Por MARIO F. VIVINO
Estreno mundial, Praga, 29 de octubre de 1787. Primera representación en Teatro Argentino, setiembre de 1974. Principales intérpretes: Fernando Radó, María Bugallo, Carla Filipic Holm, Santiago Burgi, Ricardo Seguel, Mario Di Salvo, Fabián Veloz, Sonia Stelman. Orquesta y coro Teatro Argentino. Dirección musical: Andrés Juncos. Dirección escénica: Daniel Suarez Marzal. Escenografía: Nicolás Boni.
Calificada por Richard Wagner con la mención del títulado, Don Giovanni sigue demostrando en cada oportunidad que es repuesta, su extraordinaria vigencia tanto en lo referente a su temática -las andanzas de ese libertino que no logra superar su constante frustración sino a través de una desaforada y creciente persecución amorosa que culmina en su autodestrucción- como en su maravillosa música plena de armonías que a pesar de los muchos años transcurridos desde su estreno parece estar recién escrita. Obra cumbre de la lírica que el Teatro Argentino presentó en una estupenda versión con muy pocos puntos débiles. La orquesta fue el marco adecuado que envolvió este "dramma giocoso" en el preciado campo de las sutilezas musicales que lo componen y el coro reducido con intervenciones precisas, agregó su siempre positiva nota.
La puesta de Suárez Marzal fue ingeniosa y emblemática aunque a veces un tanto confusa: entre dos grandes paredones fijos en los que se entretejen puertas, se convino un juego de cambios palaciegos concebido como un movimiento de minipalacetes que entran y salen de escena para terminar en un amontonamiento sin sentido al finalizar la obra (quizás queriendo demostrar el triste final del protagonista), el contraste de vestimentas modernas con los disfraces antiguos, las presentaciones "vistuales" de la campiña y el cementerio para que pudieran surgir los personajes, fueron aciertos indudables aunque otras sugerencias -la media visión de chicos en malla junto a la destinataria del "deh, vieni a la finestra" del protagonista, qué significado tendrá?; la misma duda: por qué dos travestis son los acompañantes de Leporello a la hostería "per trovare patrone megliore" como dice él mismo en el cuadro final?- parecen más impactos de momento que el mantenimiento de una línea escenográfica.
Un joven y compacto elenco dio realce a la presentación. Fernando Radó mostró una energía a todas luces conteste con el personaje de Don Giovanni, precisa afinación y una actuación inteligente y vibrante en "là, ci darem la mano." Gran debut del barítono chileno Ricardo Seguel, un Leporello de intensas variaciones que en cada cuadro se fue superando con ductilidad musical y escénica de alto nivel. Sin duda que su versión de "Madamina..." quedó en los oídos y retinas de los asistentes. Carla Filipic Holm fue Donna Elvira impecable, como en cada actuación de esta ya gran soprano y María Bugallo mostró su adecuación al personaje de Donna Anna. Su prometido Don Ottavio, Santiago Burgi, entonó sus arias: "dalla sua pace" y "il mio tesoro" con gran solvencia y los campesinos Fabián Veloz y Sonia Stelman compusieron la maravillosa pareja de Massetto y Zerlina con precisión y gran despliegue. Cabe agregar que las escenas de conjunto -que las hay en profusión- mostraron enjundia y dedicación de todos y cada uno de los personajes. Gran concurrencia y fuertes aplausos en la velada.
Fuente: El Día
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