Nuestra opinión: regular
Marcelo Kotliar y Chacho Garabal escribieron un interesante musical sobre la historia de Karol Wojtyla, desde su juventud hasta que recibe la investidura papal y se convierte en Juan Pablo II. En su libro se descubre al hombre que compartía su sueño de ser artista con su pasión por Dios. En ese camino se descubre una mujer que lo ama, un entrañable amigo judío y un Judas que lo traiciona hasta causar un primer atentado antes de ser papa, del que poco se conoce.
El libro es, en general, atractivo, con letras que continúan naturalmente el texto hablado y un desarrollo interesante de la historia. Aunque se descubre cierto desequilibrio estructural, con un primer acto muy musical y una segunda parte en la que lo verbal prevalece y, a su vez, se opaca por el débil accionar escénico. A su vez, la exaltación del pueblo polaco es una de las mayores cualidades de la obra y el agregado de condimentos folklóricos también la enriquece. Por su parte, Angel Mahler ilustró bien los momentos que los autores, naturalmente, llevaron su historia hacia lo musical, aunque a su partitura le falte poderío.
El elenco de Wojtyla es muy heterogéneo. Algunos de sus integrantes demuestran ser aún bastante novatos, mientras que otros despliegan oficio y conocimiento del género. Andrés Bagg es medido en su protagónico y realiza un desarrollo dramático interesante, con un final muy emotivo. Por su parte, Vicky Buchino llena el escenario ante cada una de sus apariciones y pone toda la fuerza que falta en muchos momentos de la obra. A su vez, Chacho Garabal crea un vínculo muy fuerte con Karol, en su composición de Jurek, y Julián Pucheta sorprende con un pequeño pero intenso personaje.
Pero ¿qué es lo que falla principalmente en Wojtyla ? La guía. En el trabajo de James Murray sólo quedan expuestas marcaciones y contornos, pero no contenidos, en lo que a interpretación se refiere. Falta ritmo, el desorden escénico es enorme y hasta los cambios escenográficos son desprolijos. Las escenas de masa son las que mayor carencia de teatralidad tienen.
En resumen, una buena idea con una buena historia que emociona por momentos, pero que no logra suceder del todo.
Fuente: La Nación
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