viernes, 8 de enero de 2010

El teatro por necesidad

Un momento de la representación de 'Muda'. (EL MUNDO)

Esther Montero | Madrid

Cuenta el director de escena, actor y dramaturgo Pablo Messiez (Buenos Aires, 1974) que ver Secretos y mentiras de Mike Leigh le cambió profundamente la vida. "Cuando salí del cine me dije: tengo que hacer terapia, la película tuvo un efecto muy concreto en mí, y en mi análisis ni te cuento".

O también que hace 10 años en un día negro entró en una tienda de discos y escuchó la voz de Ute Lemper "y de repente todo tenía sentido, esa canción me había salvado". Por estas experiencias Messiez ha querido que Muda, su segunda obra como autor y director, hable sobre el poder sanador de las ficciones. "Para mí siempre han tenido una importancia fundamental los relatos, sean películas o historias de mi abuelo, siempre me interesó cómo algo no real al final termina siéndolo porque modifica circunstancias, estados de ánimo… Toda la vida es una ficción construida en la cotidianidad, las palabras son lo único que tenemos para comunicarnos en el mundo", comenta.

Emparentado con el trabajo de la última generación de creadores argentinos, hace tan sólo un año que Pablo Messiez se instaló en Madrid. Recala con el aval de dos de los creadores más aplaudidos de su país, Daniel Veronese y Claudio Tolcachir, que destacan de él su mirada original, su extraña sensibilidad.

En su Buenos Aires natal dejaba toda una trayectoria como actor (en Madrid le pudimos ver en el Teatro María Guerrero en 2007 en Un hombre que se ahoga, de Daniel Veronese) y el estreno de su primera obra como autor y director: Antes, que estuvo dos años en cartel.

Si Antes era una versión muy libre de Frankie y la boda, de Carson McCullers, Muda nace inspirada por el personaje mudo de la novela El corazón es un cazador solitario, escrita por la autora norteamericana a los 23 años de edad. "Es una novela muy coral, y los otros personajes acaban haciéndole hablar, él realiza esa escucha atenta. Esa idea, la de tener un personaje que no habla y ver cómo pone en juego a los demás, me gustaba mucho", señala Messiez.

Sólo actores y texto

Despojada de artificios, Muda está estructurada en torno al texto y los actores. "En realidad, mi forma de concebir el teatro es muy parecida a la de Daniel Veronese y Claudio Tolcachir. Soy actor y la dirección apareció a raíz de encontrar la ficción de Carson; todos los elementos escénicos están reducidos al mínimo: al cuerpo, al actor…, cada vez tiendo más al despojamiento. El teatro argentino que llegó a España tiene esta marca estética, pero existe también en Buenos Aires otro tipo de teatro", explica.

Muda. Desde hoy hasta el 17 de enero en el Teatro Pradillo (Pradillo, 12. Tfno. 91 416 90 11).http://www.teatropradillo.com/

Fuente: El Mundo

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