Anoche, después de tres años y medio de refacciones, reabrió sus puertas con una ceremonia que incluyó escenas de El lago de los cisnes y de la ópera La Bohème; con más brillos que nunca y la acústica intacta, el concierto se convirtió en una verdadera celebración.
Verónica Pagés
LA NACION
El Teatro Colón reabrió anoche sus puertas, después de tres años y medio, con una emotiva ceremonia que supo condensar las luces y las sombras de este festejo del Bicentenario. Sin la presencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner (aunque sí acudieron el vicepresidente, Julio Cobos, y el primer mandatario uruguayo, José Pepe Mujica, quien calificó al coliseo de "vidriera un poco aristocrática"), la función contó con 2700 invitados, provenientes de todos los ámbitos del quehacer nacional. Buena parte del arco opositor, de Francisco de Narváez a Aníbal Ibarra; ex presidentes, como Fernando de la Rúa o Ramón Puerta; figuras populares, como Mirtha Legrand y Susana Giménez, y artistas vinculados íntimamente con la historia del teatro, como Julio Bocca y Eleonora Cassano, atravesaron la alfombra roja dispuesta en la entrada del Colón y se maravillaron con la restauración de la sala, en la que aún podía sentirse el olor a nuevo.
La fiesta comenzó a las 20.50 ?veinte minutos después de lo pautado?, una vez que el jefe de gobierno Mauricio Macri se hizo presente en un Palco Ceremonial que no le ofrecía ninguna resistencia. Fue con el Himno Nacional Argentino (seguido de un extenso aplauso que evidenció una emoción que iba más allá de las estrofas entonadas) que dio comienzo la función; luego el foco protagónico estuvo puesto en la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, que con la dirección de Javier Logioia Orbe interpretó la danza de Huemac, de Pascual de Rogatis.
El bello telón restaurado se abrió por primera vez para mostrar la palaciega fiesta del tercer acto de El lago de los cisnes, en el que se lucieron Alejandro Parente y Silvina Perillo, muy bien secundados no sólo por gran parte del Ballet Estable sino, principalmente, por las destacadas actuaciones de Maricel De Mitri, Edgardo Trabalón, Carla Vincelli y Miriam Coelho, algunos de los bailarines que tuvieron a su cargo los roles de princesas y caballeros. El cuadro con muchos momentos de conjunto y también aprovechado para lucimiento de los solistas fue un magnífico pantallazo del talento del Ballet que dirigió una emocionada Lidia Segni.
Miradas
Más allá del glamour que se repartió en la platea, palcos y pisos altos, la emoción y la alegría de muchos de los invitados se evidenciaba en la gran cantidad de máquinas de fotos robando recuerdos, en las charlas de pasillo entre quienes se sorprendían de encontrar a directores musicales que han dirigido en el escenario ubicado en las altísimas gradas mientras allá bajo, en la platea, no sólo quedaron al descubierto algunos baches sino que se le había dado prioridad a nuevas celebridades de futuros inciertos (Ricardo Fort, sin ir más lejos).
Otro de los comentarios jocosos de la velada una vez concluida, y mientras se preparaba el brindis en el Salón Dorado, fue que a una hora de que comenzara el 25 de Mayo ?y con él toda la razón de estas fiestas bicentenarias? el Teatro Colón culminó con una escena de La bohème en la cual casi la totalidad de los protagonistas ?más de sesenta? terminaron desplegando una gran bandera de Francia. Quien se paseaba feliz con su copa en mano era uno de los responsables de las mediciones acústicas, Gustavo Basso, que no podía consigo de la felicidad de saber (y escuchar) que el gran tesoro del teatro estaba intacto.
EL COLON EN CIFRAS 400 millones
Será el costo total de las obras
Las refacciones de 58.000 metros cuadrados del teatro comenzaron en 2001. El 30 de octubre de 2006 se cerraron las puertas del teatro con un concierto dedicado a la música nacional. Falta concluir aún el 10% de los arreglos programados.
Puede albergar el teatro
El primer coliseo, inaugurado en 1908, puede acomodar además a quinientos espectadores de pie.
Integrarán la temporada lírica
Comenzará mañana, con La bohème. También se brindarán cuatro ballets. Los sobrantes de abono disponibles para presenciar alguno de estos títulos pueden llegar a alcanzar los 1030 pesos por una platea.
Pesa el telón histórico
Confeccionado en 1936, su restauración demandó cinco meses de trabajo a quince especialistas. Cada una de sus dos hojas mide 360 m2 y sólo se usará en funciones especiales: en el resto, se colgará el nuevo telón con diseño de Guillermo Kuitca y Julieta Ascar.
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