
La placa, que reúne las potentes canciones de la pieza, se refiere a una embarcación que se utilizaba para deshacerse de los enfermos y anormales en la época medieval.
Con esta premisa, el conjunto de música y percusión busca llevar al público por un recorrido inesperado, en un viaje errante con reminiscencias a los ritos dionisíacos, sólo guiados por el goce y la felicidad.
Fuente: La Rocka
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