El nortemericano adaptó al teatro textos del escritor italiano fallecido en 1985
John Turturro es sin lugar a dudas uno de los actores más talentosos, que ha dado en las últimas décadas, la industria del cine norteamaricano. Versátil, supo pasar por protagónicos, acompañar a otras grandes figuras y ser capaz de hacer pequeñas actuaciones para apoyar alguna película independiente.
Su primera aparición en la pantalla grande la tuvo en 1980, en Toro Salvaje, aquel gran film dirigido por Martin Scorsese y encabezado por Robert de Niro. Turturro no era aún Turturro ni nadie, por eso no extrañó que por su particular cameo (aparece sentado en una mesa del Webster Hall) no apareciera en los créditos de esa realización por la que De Niro se alzó con un premio Oscar.
A partir de ahí la carrera de Turturro comenzó un ascenso que nunca se detuvo y que lo llevó a trabajar con Woody Allen (Hannah y sus hermanas); Ron Horward (Gung Ho); Michael Cimino (El siciliano); Spike Lee (Haz lo correcto). Pero sin dudas fue su protagónico en Barton Fink (1991), bajo las órdenes de los hermanos Coen (con quienes ya había trabajado en De paseo por la muerte), lo que le permitió comenzar a tener un apellido propio en Hollywood. En el filme se pone en la piel de un joven e intelectual escritor neoyorquino, que es contratado por Hollywood para llevar adelante un guión. Llega a Los Ángeles y se instala en el particular Hotel Earle, sin embargo lejos de poder desarrollar la historia, el escritor sufre un bloqueo que le impide llevar adelante la tarea. Con los Coen volvería a trabajar en El Gran Lebowski y en la homérica ¿Dónde estás hermano?.
Por estos días, John Turturro se encuentra estrenando en Italia, la obra teatral Fiabe italiane (Fábulas italianas), del genial Italo Calvino. El lugar elegido para representarla es el teatro Stabile de Turín, la ciudad donde vivió Calvino y donde se suicidó su maestro Cesare Pavese. Fiabe italiane podrá verse en ese lugar hasta el 31 de enero.
El acercamiento del actor y director para con Italia comenzó en 1987, cuando llegó a la península para trabajar en la adaptación cinematográfica de El Siciliano, de Mario Puzo (el mismo autor de El Padrino). A partir de ese momento, Turturro sintió la necesidad de conectarse con sus antepasados. Hijo de una siciliana y un pullés, contó que comenzó a sentir nostalgia por ese país desde aquel rodaje. Por eso son frecuentes sus estadías en Italia. “Cuando envejecés un poco, tienes una relación complicada con tu otro país de origen”, explicó para remarcar: “Siendo estadounidense te das cuenta de cuán anglificado estás; está bien buscar un equilibrio”.
Laboralmente el acercamiento se vio plasmado, entre otros trabajos, cuando en 2006, le prestó la voz a Bartolomeo Vanzetti en un documental sobre Sacco y Vanzetti, esos dos inmigrantes italianos anarquistas acusados de robo y asesinato y ejecutados en 1927 EE.UU.
Dos años más tarde apareció el documental Beyond Wiseguys: Italian Americans & the Movies, que gira en torno a las razones por las cuales los italoestadounidenses a menudo han sido estereotipados y en el que además participan Marisa Tomei, Chazz Palminteri, Richard LaGravenese y Stanley Tucci. Turturro, además fue el productor del documental: “Me gustaría que el público notara que los italoestadounidenses han sido una importante fuerza creativa detrás de las cámaras en Hollywood desde los comienzos, y su influencia en las películas estadounidenses no está delimitada unicamente por la escritura, dirección y actuación en películas sobre la mafia, aunque algunas de esas películas son obras de arte y estoy orgulloso de ellas también. Quise hacer este proyecto porque lo siento muy personal, acerca de mis origenes”.
Y como si esto fuera poco el año pasado comenzó a trabajar en Neapolitan Songs, un documental que explora la escena musical de Nápoles y las canciones clásicas originarias de esa zona como “O sole mio” y “Volare”. “Quiero hacer en Nápoles lo que Wim Wenders hizo en Cuba con Buena Vista”, explicó el actor para remarcar: “El documental va a explicar la longevidad del estilo y porqué viajó tan lejos. Será una mezcla de cantantes antiguos y modernos concentrándose en la ironía más que en lo sentimental"”.
