Hurgando en el tiempo, una soprano como Florence Foster Jenkins -nacida en 1868- resulta un anticipo de todos los artistas que pueden no ser buenos en lo que ponen énfasis y ganas de destacarse. Esta estadounidense se hizo famosa por su completa falta de habilidad musical. Todos la criticaban, desde su familia que conocía su falta de talento, hasta la prensa. Pero ella era tenaz y quería ser soprano.
Jenkins cantaba de una forma desastrosa y tenía muy poco sentido del oído y el ritmo. Aún así, comienza su carrera realizando conciertos privados para un público que ella misma seleccionaba. A pesar de su poca habilidad musical, el público la adoraba por la diversión que esto les causaba. Ella estaba convencida de su grandeza y se comparaba con las mejores sopranos del momento. Culmina su carrera realizando un concierto en el Carnegie Hall de Nueva York a sala llena. Allí se consagró como “la peor cantante de la historia”.
Souvenir plantea un recorrido por la carrera como soprano de esta graciosa y querida mujer, el espectáculo está plagado de buenos momentos, ya desde la elección del personaje a homenajear es una fija que va funcionar cuando el espectador lo observa.
El trabajo de Karina K en la personificación de la cantante es impecable. El retrato vivo y minucioso de Foster Jenkins se hace presente en su forma de ser, en su actitud, en sus ademanes, en su excentricidad y, claro, en su canto. Su precisa desafinación es divertidamente atrayente. Karina juega su personaje en forma amena y le otorga el justo sello de ingenuidad e inexperiencia, junto a la autoridad propia de quien sabía lo que quería y nada le preocupaba la opinión del resto. Ni siquiera atendía las indicaciones y enseñanzas de su pianista, Cosme Mc Moon, magníficamente encarnado por Pablo Rotemberg, que se luce tanto histriónicamente como en el acompañamiento instrumental. Ricky Pashkus, aprovechando el delicioso texto de Stephen Temperley en versión Masllorens-del Pino, ha marcado ajustadamente a los intérpretes, que entregan lo mejor de sí en aras del relato.
El espectador disfruta de Souvenir de principio a fin, la historia de Florence Foster Jenkins es tan desopilante y disparatada como tierna y cándida al mismo tiempo. A la vez, puede si realiza el ejerció de ver qué más ofrece este musical, es fundamental intentar trazar algún paralelo con personajes que en la cotidianidad de la televisión puede encontrar y en abundancia.
Ficha técnica:
Autoría
Stephen Temperley
Versión
Federico González Del Pino, Fernando Masllorens
Actuan
Karina K, Pablo Rotenberg
Vestuario
Renata Schusseim
Escenografía
Jorge Ferrari
Iluminación
Roberto Traferri
Fotografía
Gianni Mesticheli
Dirección
Ricky Pashkus
Funciones
Viernes y sábados a las 23, domingos a las 17, en teatro Regina TSU, avenida Santa Fe 1235, Capital Federal.
Tel: 4812-5470 / 4816-6427.
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