En la Biblioteca de la Facultad de Humanidades de la UNLP se exhiben materiales de y sobre este dramaturgo inglés, cuya obra jamás ha perdido vigencia, y es plausible de ser resignificada en cualquier época y contexto.
Aunque con fecha incierta, el natalicio del dramaturgo, actor y poeta inglés William Shakespeare, se conmemora cada 23 de abril, tomando como referencia la fecha de su acta de bautismo, tres días después. Curiosamente, su muerte también ocurrió un 23 de abril, 52 años después de su nacimiento, y este suceso sí que está documentado.
Como sea, de lo que no puede jamás haber dudas es de la vigencia que la obra de Shakespeare ha tenido a lo largo de la historia, que sigue teniendo en el presente, y que mantendrá en el futuro.
La literatura, la lengua, el teatro, el cine, la filosofía, la historia, la música y la plástica se han nutrido -y lo seguirán haciendo- infinitamente de las realizaciones de este maestro del arte.
A modo de homenaje, y con el objetivo de realzar algunas adaptaciones de sus obras, así como de los vastos análisis y trabajos académicos a los que las mismas han dado lugar, la Biblioteca de la Facultad de Humanidades de la UNLP (Bibhu-ma) organizó una exposición, que se puede visitar gratis, todos los días entre las 9 y las 18. La muestra, que arrancó el 23 de abril y se extenderá hasta el 21 de mayo, forma parte de un ciclo de exhibiciones dedicadas a importantes escritores.
Los libros y materiales que componen la muestra pueden verse en dos vitrinas del sector de préstamos de la Bibhuma, en 48 entre 6 y 7, primer subsuelo. Lo que allí se expone, mayormente, son textos bibliográficos de y sobre el autor, destacándose, especialmente, los trabajos elaborados por docentes e investigadores de la Facultad de Humanidades. También hay afiches y tarjetas de funciones teatrales y cinematográficas, así como panfletos publicitarios, y antiguas ediciones de sus obras literarias.
Teniendo en cuenta el valor de los elementos que se exhiben, la muestra parecería estar un poco escondida dentro de la biblioteca. De todas maneras, no toma más de 10 o 15 minutos detenerse a mirar los valiosos objetos que se exponen, y que prueban la cantidad de disciplinas artísticas a las que Shakespeare sirvió de influencia.
Entre sus obras más representadas -y resignificadas de mil maneras- figuran Hamlet, Macbeth, Romeo y Julieta, Sueño de una noche de verano, El mercader de Venecia, La fierecilla domada, La tempestad, Enrique III, Otelo, Julio César, Mucho ruido y pocas nueces y Los dos hidalgos de Verona, entre tragedias, comedias y textos históricos.
La muestra es una manera más de situarlo en la actualidad, esa que, con su discurso, este dramaturgo del siglo XVI supo eternizar y hacer por siempre vigente, a lo largo de cinco siglos. Posible de ser retomada permanentemente, su obra se estudia en las escuelas, y se ve en escenarios teatrales y en las pantallas de modernos cines.
El ciclo de exposiciones está organizado por el área de Servicios de Información de la Biblioteca, con la idea de dar a conocer obras valiosas del fondo bibliográfico. Cuando termine la muestra de Shakespeare, el 21 de mayo, los homenajeados serán los escritores Federico García Lorca y Leopoldo Lugones, y quizás haya también espacio para Leopoldo Marechal y Macedonio Fernández.
Mercedes Benialgo
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