En este 2010, Turturro logró llevar adelante este proyecto teatral, que resulto una quimera para el propio Italo Calvino y Federico Fellini. Sobre el escenario pueden verse sábanas blancas tendidas, un pedregal, una pequeña playa, una carretilla y un viejo barco. Imprevistamente el actor aparece entre las butacas y recita en inglés un fragmento del prólogo que Italo Calvino escribió para las Fábulas Italianas, alternándolo con un italiano muy gracioso. Ya sobre el escenario y con los músicos tocando una canción napolitana, aclara: “La fábula no es bonita si no se le añade algo... Esta noche, probamos”.
Para quienes piensan que los éxitos llegan sin esfuerzo, Turturro trabajó casi dos años en la fría Turín en la adaptación teatral de esta obra, basada en una docena de leyendas populares firmadas por Calvino, Giambattista Basile y Giuseppe Pitré. Y el actor además de interpretar algunos papeles se atreve a cantar una versión de “Tu si na cosa grande” de Domenico Modugno, con un saldo más que favorable.
En la conferencia de prensa previa al estreno, Turturro contó que había decidido llevar a escena las fábulas cuando supo que Federico Fellini e Italo Calvino habían intentado varias veces sin éxito la adaptación. Las dos referencias, gigantescas, se dejan ver en la función, que Turturro ha escrito con su mujer, la actriz Katherine Borowitz, el también actor Max Casella (Los Soprano) y Carl Capotorto.
El texto une varias fábulas distintas en un solo relato y respeta todas las claves del género: fantasía, humor, magia, sencillez, unas gotas de ingenuidad, la naturaleza como un personaje más y mucha sabiduría campesina. La música, a cargo del grupo La Paranza del Greco, que toca 24 canciones en directo, pone el toque realista. “Calvino decía que las fábulas son una explicación general de la vida. Le gustaban su gracia y su humildad porque, siendo pequeñas, cuentan un universo, una Italia sin fronteras, un continente más que una nación”, explicó Turturro en la presentación de la obra, que después del 31 de este mes dejará Turín para viajar a Nápoles.
Su próximo desafío “a la italiana” es la versión inglesa en cine y en teatro de Questi fantasmi, célebre pieza del cómico y trágico Eduardo de Filippo que ya representó en la obra off-Broadway Souls of Naples.
Fuente: Diagonales
John Turturro es sin lugar a dudas uno de los actores más talentosos, que ha dado en las últimas décadas, la industria del cine norteamaricano. Versátil, supo pasar por protagónicos, acompañar a otras grandes figuras y ser capaz de hacer pequeñas actuaciones para apoyar alguna película independiente.
Su primera aparición en la pantalla grande la tuvo en 1980, en Toro Salvaje, aquel gran film dirigido por Martin Scorsese y encabezado por Robert de Niro. Turturro no era aún Turturro ni nadie, por eso no extrañó que por su particular cameo (aparece sentado en una mesa del Webster Hall) no apareciera en los créditos de esa realización por la que De Niro se alzó con un premio Oscar.
A partir de ahí la carrera de Turturro comenzó un ascenso que nunca se detuvo y que lo llevó a trabajar con Woody Allen (Hannah y sus hermanas); Ron Horward (Gung Ho); Michael Cimino (El siciliano); Spike Lee (Haz lo correcto). Pero sin dudas fue su protagónico en Barton Fink (1991), bajo las órdenes de los hermanos Coen (con quienes ya había trabajado en De paseo por la muerte), lo que le permitió comenzar a tener un apellido propio en Hollywood. En el filme se pone en la piel de un joven e intelectual escritor neoyorquino, que es contratado por Hollywood para llevar adelante un guión. Llega a Los Ángeles y se instala en el particular Hotel Earle, sin embargo lejos de poder desarrollar la historia, el escritor sufre un bloqueo que le impide llevar adelante la tarea. Con los Coen volvería a trabajar en El Gran Lebowski y en la homérica ¿Dónde estás hermano?.
Por estos días, John Turturro se encuentra estrenando en Italia, la obra teatral Fiabe italiane (Fábulas italianas), del genial Italo Calvino. El lugar elegido para representarla es el teatro Stabile de Turín, la ciudad donde vivió Calvino y donde se suicidó su maestro Cesare Pavese. Fiabe italiane podrá verse en ese lugar hasta el 31 de enero.
