El trabajo del artista plástico, realizado para ilustrar la edición del Nunca Más editado por Página/12, hace referencia a las vinculaciones entre la dictadura, la Iglesia Católica y algunos medios de comunicación.
Una de las principales atracciones del Paseo del Bicentenario que culminó ayer fueron los pórticos de ingreso intervenidos por el artista plástico León Ferrari. La comentada instalación Nunca Más, ilustración de Ferrari del informe sobre desaparición de personas de la Conadep, cubrió la entrada de Avenida de Mayo con gigantografías que expusieron la estrecha relación entre la prensa y la Iglesia Católica con la última dictadura.
“Estos collages intentan transmitir la dimensión infernal de lo sucedido a manos de las instituciones: el Ejército, la Iglesia Católica, la Justicia, los grupos económicos, el Estado represivo”, explica el artista en el pie de la obra, que por su ubicación central resultó una de las más visitadas y fotografiadas del paseo.
Las distintas imágenes que lo componen fueron realizadas especialmente para la edición de los fascículos del Nunca Más que Página/12 editó junto a Eudeba en 1995. Los copy-paste superponen al dictador Jorge Rafael Videla y otros represores y numerosas autoridades eclesiásticas con crudas escenas de torturas. También se incorporaron a la muestra los trabajos que Ferrari agregó para la reedición de aquel histórico informe a treinta años del golpe militar. Allí se incluyó “Nosotros no sabíamos”, una colección de notas periodísticas sobre la represión aparecidas en distintos diarios nacionales durante 1976 y que dan cuenta de manera directa del apoyo –tácito o explícito– de los principales medios de comunicación al terrorismo de Estado. “La muestra es, sobre todo, la manera que elegí para ilustrar los testimonios sobre torturas contenidos en el Nunca Más”, afirmó el artista.
–¿Cuándo surgió la oportunidad de exponer estos trabajos en el Paseo del Bicentenario?
–Hace más o menos un mes. Para la muestra colaboró mucho el artista Yaya Firpo, él hizo la selección y el ordenamiento de las imágenes que se exponen.
Respecto de los cuestionamientos a la obra aparecidos en algunos medios, Ferrari expresó: “Para mí eso es una crítica mezclada con elogio. Casi un elogio, de hecho. Por otra parte, si estamos recordando el Bicentenario, la dictadura es una de las cosas que pasaron, ¿no?”
Para armar las piezas que se expusieron en los últimos días en la 9 de Julio, León Ferrari utilizó recortes periodísticos, titulares de diarios y fotografías, así como abundante iconografía cristiana. Logró con ellas un crudo realismo y una cuota nada despreciable de ironía, producto del incesante ánimo de provocación del artista plástico que en 1976 se exilió en Brasil para recién regresar al país en 1991.
Su muestra compartió cartel con una impactante intervención de Graciela Sacco, también en Avenida de Mayo, que mostraba imágenes de personas gritando desencajadas. Los otros dos pórticos, ubicados en las entradas de las avenidas Corrientes y Belgrano, fueron intervenidos por Marcos López –con su muestra Carne– y por los colectivos artísticos GAC y Mondongo. “Es una suerte que hayan vinculado mi obra al Bicentenario y que haya aparecido en un lugar tan privilegiado”, concluyó Ferrari.
Imagen: Pablo Piovano
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