René Hohenstein, director del elenco Casateatro, hace un balance del movimiento teatral cruceño en 2009. Repasa aspectos positivos, identifica algunas falencias y sugiere puntos a reforzar. El teatro, es quizás el género artístico de mayor proyección en la ciudad.
René Hohenstein, Santa Cruz de la Sierra - Bolivia
Hace 30 años una surgente Casa de la Cultura era el centro de las representaciones teatrales, grupos eventuales subían al escenario mayor y con suerte tenían cinco funciones de la obra. Algunos con mucho público y otros con plateas vacías, pero era un agotante trabajo de ensayos de tres meses para rematar en una cortísima temporada. Este año nos encuentra en otras condiciones, algunos grupos logran pasar fácilmente las 50 presentaciones e incluso alcanzar las 100.
El grupo Casateatro, con una pequeña sala propia, hace regular las funciones de fin de semana y en marzo de este año alcanzó las casi 100 a teatro lleno con Justo en lo mejor de mi vida, de Alicia Muñoz. Esta obra fue protagonizada por Carlos Valverde, que llevó un público que agotó las entradas días antes de las funciones. Se estrenó en 2007 y estuvo en cartel 2008 y parte del 2009 con interrupciones debido a inusitadas enfermedades de los actores.
La compañía de teatro Libélula nació este año de la mano de Vanessa Fornasari, estrenó La ramita de hierbabuena y sobrepasaron las 120 funciones en un acercamiento del teatro infantil a las escuelas. Por su parte, Ditirambo, bajo la dirección de Porfirio Azogue, pone en escena a fines del 2008 Romeo y Julieta, de Olga Margallo y Antonio Muñoz de Mesa, desarrollando una intensa temporada que se extendió este año.
Éstos son tres ejemplos de la estabilidad de algunas compañías y sus logros numéricos en la primera década del nuevo siglo que termina ahora. Y claro la diferencia en 30 años es importante.
Santa Cruz de la Sierra tiene un déficit de salas de teatro. La que tiene el colegio Eagles es probablemente la mejor, pero se encuentra dentro de un centro educativo y a cierta distancia del centro de la ciudad. Este año por ejemplo se presentó un espectáculo de danza, Un paseo por Broadway, que permitió un uso cómodo de su funcional infraestructura.
La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) dispone también de un bien mantenido espacio y que presta regularmente para determinados eventos. Lamentablemente el paraninfo universitario no tiene las disponibilidades técnicas básicas que permitan puestas medianamente exigentes. La Casa Municipal de la Cultura también tiene muchas limitaciones, lo cual es una llamada de atención, por ejemplo, no tiene un reproductor de CD. Asimismo La Divina Comedia ha tenido un uso limitado este año, mientras que aparentemente el Café Lorca cerró su sala y Casateatro usa su espacio los fines de semana que ocasionalmente es utilizado por otras compañías.
Un lugar que ha tenido un uso muy funcional y variado es el Centro Cultural Franco Alemán, aunque a veces con problemas de visibilidad para el público. A su vez, la antigua sala del teatro René Moreno se ha convertido en un centro de espectáculos. Este año las obras argentinas, con excepción de Moria Casán, han disminuido en cantidad. Claro que grupos del interior, especialmente los del género del café-concert, como Tra-la-lá Show, Fico Show y Champagne Show visitan este escenario al menos cuatro veces al año. Uno de los mayores éxitos presentados este año fue el Show de Los Mismos, de Pablo Fernández y Sebastián Moreno.
Probablemente una necesidad de los grupos cruceños es la disponibilidad de más salas pequeñas que puedan ser usadas prolongadamente por las compañías. Disponer de otros espacios de cien butacas permitirían crear una cartelera teatral. Hay que acostumbrar al público a que busque la obra que le interese. Es un mito el que las compañías tienen que salir a buscar al público. Cuando alguien quiere verte, tiene tu dirección y tu teléfono, lo mismo tiene que pasar con el teatro.
La extensión deberá estar a cargo no de la gente de teatro, sino de instituciones públicas y organismos culturales que deben ocuparse de acercar la expresión artística a todo el pueblo, pero con financiamiento justo y trato correspondiente. Algunas instituciones lo están haciendo, pero no es suficiente.
2009 vio proyectos mayores como el de Cabaret, montado por Casateatro, con un equipo que reunió a René Hohenstein, Vladimir Suárez, Gonzalo Canedo, Ejti Stih y César Morón a la cabeza de actores, músicos y bailarinas. Por primera vez se montó una comedia musical de Broadway con puesta local bajo un acuerdo con Tams-Witmark de Nueva York (EEUU).
También se montó una versión de El mago de Oz bajo la dirección de Diego Paesano. Otros estrenos importantes fueron Rifar el corazón, de Tucura Cunumi, Fragmentos líquidos, de Proyecto Bufo, Amigos del alma, dirigido por M. Díaz y Marcelo Alcón y Esperando la carroza a la cabeza de R. Hohenstein, que aún sigue en cartelera.
Parte del mundo teatral es el espectáculo de café concert de Chaplin Show que por más de dos décadas llena su sala en Equipetrol y que ha establecido a Adolfo Mier Rivas como el autor más prolífico de nuestro país.
Abril, trajo la séptima versión del Festival Internacional de Teatro de Santa Cruz de la Sierra. La importancia de este evento se encuentra en la búsqueda de proyección de grupos locales y nacionales para el mercado internacional. Este año, según información de la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC), sólo se logró motivar a Cuba, con dos grupos del interior del país: Teatro La Cueva (Chuquisaca), con la obra El libertador en su abrigo de madera y Escena 163 (La Paz), con la obra La escala humana.
Son innumerables los festivales que rondan la ciudad, desde el más antiguo creado dentro del colegio Marista por Édgar Lora con el nombre de Paúro, hasta los que no logran tener un objetivo claro. Caso especial es el Festival Seguimos en las tablas, que dirige Róger Quiroz, y empieza a consolidarse como un evento nacional.
Sin duda, el mayor bluf del año fue el espectáculo llamado Moulin Rouge, nunca quedó claro si fue un espectáculo local, chileno o internacional, fue muy promocionado, apoyado de una forma no usual por medios locales y con un cobro de entradas muy caras. Este tipo de espectáculos son los que perjudican al ambiente teatral, puesto que la gente que se prendió, le costará mucho tiempo volver a un teatro.
La Escuela Nacional de Teatro continúa con su labor y el logro de este año fue graduar a sus primeros licenciados en Artes escénicas.
El balance es a todas luces positivo, especialmente si miramos la consolidación de algunos grupos. La transitoriedad de grupos ocasionales cuenta como tales, pero creo que Casateatro, Ditirambo, Nosotros Dos y ahora esperamos que Libélula, son buenas bases para crear una cartelera teatral cruceña.
Fuente: El Deber
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