El acercamiento del actor y director para con Italia comenzó en 1987, cuando llegó a la península para trabajar en la adaptación cinematográfica de El Siciliano, de Mario Puzo (el mismo autor de El Padrino). A partir de ese momento, Turturro sintió la necesidad de conectarse con sus antepasados. Hijo de una siciliana y un pullés, contó que comenzó a sentir nostalgia por ese país desde aquel rodaje. Por eso son frecuentes sus estadías en Italia. “Cuando envejecés un poco, tienes una relación complicada con tu otro país de origen”, explicó para remarcar: “Siendo estadounidense te das cuenta de cuán anglificado estás; está bien buscar un equilibrio”.
Laboralmente el acercamiento se vio plasmado, entre otros trabajos, cuando en 2006, le prestó la voz a Bartolomeo Vanzetti en un documental sobre Sacco y Vanzetti, esos dos inmigrantes italianos anarquistas acusados de robo y asesinato y ejecutados en 1927 EE.UU.
Dos años más tarde apareció el documental Beyond Wiseguys: Italian Americans & the Movies, que gira en torno a las razones por las cuales los italoestadounidenses a menudo han sido estereotipados y en el que además participan Marisa Tomei, Chazz Palminteri, Richard LaGravenese y Stanley Tucci. Turturro, además fue el productor del documental: “Me gustaría que el público notara que los italoestadounidenses han sido una importante fuerza creativa detrás de las cámaras en Hollywood desde los comienzos, y su influencia en las películas estadounidenses no está delimitada unicamente por la escritura, dirección y actuación en películas sobre la mafia, aunque algunas de esas películas son obras de arte y estoy orgulloso de ellas también. Quise hacer este proyecto porque lo siento muy personal, acerca de mis origenes”.
Y como si esto fuera poco el año pasado comenzó a trabajar en Neapolitan Songs, un documental que explora la escena musical de Nápoles y las canciones clásicas originarias de esa zona como “O sole mio” y “Volare”. “Quiero hacer en Nápoles lo que Wim Wenders hizo en Cuba con Buena Vista”, explicó el actor para remarcar: “El documental va a explicar la longevidad del estilo y porqué viajó tan lejos. Será una mezcla de cantantes antiguos y modernos concentrándose en la ironía más que en lo sentimental"”.
En este 2010, Turturro logró llevar adelante este proyecto teatral, que resulto una quimera para el propio Italo Calvino y Federico Fellini. Sobre el escenario pueden verse sábanas blancas tendidas, un pedregal, una pequeña playa, una carretilla y un viejo barco. Imprevistamente el actor aparece entre las butacas y recita en inglés un fragmento del prólogo que Italo Calvino escribió para las Fábulas Italianas, alternándolo con un italiano muy gracioso. Ya sobre el escenario y con los músicos tocando una canción napolitana, aclara: “La fábula no es bonita si no se le añade algo... Esta noche, probamos”.
Para quienes piensan que los éxitos llegan sin esfuerzo, Turturro trabajó casi dos años en la fría Turín en la adaptación teatral de esta obra, basada en una docena de leyendas populares firmadas por Calvino, Giambattista Basile y Giuseppe Pitré. Y el actor además de interpretar algunos papeles se atreve a cantar una versión de “Tu si na cosa grande” de Domenico Modugno, con un saldo más que favorable.
En la conferencia de prensa previa al estreno, Turturro contó que había decidido llevar a escena las fábulas cuando supo que Federico Fellini e Italo Calvino habían intentado varias veces sin éxito la adaptación. Las dos referencias, gigantescas, se dejan ver en la función, que Turturro ha escrito con su mujer, la actriz Katherine Borowitz, el también actor Max Casella (Los Soprano) y Carl Capotorto.
El texto une varias fábulas distintas en un solo relato y respeta todas las claves del género: fantasía, humor, magia, sencillez, unas gotas de ingenuidad, la naturaleza como un personaje más y mucha sabiduría campesina. La música, a cargo del grupo La Paranza del Greco, que toca 24 canciones en directo, pone el toque realista. “Calvino decía que las fábulas son una explicación general de la vida. Le gustaban su gracia y su humildad porque, siendo pequeñas, cuentan un universo, una Italia sin fronteras, un continente más que una nación”, explicó Turturro en la presentación de la obra, que después del 31 de este mes dejará Turín para viajar a Nápoles.
Su próximo desafío “a la italiana” es la versión inglesa en cine y en teatro de Questi fantasmi, célebre pieza del cómico y trágico Eduardo de Filippo que ya representó en la obra off-Broadway Souls of Naples.
Fuente: Diagonales
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