti
Operación técnica: Marisol Martínez, Luciano Alba
Teatro de la Nobles Bestias 14 de Julio 142, Temperley Buenos Aires, Argentina
Tel: 4244-0813. Sábados de mayo a las 22 hs. www.teatronoblesbestias.com.ar

Fuente: AINCRIT

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