viernes, 22 de enero de 2010

Aquella historia siempre inolvidable

LA SULTANA FEYZA EL ROL QUE COMPONE CLAUDIA LAPACÓ, AQUÍ EN UNA LABOR DESCOLLANTE. CUMPLE 50 AÑOS CON LA ACTUACIÓN.

Crítica Las mil y una noches. La puesta de Cibrián y Mahler tiene a Claudia Lapacó en un momento de gran brillo.

Por: Eduardo Slusarczuk

La máxima de que menos es más parece ser el principio sobre el que basó el binomio Cibrián-Mahler su nueva puesta de Las mil y una noches, cuya primera versión se estrenó en 2001.

Durante casi dos horas, la historia de amor del sultán Solimán (Juan Rodó) y su esclava Elena (Georgina Frere), que lo enfrentará con su madre, la sultana Feyza (Claudia Lapacó), se desarrolla sobre un escenario despojado de elementos escenográficos, que sólo durante la media hora final modifica un enorme pórtico dorado.

En ese contexto, el diseño de luces y los recursos coreográficos, más un vestuario ágil y variado, asumen con éxito un rol esencial en la creación y ambientación de los espacios en los que transcurren los dos actos de la obra.

Segmentos en los que, al mando de una ajustada orquesta de 18 músicos, Angel Mahler contrasta melodías orientales que en algún pasaje remite a la ópera Aída, de Giuseppe Verdi, con el concepto de canción propio del musical, dentro de un marco sinfónico que contiene por igual pasajes épicos, románticos y trágicos.

"Había una vez", susurra Elena al comienzo de la noche que pasará con Solimán, tras haber sido comprada en el puerto de Estambul, al que arribó a bordo de un barco pirata. Y pone así en marcha su estrategia para evitar el destino de muerte que le espera después de compartir el lecho del sultán.

"Un cuento por noche" es la consigna de salvación, y el arma de seducción ante la cual Solimán se rinde sin condiciones. Razón que desencadena la furia de su madre, quien competirá por su amor hasta caer derrotada por quien su hijo bautizará Scherezade.

Dentro de ese esquema, Claudia Lapacó equilibra con maestría sus aptitudes para la actuación y el canto. Comprometida con la esencia del musical, la actriz se despega de cualquier impostura operística al cantar, y llena de sentido cada uno de sus movimientos. Aún aquellos que, por repetidos, en otros pierden contundencia.

Por su parte, Rodó ratifica sus condiciones vocales, a tono con lo que requiere el género, y asume con solvencia su interpretación de Solimán, a quien le imprime tanta rudeza como sensibilidad a medida de que el libro lo exige. Un texto que se despliega a lo largo de las canciones que se suceden en un encadenado de situaciones apenas intervenido por cuadros de baile referenciados en la tradición oriental, con especial énfasis en las figuras de brazos y manos.

Bisagra en el vínculo entre Feyza y su hijo, la Elena/Sherezade que encarna Georgina Frere logra integrarse desde lo vocal y lo actoral al engranaje dramático que propone la obra aunque, por momentos, sin lograr la intensidad que alcanzan Lapacó, Rodó y la impecable Laura Piruccio, en la piel de Leila. Un aspecto que en no pocos casos suele ajustarse con las funciones.

En un plano de menor participación, Diego Duarte Conde, Nicolás Bertolotto, Mauro Murcia y Mercedes Benítez cumplen con sus roles de manera correcta. Lo propio hace Eluney Zalazar, quien sostiene con enorme entrega su espacio de bailarina solista.«

Las mil y una noches

Libro y Direccion Pepe Cibrián Campoy

Música y Direccion Musical Angel Mahler

Elenco Claudia Lapacó, Juan Rodó, Georgina Frere, Laura Piruccio, entre otros.

Teatro El Nacional: Avenida Corrientes 930

Se presentará miércoles, jueves y viernes a las 21, sábados a las 19.30 y 22.30 y domingos a las 20.

Muy buena
Fuente: Clarín

No hay comentarios: