lunes, 24 de mayo de 2010

Ciclos de cine en la ciudad de Buenos Aires

No forman parte de los festejos por el Bicentenario, pero bien podrían: la sala Lugones y el Malba rescatan la historia del film noir y el policial francés, dos movimientos cruciales para entender qué es (y qué fue, y qué podría ser) el cine.

Durante la segunda posguerra, la crítica francesa encontró, en el grupo disímil de películas norteamericanas cuyo estreno había demorado el conflicto bélico, motivos comunes: un pesimismo que orillaba lo cínico, erotismo subterráneo (en Hollywood regía el represivo Código de Producción), una estilización exagerada y recursos expresivos entonces novedosos como el relato en off y los flashbacks.

Antes de llamarse noirs (por los libros policiales de la Serie Negra con los cuales compartían el gusto por la creación de atmósferas y arquetipos antes que por la rigurosidad de las tramas), a esas historias de perdedores, mujeres fatales y degradación urbana se las conocía simplemente como melodramas.

Pero, caso único en la historia del cine, la etiqueta crítica inventó al género, y el film noir se reprodujo, se transformó e influyó, quizás con mayor autoconsciencia que otros tipos de películas, hasta nuestros días. Basta ver el último filme de Scorsese, La isla siniestra, o la gran femme fatale de De Palma para advertirlo.

Desde la semana pasada y hasta el lunes 13, la sala Leopoldo Lugones del teatro San Martín (Av. Corrientes 1530) ofrece el repaso, en un ciclo tan notable y excesivo como su objeto, por la Enciclopedia ilustrada del film noir. Agrupados en bloques temáticos (Orígenes y nacimientos del género, La consolidación del estilo, El flashback como laberinto, etc.), ya pasaron clásicos como El halcón maltés, con el ícono noir Humphrey Bogart, y Pacto de sangre. Pero queda mucho más, a razón de dos largometrajes por día hasta completar los 46 que componen el ciclo: Laura de Otto Preminger, La mujer del cuadro de Fritz Lang, ejemplo destacado de la influencia del expresionismo alemán en el desarrollo del género, El desvío de Edgar G. Ulmer, cumbre del cine de bajo presupuesto y altísima imaginación visual, entre otras. La programación completa puede consultarse en www.teatrosanmartin.com.ar.

El otro polo de la cinefilia porteña, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Av. Figueroa Alcorta 3415), viene dedicando todo el mes de mayo al polar, nombre que recibe la variante francesa del cine policial. La relación del género con su equivalente al otro lado del Atlántico se explica con justeza en la introducción al ciclo que puede leerse en www.malba.org.ar:

“Francia no tuvo ley Seca, ni vivió el fenómeno del gangsterismo (o no lo vivió del mismo modo que Estados Unidos), por lo que era improbable que en los ‘30 tuviera un cine policial semejante al norteamericano. En cambio, ejerció menos represión sobre su propio cine y eso le permitió abordar las densidades de la novela negra mientras el cine norteamericano se veía obligado a pasteurizarlas”.

Sobre todo en sus encarnaciones nouvelle vagueras (Sin aliento de Godard, Disparen sobre el pianista de Truffaut), las viriles y violentas películas del polar dejaron una huella profunda en la historia del cine, influyendo incluso sobre el policial estadounidense, en un movimiento de retroalimentación similar al que se dio entre el western y el cine de samurais japonés.
Queda sólo este fin de semana para ver algunas de las 36 películas que pasaron por el ciclo, pero es más que suficiente para maravillarse y entender qué es lo que pasa cuando la consabida “magia del cine” se vuelve nigromancia.
A. M.

Imperdibles

Podrían ser más, podrían ser todas, pero aquí van cuatro recomendaciones que no habría que dejar pasar de los ciclos en la sala Lugones y el Malba:

Sábado 29 de mayo a las 17 y 22.

Al borde del abismo, de Howard Hawks

La adaptación de El sueño eterno, primera novela de Raymond Chandler y primera aparición del detective Marlowe, fue guionada por el escritor William Faulkner y protagonizada por el matrimonio Bogart-Bacall. Con esa selección de nombres, no puede ser otra cosa que una obra maestra. Sensual y laberíntica, cuenta la leyenda que Bogart y Hawks no entendían quién mataba a uno de los personajes en la novela original. Le preguntaron a Chandler, que les respondió: “¡Carajo, yo tampoco lo sé!”.


Miércoles 2 de junio a las 17 y 22.

Traidora y mortal, de Jacques Tourneur

El director de las terroríficas La mujer pantera y Yo dormí con un fantasma también se le animó al cine negro. Y cómo: Out of the Past -tal su título original- es una de las mejores películas de la historia del cine, para casi todos los especialistas. Una telaraña densa de mentiras cruzadas, engaños y persecuciones peligrosas, protagonizada por un Robert Mitchum de sobretodo eterno, Jane Greer como la más fatal de todas las mujeres del noir y un jovencísimo Kirk Douglas.


Viernes 28 de mayo a las 14.

El último suspiro, de Jean Pierre Melville

La película definitiva de Melville (Bob le Flambeur) comienza en movimiento y termina estática, como los demás grandes pilares de la historia del cine negro, luego de una balacera enroscada y sin sobrevivientes. Y, al igual que en ellos, acá la cosa es más simple de lo que parece: un gángster anda suelto por Francia (llamado simplemente Gu y actuado magistralmente por Lino Ventura) y la policía le sigue el rastro, primero recolectando los cuerpos al costado del camino y después -cínica y despiadadamente- desparramándolos por su cuenta.


Domingo 30 de mayo a las 21.30.

Las diabólicas, de Henri-Georges Clouzot

Basándose en una novela de Boileau-Narcejac (los mismos de Vértigo de Hitchcock), el director de El salario del miedo cruza al noir con el terror en este relato cuyo verdadero protagonista es un cadáver ausente que se niega a emerger de una piscina. Protagonizada por las hermosas y letales Simone Signoret y Véra Clouzot (esposa del director), tiene, además de un suspenso apenas tolerable, un aviso al público como los que ponía Hitch para que su tremendo final no fuese revelado a los incautos.

Fuente: Hoy

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