Sin oponerse a los festejos del Bicentenario, las 25 comunidades originarias que habitaban esta tierra desde mucho tiempo antes de la Revolución de Mayo marcharon por sus reclamos históricos
Sus reclamos y el pliego de reivindicaciones que pudieron entregarle a la presidenta Cristina Fernández fueron bien recibidos, pero la verdad se verá en el corto y mediano plazo, cuando las mismas empiecen -o no- a concretarse. Por lo pronto, la comisión creada especialmente para evaluar el petitorio debería empezar a funcionar dentro de muy poco, en junio próximo.
Representantes de las 25 comunidades originarias de nuestro país partieron caminando desde Jujuy, Misiones, Neuquén y Mendoza y llegaron hasta Plaza de Mayo el jueves pasado, en una jornada que alegraron con bailes y arte.
Pero el motivo de su marcha no fue alegre, y es el mismo que arrastran desde hace más de cinco siglos: la devolución de sus tierras. Esas a las que ellos llegaron antes que nadie, pero que les fueron robadas, primero por los colonizadores, y luego por su propio Estado, que se quedó con algunas, pero que principalmente permitió que la mayoría queden en manos privadas por monedas.
En la lista que le entregaron a la Presidenta, también figuran la creación de un Estado plurinacional y pluricultural; la derogación del Código Minero, la reparación económica y el respeto y cuidado hacia la Madre Tierra.
La Marcha de los Pueblos Originarios ya terminó, y ahora los cientos de caminantes se vuelven a sus pagos, a la espera de que esta manifestación -masiva pero reiterada- rinda frutos y no termine mal como aquella otra que se conoció como el Malón de la Paz, en mayo de 1946, a pesar de que el presidente Perón le había dado la mejor de las bienvenidas.
Al margen de que su reclamo data de hace más de cinco siglos, las comunidades originarias no se oponen a las celebraciones por el Bicentenario de la República, pero tampoco quieren dejar pasar la oportunidad para recordar, por enésima vez, que ellos existían desde mucho tiempo antes.
Parece mentira que una parte tan extensa de la historia de nuestro territorio quede afuera, precisamente, de la Historia. Tres siglos antes de la Declaración de la Independencia de lo que años más tarde sería la República Argentina -el 9 de julio de 1810-, los españoles habían colonizado gran parte del continente, asesinando, explotando y sometiendo a sus pobladores.
Pero esta región del mundo estaba ocupada desde hacía mucho tiempo; muchísimo, teniendo en cuenta que los registros existentes sobre los primeros pobladores datan de entre los años 300 y 900 d.C. Entonces, ¿por qué se habla de “descubrir” el continente, como si antes no hubiese existido?
Lo que está haciendo falta es un profundo cambio cultural, de esos que llevan mucho tiempo en gestarse. La deuda que hay con estos pueblos debe ser saldada no sólo a nivel político y económico, sino también desde las esferas sociales y culturales.
Fuente: Hoy
Sus reclamos y el pliego de reivindicaciones que pudieron entregarle a la presidenta Cristina Fernández fueron bien recibidos, pero la verdad se verá en el corto y mediano plazo, cuando las mismas empiecen -o no- a concretarse. Por lo pronto, la comisión creada especialmente para evaluar el petitorio debería empezar a funcionar dentro de muy poco, en junio próximo.
Representantes de las 25 comunidades originarias de nuestro país partieron caminando desde Jujuy, Misiones, Neuquén y Mendoza y llegaron hasta Plaza de Mayo el jueves pasado, en una jornada que alegraron con bailes y arte.
Pero el motivo de su marcha no fue alegre, y es el mismo que arrastran desde hace más de cinco siglos: la devolución de sus tierras. Esas a las que ellos llegaron antes que nadie, pero que les fueron robadas, primero por los colonizadores, y luego por su propio Estado, que se quedó con algunas, pero que principalmente permitió que la mayoría queden en manos privadas por monedas.
En la lista que le entregaron a la Presidenta, también figuran la creación de un Estado plurinacional y pluricultural; la derogación del Código Minero, la reparación económica y el respeto y cuidado hacia la Madre Tierra.
La Marcha de los Pueblos Originarios ya terminó, y ahora los cientos de caminantes se vuelven a sus pagos, a la espera de que esta manifestación -masiva pero reiterada- rinda frutos y no termine mal como aquella otra que se conoció como el Malón de la Paz, en mayo de 1946, a pesar de que el presidente Perón le había dado la mejor de las bienvenidas.
Al margen de que su reclamo data de hace más de cinco siglos, las comunidades originarias no se oponen a las celebraciones por el Bicentenario de la República, pero tampoco quieren dejar pasar la oportunidad para recordar, por enésima vez, que ellos existían desde mucho tiempo antes.
Parece mentira que una parte tan extensa de la historia de nuestro territorio quede afuera, precisamente, de la Historia. Tres siglos antes de la Declaración de la Independencia de lo que años más tarde sería la República Argentina -el 9 de julio de 1810-, los españoles habían colonizado gran parte del continente, asesinando, explotando y sometiendo a sus pobladores.
Pero esta región del mundo estaba ocupada desde hacía mucho tiempo; muchísimo, teniendo en cuenta que los registros existentes sobre los primeros pobladores datan de entre los años 300 y 900 d.C. Entonces, ¿por qué se habla de “descubrir” el continente, como si antes no hubiese existido?
Lo que está haciendo falta es un profundo cambio cultural, de esos que llevan mucho tiempo en gestarse. La deuda que hay con estos pueblos debe ser saldada no sólo a nivel político y económico, sino también desde las esferas sociales y culturales.
Fuente: Hoy
No hay comentarios:
Publicar un comentario