El especialista en comunicación pública disertó en el Senado. “Sex” y provocación
Si hay alguien que puede hacer reír a los políticos con sólo contarle las cosas que ellos hacen, ese es Toni Puig. Y no porque se los cuente en formato chiste, sino porque los avergüenza y los ridiculiza al mismo tiempo, por lo que no les queda otra que reír, más allá de que, en sí, este catalán es gracioso, desde lo que dice hasta como viste, con una impronta envidiable.
El comunicador llegó ayer hasta el recinto del Senado bonaerense, donde expuso por más de una hora de lo que más sabe: comunicación y gestión política.
Con gafas violetas, un pantalón cuadriculado, camisa rosa y un “sobrio” saco negro, el creador de la revista Ajoblanco predicó con el ejemplo: sedujo, motivó, impresionó, “sex”, como planteó en una de las pantallas de Power Point que él mismo dibujó.
Quienes sonrieron de tanto en tanto sin dejar de prestar atención (muchos hasta tomaron nota como alumnos universitarios) fueron los integrantes de un público difícil de conmover: políticos (entre ellos el vicepresidente primero de la Cámara alta, Federico Scarabino, y el jefe de la bancada radical, Orlando Costa), periodistas, consultores y estudiantes.
APUNTES. Entre otras ocurrencias, Puig planteó su falta de creencia en los estados y en los gobiernos provinciales, abogando por las administraciones municipales. “Cuando leo los periódicos argentinos hay mucho Cristina, mucho Estado, mucho Provincia y nada de ciudades. Cuando leo los periódicos de España veo muchas ciudades, bastante provincias y poco Estado, por eso creo en las ciudades y en los intendentes”, afirmó.
“El resultado de la comunicación entre un equipo de gobierno y la gente es generar mutua confianza. Cuando ello ocurre, los gobiernos confían en los ciudadanos, no los desprecian, y éstos destacan el esfuerzo que ha hecho el equipo de gobierno para adecuar la ciudad, para que esté mejor preparada en la vida actual y la vida futura”, agregó.
Puig explicó su modelo de “Comunicación y rediseño de las ciudades” a partir de diferentes pasos, que incluyen desde la conformación de confianza entre los gobernantes y equipos de gobierno, la participación de los empleados públicos dentro del plan de trabajo y la inclusión de los vecinos, que se impliquen y se sientan parte de la gestión.
El especialista desmitificó la idea de muchos gobernantes de vender sus administraciones con la prestación de servicios, la idea de que aparecer en los medios de comunicación “gestionando” les suma y acordarse de la comunicación a la hora de las elecciones.
Entre otras iniciativas, Puig planteó su intención de que se cree un ranking de ciudades y les propuso a los políticos que ante la falta de recursos para recrear sus ciudades, roben. “Esos cuadros que tienen en sus despachos, que por la noche sean cambiados por reproducciones y véndalos”, recomendó –claramente en chiste– y recibió unas carcajadas.
“La Plata fue una ciudad ecológica por excelencia. Por sus avenidas, por sus árboles. Lo fue. Quieren que La Plata sea entendida y comprendida como la primera ciudad ecológica en Latinoamérica y el mundo, háganlo”, recomendó.
Fuente: Diagonales
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