viernes, 7 de mayo de 2010

Jujuy, un potente viaje escénico

Jujuy, de Ana Garat. Con Rosaura García y Emanuel Ludueña. Iluminación: Luciana Giacobbe. Producción: Garat/Beamonte. Vestuario: Pilar Beamonte. Dramaturgia y dirección: Ana Garat. El Camarín de las Musas ( www.elcamarindelasmusas.com ). Duración: 45 minutos.

Nuestra opinión: muy buena

Una pareja (o varias). Ella y él (aunque, por momentos, parecen ser dos mujeres y, en otros, dos hombres). Vale reconocer que esa confusión genera una potencia escénica casi perturbadora. Entonces, él y ella (o sus múltiples variables) en múltiples escenas que arman esta especie de collage centrado en un vínculo casi caprichoso que, en general, transita por cierto registro carente de emociones. Vale también reconocer que esa distanciamiento genera una mayor potencia escénica porque desorienta, enternece, deja dudas.

Así contado Jujuy , de esa forma se llama la nueva propuesta de la coreógrafa Ana Garat, puede ser que no luzca muy tentadora. De no serlo, seguramente es por un problema de esta misma crónica, porque por la forma en que Garat manipula a estos dos personajes, por la forma en que dibuja sus movimientos en el espacio y por la exquisita particularidad que demuestra en hacerlos transitar por esa línea casi distante convierten a Jujuy (¿por qué se llamará de ese modo?) en un viaje de cuyo destino final poco puede saberse, pero que, como sucede con los mejores viajes, lo mejor está en el mismo andar.

En ese andar, Rosaura García y Emanuel Ludueña (sencillamente, brillantes) son los mejores vehículos, los mejores conductores de este viaje por parajes de rechazos, algún desencuentro y de un grado de complementariedad que hace que, en varias situaciones, en vez de ser pareja el otro se convierta en espejo o en su mejor álter ego.

Como en trabajos anteriores, Garat vuelve a demostrar que es una gran conocedora de los aspectos visuales y sonoros que rodean a sus relatos coreográficos. Por eso mismo dejó en manos de Pilar Beamonte el diseño de indumentaria (un estallido de modernidad y potentes códigos propios) y Patricia Casares se hizo cargo de una atractiva música original. Con todos estos elementos en juego, Jujuy se transforma en una magnífica hoja de ruta para comenzar una noche de sábado.

Alejandro Cruz
Fuente: La Nación

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