viernes, 5 de febrero de 2010

Rocanrol y humor irreverente con Ron Lalá

Mundo y final . Idea original y creación colectiva: Ron Lalá. Textos: Juan Cañas y Alvaro Tato. Intérpretes: Iñigo Echevarría, Juan Cañas, Miguel Magdalena ("Perilla de la Villa"), Daniel Rovalher ("Boli") y Alvaro Tato. Asistente de dirección: Flor Saraví. Dirección: Yayo Cáceres. Hoy, a las 21, en La Comedia, Rodríguez Peña 1062. Duración: 75 minutos.

Nuestra oponión: muy buena .

Haber asistido a la primera de las tres funciones que el grupo español Ron Lalá hizo en Buenos Aires fue como haber vivido un delicioso déjà-vu que remite a las brillantes épocas de Los Macocos, en el Centro Cultural Ricardo Rojas. Esto significa una fiesta cada función, platea con clima de recital de rock, artistas cómplices y espectadores militantes. Mucho teatro, mucha música, actuación física y bastante rocanrol.

Es la segunda vez que este grupo de cinco talentosos artistas, sumados a su director y a su asistente, visitan la Argentina. Y si cada función será como la primera, no es desatinado augurar múltiples nuevas visitas ronlaleras a la capital del tango.

Esta nueva propuesta gira en torno de la desopilante, ácida y crispante idea del fin del mundo. Pero de la catástrofe inmediata, de la destrucción que llega en delivery y de un futuro en el que los cactus serán sobrevivientes orondos, resignados e irónicos.

Todo esto, encadenado a modo de sketches, circula por senderos en que la música es el apoyo esencial, pero en que la teatralidad y las técnicas del clown son las herramientas para concluir un espectáculo integral inteligente y creativo, cuyo lenguaje es el humor.

Tal vez la participación de un argentino en el grupo haya sido la causa de que la obra fuese adaptada al lenguaje local. Y esa adaptación está tan bien lograda que no resulta molesto escuchar modismos argentinos dichos con acento español. Por el contrario, le agregan otro punto a esta complicidad que Ron Lalá consigue con sus espectadores. Es cierto que a uno de los actores no se le entiende bien en algunos tramos, pero es cuestión de acostumbrar el oído.

Los cinco integrantes del grupo son exquisitos artistas integrales que poseen un espléndido manejo del humor, seguridad física y habilidad para interpretar una interesante variedad de instrumentos musicales. Por su parte, Yayo Cáceres le puso dinamismo y vértigo a este montaje ideal para espectadores jóvenes.

Pablo Gorlero
Fuente: La Nación

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