Así fue y será nuestra escena
Mientras se celebran los éxitos de taquilla, los independientes aparecen y la dramaturgia local repunta. Todavía es prematuro hablar de “boom”
Por: Enrique Planas
Este no será un balance convencional. No busque listados de todo lo que pasó sobre las tablas en este año. La actividad teatral en los últimos años ha resultado tan intensa que es imposible para una sola persona verlo todo. Por ello, por justicia e imparcialidad, hemos querido que los propios protagonistas compartan su propios análisis del año. La dramaturga Sara Joffré lo dice claro: “Creo que estamos mucho mejor que antes, pero muy lejos de los sueños de cada teatrista”. Para ella, son los festivales, muestras, puestas individuales y concursos los espacios donde se aprecian las ganas de seguir haciendo teatro.
Asimismo, para Joffré, en el 2009 se han hecho más evidentes las líneas divisorias entre las producciones de los principales teatros respaldados por sus auspiciadores y aquellos montajes producidos por cuenta propia de los jóvenes teatreros. “Afortunadamente, la creatividad —todavía— no la venden ni la reparten con discriminación”, anota.
Destacando el trabajo de los directores ajenos al circuito tradicional, el director David Carrillo hace hincapié en la labor del grupo Ópalo, con Jorge Villanueva a la cabeza, que le da una identidad teatral al Goethe Institut; al Teatro Racional, baluarte de la dramaturgia nacional, y a los experimentos escénicos acogidos en El Galpón en Pueblo Libre; así como las propuestas jóvenes del Centro Cultural El Olivar en San Isidro. “Nuestro deber es afianzar los espacios ganados y crear nuevos para el 2010, así muy pronto hablaremos de un verdadero “boom” en el teatro”, afirma.
En efecto —explica Carrillo—, las salas llenas y el entusiasmo de actores profesionales, para quienes trabajar en teatro resulta más rentable que aparecer en televisión, podrían ser un argumento incuestionable para hablar del gran momento económico que vive la actividad teatral local. Sin embargo, el director duda de que ahora se produzca más teatro que antes. “Tal vez lo que hay es más márketing, más avisos, más canjes publicitarios, más vallas, más spots. Viviremos un verdadero “boom” cuando se abran más espacios teatrales. Este año no nació ninguno; es más, perdimos el Montecarlo”, lamenta.
En esa línea, el director Osvaldo Cattone destaca que fue gracias a la confianza del público que la actividad local se vio fortalecida, pues siempre el Estado resulta el gran ausente: “En esta agonía que el teatro padece hace dos mil años parece que Lima es una de las pocas ciudades donde resucita en cada temporada. Sin una ley oficial que lo proteja ni el apoyo del Gobierno, pudimos sobrevivir porque el público acudió masivamente a más de una temporada”.
Poniendo su atención en la dramaturgia peruana, el director Roberto Ángeles destaca el estreno de “Punto ciego” de Claudia Sacha, “Sala de ensayo” de Jaime Nieto, “Hombres humanos” de Alejandro Alva, “Respira”, “Heraud: el corazón volador” y “Hombres al natural” del prolífico Eduardo Adrianzén, y “Umo” de Gino Goulden, estrenada a fin de año en un espacio no convencional. En cuanto a espectáculos, Ángeles destaca “Don Juan regresa de la guerra” de Ödön von Horváth, dirigida por Jorge Guerra en el CCPUCP: “Veo a Jorge desde sus inicios a la búsqueda de la plástica escénica y esta vez lo consiguió con su elenco y con todos los aspectos del diseño. Fue un bellísimo y conmovedor trabajo de este artista plástico escénico que debe llegar mucho más lejos en su exploración, único en nuestro medio”.
Asimismo, Ángeles aprecia “Cabaret” en su aspecto musical y en el canto , al sobresalir la interpretación de Gisella Ponce de León; “Copenhague” de Michael Frayn ,dirigida con certeza y elegancia por Marian Gubbins; “Las neurosis sexuales de nuestros padres”, dirigida por el siempre atrevido Jorge Villanueva y con una actuación de Wendy Vásquez que nos deja atónitos; y “El señor de las moscas” de William Golding, en la que Paco Solís Fúster dirige a jóvenes actores dispuestos a las más altas intensidades.
LO QUE NOS TRAERÁ EL 2010
En el año de la prometida recuperación económica, la actividad local se caracterizará por su variedad, por la contemporaneidad de sus montajes y por el repunte de la dramaturgia nacional, cuyos mayores exponentes retornan con obras nuevas.
En el teatro La Plaza-ISIL la temporada empieza en febrero con “Cocina y zona de servicio”, de los franceses Agnès Jaoui y Jean-Pierre Bacri, dirigida por Marisol Palacios, mientras que en abril Juan Carlos Fisher vuelve con “Agosto”, obra de Tracy Letts. “La puerta del cielo” (julio) marca el regreso de Alfonso Santistevan a la dramaturgia, mientras que Chela de Ferrari promete sorprender en setiembre con “Cyrano de Bergerac” de Edmond Rostand.
En el teatro Mario Vargas Llosa la productora Plan 9 invita en marzo al director Paco Solís y sus jóvenes actores para reestrenar “El señor de las moscas”. En abril será el turno del director Alberto Ísola con “Extras”, comedia de la mexicana Sabina Berman. Terminando julio, David Carrillo dirigirá “El celular de un hombre muerto” de Sarah Ruhl, y en octubre “Los 39 escalones”, cinta de suspenso de Alfred Hitchcock, adaptada al teatro por Patrick Barlow.
En el Británico las producciones principales serán “La reina de belleza de Leenane” (julio), de Martin McDonagh, en que Ricardo Morán dirigirá a Norma Martínez y Leonardo Torres; y “Madre coraje y sus hijos” (octubre), reto brechtiano asumido por Alberto Ísola y un elenco encabezado por Teresa Ralli, Bruno Odar y Alfonso Santistevan.
En el CCPUCP, Marco Muhletaler dirige su primera obra para adultos: “Días contados”, del escritor argentino Óscar Martínez (marzo), mientras que Sergio Llusera presenta “El chico de la última fila” del dramaturgo español Juan Mayorga (mayo). En setiembre la apuesta recae en el clásico de Eurípides “Medea”, con la dirección de Gisella Cárdenas, quien regresa de Nueva York para esta gran faena.
La Alianza Francesa también depara sorpresas. “Estaba en casa y esperaba que llegara la lluvia” del francés Jean-Luc Lagarce será dirigida por Gustavo López (marzo), mientras que los audaces coreógrafos Mario Ballón y Guillermo Castrillón nos proponen dos creaciones de teatro danza: “Comer” y “La sombra” (mayo). En julio César de María ofrecerá su nueva obra: “La mujer sin memoria”, mientras que en agosto su colega Vanessa Vizcarra hará lo propio con “Un día en la vida de Adriana Lima”. Y, para cerrar la expectante producción de dramaturgia propia, en noviembre llegará “La mujer de arena”, adaptación de la novela del japonés Kobo Abe, a cargo de Giovanna Pollarolo y Marisol Palacios. Sin duda, en el 2010 no nos despegaremos de las butacas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario