lunes, 10 de mayo de 2010

Mujeres terribles, una conversación imaginaria entre Ocampo y Pizarnik

La obra está basada en cartas, textos y diarios de ambas escritoras

Las escritoras Alejandra Pizarnik y Silvina Ocampo son interpretadas por Noemí Frenkel y Marta Bianchi, respectivamente, en Mujeres terribles, una obra con dirección de Lía Jelín que se presenta en el porteño Centro Cultural San Martín (Sarmiento 1551) y que aborda "los conflictos de cada una y sus encuentros y desencuentros", según describió Frenkel.

En una suerte de conversación imaginaria basada en textos, cartas y diarios íntimos de ambas, la pieza apunta a rescatar la singularidad del universo poético y personal de ambas artistas y a recrear la intensa relación que mantuvieron entre 1967 y 1972, los últimos cinco años de vida de Pizarnik.

Noemí Frenkel (que interpreta a Pizanik) contó que "la obra pone de manifiesto las voces internas de ambas, aparece su mirada sobre el arte, la literatura y la vida, y retrata una relación que no era meramente amistosa, especialmente desde el lugar de Alejandra, quien se sabe estaba profundamente enamorada de Silvina, sentía un gran pasión por ella".

La trama del espectáculo escrito por Marisé Monteiro y Virginia Uriarte hace eje en los encuentros y desencuentros que ambas escritoras tuvieron desde que se conocieron, luego de ser presentadas en la casa de la fotógrafa Sara Facio, a pocos días de haber aparecido una elogiosa critica de un libro de Silvina, firmada por Pizarnik en la Revista Sur.

"Alejandra admiraba mucho a Ocampo por su delicadeza y su estilo", sostuvo Marta Bianchi, quien ya había interpretado a Ocampo en La casa de azúcar, un film inconcluso de Carlos Hugo Christensen.
Para la actriz, la particularidad de Mujeres terribles reside en que "está hecha de fragmentos de obras suyas, es un trabajo muy hermoso, una construcción donde aparecen la niñez, sus orígenes, los conflictos de cada una y sus encuentros y desencuentros".

"Aparentemente fue un amor platónico", agregó Frenkel, quien destacó que el vínculo entre ambas trascendía lo generacional, ya que al final de su vida Alejandra tenía 36 y Silvina 63.

La actriz que brilló en filmes como Últimas imágenes del naufragio y Potestad, describió a estas dos figuras que florecieron en plena ebullición intelectual a fines de la década del ‘60, como a "dos mujeres muy originales, totalmente distintas entre sí, ambas con una capacidad de juego y de gran creatividad con la palabra".

Desde que leyó el material se sumergió en un viaje muy profundo: "Casi no pienso en otra cosa, ella me conmueve y me produce mucha fascinación, es como si estuviera buscándola en el éter", dijo la actriz. Aunque para meterse en la piel de la escritora tuvo que conectarse con sus partes más oscuras, para no quedar atrapada en el camino "más aungustioso de su vida", la actriz decidió vincularse con la luz que transmite su obra, con "su la pasión, su devoción por el arte y su conexión con la belleza".

"Estuve en contacto con gente que la conoció personalmente y es un ser entrañable, con un alma grande, alguien que estaba comprometida con lo más profundo de su ser", insistió.

Por su parte, Bianchi definió a Ocampo como a una mujer con una vida muy atractiva y con una imaginación desatada que buscaba por encima de lo humano.

Para la protagonista de Made in Argentina, la autora de Viaje olvidado "gestó una obra inquietante ya que estaba atravesada por lo mágico, las predicciones y las visiones".

Las actrices sostuvieron que, lejos de una imitación, ambas encararon sus personajes buscando un acercamiento físico a partir del vestuario y la actitud corporal, Frenkel desde el rasgo andrógino de Pizarnik y Bianchi a partir de la sutileza de Ocampo.

La obra Mujeres terribles puede verse en la Sala Muiño del Centro Cultural San Martín (ubicada en el 4º piso del complejo), todos los miércoles a las 20, hasta el 10 de junio.

Fuente: Diagonales

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