viernes, 7 de mayo de 2010

Museo de la Soda en Berisso

Un museo de la región rescata los orígenes y la historia de esta bebida gaseosa típica de los hogares argentinos. Allí se exhiben más de 6.000 piezas y se narra el surgimiento de las primeras soderías del país.

A mediados de la década del ‘80, Luis Alberto Taube tenía un negocio de compra y venta de usados. En su tarea diaria rescataba objetos apropiados para la reventa y notó como en muchos patios traseros los vecinos dejaban sifones de soda rotos o descuidados. A partir de entonces, comenzó a guardar algunos, de diferentes colores y tamaños, que lentamente fueron conformando las piezas de un museo único en su género en toda América.

En diálogo con Hoy, Luis Alberto Taube, investigador y director del Museo de la Soda y el Sifón de Argentina, dijo: “Durante varios años junté sifones de diferentes tamaños, formas, capacidades, colores y relieve, y decidí ponerlos uno al lado del otro en unos estantes. Fue ahí que pensé que en el año 2000 esto no iba a existir e imaginé un negocio. Esto finalmente no pasó, pero me empecé a interesar mucho por el tema, recorrí ferias y rescaté sifones desde todos los lugares del país”.

Hoy, el museo cuenta con más de 6.000 piezas, entre ellas 3.800 sifones de diferentes soderías. Además, existe una colección de porta y cubre sifones, cartelería enlozada de chapa, publicidades, sifones en miniatura, documentación de soderías, porrones de soda, máquinas llenadoras de 1 y 2 picos, y herramientas de soderías, entre otros.

Dentro de sus instalaciones se narra la historia de la soda desde sus comienzo hasta nuestros días, pasando por los diferentes tipos de llenados, los diferentes tipos de envases y cabezas, y cómo esta bebida llega a fabricarse en manera artificial.

Los inicios de la soda se remontan al imperio romano. Allí se conocían fuentes de aguas carbonatadas que se transportaban desde largas distancias en recipientes sellados para que no perdieran la efervescencia.

Como suele ocurrir con muchos productos novedosos y exclusivos, estás aguas burbujeantes sólo podían ser adquiridas por personas ricas, entre ellas emperadores o familias que vivían próximas a las fuentes. Además se creía que tenían propiedades curativas, en especial para problemas digestivos.

Actualmente, el museo dedicado a reivindicar la historia de esta noble bebida está ubicado en la calle 60 y 128 y ha sido declarado de Interés Municipal por el Honorable Consejo Deliberante de la ciudad de Berisso; de Interés Cultural por la Honorable Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires y tiene el beneplácito de ser declarado de Interés Cultural por la Cámara de Diputados de la Nación.

Consultado sobre la pérdida de preponderancia de los sifones en la vida cotidiana de los habitantes de la región, Taube consideró que “la botellita de soda con tapa a corona, las aguas minerales gasificadas y las grandes empresas hicieron que la soda fuese muriendo”.

Los orígenes en Argentina

En diálogo con Hoy, Luis Alberto Taube, director del Museo de la Soda y el Sifón de Argentina, dijo que “la soda se introdujo en Argentina en 1860 y a principios de 1905 las primeras soderías se dividieron, ya que antes funcionaban también como licorerías. En estos años se fueron surgiendo las primeras familias que se dedicaron a la fabricación de este producto”.

Consultado en cuanto a la diferenciación de formatos en cuanto a los sifones, Tabue dijo que “las empresas familiares los personalizaban con diferentes formatos y relieves y todos tenían cabeza de plomo y estaño más angosto. Este formato había que patentarlo, más que todo para poder diferenciarse y que no sean todos iguales”.

Por otra parte, Taube contó que “a partir de los 30 surgió el sifón de litro y el reparto a domicilio. Antes sólo podía comprarse soda en los almacenes y o en los bares”.

Y agregó: “La entrega de soda se hacía primero en carros. Se anotaban los pedidos en una libreta o se dejaban la plata en los cajones. El repartidor tenía un manojo con las llaves de todas las casas a donde repartía soda y era la cara visible de las empresas familiares”.

Para visitar el museo, llamar previamente al teléfono 422-8537. Por información www.clubdelsifon.com.ar.

Fuente: Hoy

1 comentario:

Marina dijo...

Que bueno!! La historia de los sifones de soda si merece un museo!! Me encantan mucho a los sifones de soda antiguos, y viviendo aquí en Alemania conocí a una empresa que hacen la restauración completo de sifones de soda Sparklets. Tenia uno y ellos lo hicieron nuevo y funciona normalmente, ellos se llaman Die Siphon Manufaktur de Alemania.

Saludos!!