sábado, 16 de mayo de 2009

El músico Hugo Figueras convoca a los más chicos y a los no tanto

Hugo Figueras define a su espectáculo como un show musical con una excusa teatral.
La comprobación será este sábado a las 17

La música suena de fondo mientras los más pequeños se disponen en sus lugares. Lentamente, los pibes y sus acompañantes se apoderan del espacio para dejarse llevar por los acordes del músico.

Hugo Figueras, casi sin quererlo, desembocó en lo que hoy forma parte de su ideal de vida: llegar con sus canciones a los más chicos e interactuar con ellos para componer, juntos, la música que les llegue al alma. O, por lo menos, intentarlo.

Por eso, este sábado a las 17, este ex estudiante platense, nacido en La Pampa, se presenta en Notorious (en el primer piso del Pasaje Rodrigo, calle 51 entre 4 y 5) para brindar a los invitados Con todas las letras, un musical infantil pero "no al estilo de Valeria Lynch", como él lo define.
"Es un show musical con una excusa teatral. La idea es mezclarlo con algunos cuentos. A veces, se invita a bailar a los chicos, pero no es algo pautado. En otras canciones, ellos me acompañan con un coro o me contestan cuando los interrogo con interpretaciones musicales. También los invito a tomar algún instrumento para subir al escenario", remarca el artista que, recientemente, acaba de ser padre.

Entre sus otros proyectos, también figura la composición de un CD con música instrumental para bebés, pero con producciones propias.

A pesar de subir solo al escenario de Notorious, Figueras también integra un grupo musical que lo acompaña. Juntos forman un quinteto, pero con las inquietudes musicales de este artista pampeano a la cabeza. “Digamos que ellos me acompañan en mis ideas, en los proyectos personales que tengo. Por eso, muchas veces voy solo a algunas presentaciones cuando no hay remuneración económica porque no puedo abusar de la disponibilidad de los músicos”, aclaró el músico.

Pero este sábado, Figueras subirá al escenario con mucha compañía. Además de su guitarra, treparán, entre las escalinatas, el violoncelo, el cuatro venezolano, el acordeón y el bombo más los cuentos que forman parte del repertorio del músico. "La idea es contar una historia, que muchas veces puede ser la historia del mismo instrumento en sí y que será tocada por ese mismo instrumento musical", destacó el músico.

–¿Es un espectáculo exclusivo para los más chicos?

–No, para nada. La idea es que vengan todos, que los padres se unan a la diversión de los más chicos donde todos van a poder interactuar. Para atraer a los adolescentes se hará más difícil, pero si quieren participar, bienvenidos sean. La propuesta será que los chicos participen tocando algún instrumento arriba del escenario, cantando o respondiendo mediante un coro, pero que haya una relación entre todos los presentes.

–¿Cómo comenzó su historia con la música?

–Yo estudié composición en La Plata, vine en los ‘90 de La Pampa a estudiar música a la facultad y en el ‘95, por necesidades laborales, empecé a trabajar en el jardín maternal de Obras Públicas, que es mi trabajo estable. Hago muchas cosas, pero eso es lo fijo.

En 2001, hice un disco para regalarle a los chicos del jardín, hicimos un show en el Pasaje Dardo Rocha y nos empezaron a convocar porque nos fue muy bien. Así, sin quererlo, me fui metiendo en esto. El segundo disco fue algo más premeditado. Y busqué venderlo, ya no regalarlo. Salió en el años 2006. Ahora estoy pensando en un tercer disco para chicos, instrumental pero con canciones propias, obviamente. Y también trabajo en otras cosas. Por ejemplo, estoy componiendo la música para un dibujo animado. Y un sueño: estoy trabajando en un disco para bebes con canciones de cuna y canciones para jugar. Lo produciría Gobbi, que es el sello que editó mi segundo disco.

–¿Monta un personaje para actuar?

–No. No me pinto ni nada de eso. Sí tengo una vestimenta particular, uso un pantalón amarillo, una remera, alpargatas, algo común.

–¿Tuvo otra posibilidad de presentarse como solista?

–Sí, ya lo hice previamente. Me invitaron a algunas de las bibliotecas populares, como la Juanito Laguna de Villa Argüello o La Mansión Obrera, en la calle Nueva York, de Berisso, donde funciona un maravilloso centro cultural. Ahí fui convocado ad honorem, por lo cual no pude llamar a los músicos y pagarles de mi bolsillo. Si se da la la ocasión, voy solo. Prefiero no desgastarlos con proyectos míos. Es una manera de preservarlos.

Fuente: Diagonales

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